El Espíritu de Dios
Objetivo: “Comprender la importancia del Espíritu Santo como aquel que anima y motiva a las Comunidades Cristianas”
Definamos: Espíritu: Del Latín Spiritus, y este del verbo Spirare (soplar). Asociado a la capacidad de respirar, acaba significando la fuerza vital, animo, coraje. Ruah: (viento) se suele traducir como espíritu de esencia divina, lo que nos ha llegado como Espíritu Santo.
El Espíritu de Dios es amor: En el Antiguo Testamento está presente el Espiritu Santo, pero no de manera explicita. En el Nuevo Testamento encontramos claras alusiones de Jesús a la presencia del Espíritu de Dios en su persona y su obrar.
En Pentecostés: El Espíritu Santo es el amor entre el Padre y el Hijo que se hace presente al interior de la Iglesia, y en el interior de cada cristiano. Les ayudó a los discípulos a comprender las enseñanzas de Jesús. Los transformó en testigos del amor salvador del Padre y de Jesús en medio de los hombres.
El espíritu da vida, valor y amor fraterno Cuando nos dejamos conducir por el Espíritu de Dios, en la Iglesia aumenta el amor a Dios y al prójimo. Al interior de las comunidades cristianas se evidencian la fraternidad, unidad, cogida, paz.
El Espíritu anima a las comunidades cristianas Ha Convertido y transformado a miles de personas, dándoles fuerza para difundir y testimoniar la Buena Nueva de Jesús. La Iglesia no solo busca el bienestar al interior de ella, si no también buscar construir un mundo más amigable para hombres y mujeres El Espíritu tiene un gran desafío al interior de la Iglesia y de toda la comunidad, para ayudar fortalecer el compromiso cristiano en la construcción de un mundo mejor.