Como respuesta al bautismo, el Señor vive su tiempo de ayuno entre la tentación satánica, las alimañas y los ángeles, que «le servían», (Mc 1 ,12-15) entre los peligros y la protección sobrenatural.
y el alimento celestial (que no deja nunca y que le sostiene). Como nosotros, va haciendo camino entre la prueba (a la que no sucumbe) y el alimento celestial (que no deja nunca y que le sostiene).
-La de un mesianismo puramente terreno: En Jesús, Dios mismo que querido sufrir las tentaciones que continuamente nos asaltan: -La de un mesianismo puramente terreno: “Si eres hijo de Dios, convierte estas piedras en panes”.
-La de un mesianismo exhibicionista: “Si eres el hijo de Dios, tírate del pináculo...pues Dios encargará a sus ángeles que cuiden de ti".
-La de la terrible idolatría del poder y del mundo de la economía: “Si tu me adoras, yo te daré todos los reinos del mundo”.
Al final no transforma piedras en pan, no se tira de lo alto del Templo, no se arrodilla ante el diablo para recibir gloria y poder mundano. Jesús escoge el camino más difícil: - Escoge vivir las penurias de todo hombre… - Escoge el camino oscuro de la fe, del llegar a probar incluso el silencio de Dios… - Escoge la adoración del único señorío de Dios.
La presencia de los animales en el desierto subraya la soledad y las molestias del desierto. Mientras que para otros, evoca un tema paradisíaco, la vuelta a la paz entre el hombre y los animales, tal como soñaba Isaías (11, 6-9) y como se pensaba de Adán en el Edén (Gén 2, 9).
y es en verdad su "Hijo amado". El servicio de los ángeles significa el trato familiar que mantiene con el Padre el que ha sido llamado y es en verdad su "Hijo amado".
El verbo “servir” va en dos vías: el “servir” con el significado de prepararle la mesa después de largo ayuno. Pero también la de la obediencia de los ángeles al Padre (4,6b), quien los pone a su servicio.
“La victoria está ciertamente indicada en el hecho de que los ángeles le servían. Las potencias celestiales están a disposición de quien ha hecho huir al diablo“.
En Jesús restablece la imagen humana de Dios, antaño desfigurada, de modo que la creación entera se pone a respetar este reflejo divino, que en el hombre-Jesús brilla con un nuevo esplendor.
Y en suma, la reconciliación entre las creaturas y el creador. La armonía restablecida con los animales sería signo de la comunión restablecida entre el hombre y Dios. Y en suma, la reconciliación entre las creaturas y el creador. Todo ello indica que va a comenzar una nueva creación y que en Jesús va a ponerse en marcha el nuevo pueblo de Dios. Es un símbolo de la comunión que se ha restaurado entre el hombre y Dios.
Cuaresma es una oportunidad para la reflexión, para descubrir las alimañas y los ángeles en nuestras vidas.
Para encontrarnos con Dios, evaluarnos, conocernos y reconocernos, y escuchar al Señor que nos tiene una Buena Noticia: “el Reino entre nosotros”; y una invitación: “convertirnos y creer”.
"Si, pues, hacéis el bien, los hombres y los ángeles os bendecirán y Dios será glorificado gracias a vosotros en medio de las naciones. Y el diablo huirá lejos de vosotros, y los animales salvajes os temerán, y el Señor os amará, los ángeles se dedicarán con premura a vosotros“ (Testamentum Nephtalim 8,4).
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