Vamos a cambiarlo todo... Para que nada cambie La Restauración (1874-1923) Vamos a cambiarlo todo... Para que nada cambie

La Revolución Gloriosa de 1868 había supuesto una ruptura en la monarquía española pero no había conseguido ninguna forma de gobierno estable. Tampoco resolvió el problema social fruto de la revolución industrial. En España faltaba una auténtica burguesía con conciencia de clase y capacidad de innovación. Pero durante todo el siglo XIX, España continuó siendo un país eminentemente agrario, en el que la burguesía había adquirido los hábitos de la nobleza absentista y los campesinos deseaban repartos de tierras.

La Restauración fue el trabajo de un solo hombre, Antonio Cánovas del Castillo, quien veía la "salvación" de España en la renovación de la Monarquía, con un régimen constitucional y parlamentario. Esta empresa requería una liberalización del sistema isabelino, el cual había fracasado debido a que la Corona se comportó caprichosa y autoritariamente, y a que el sistema político era demasiado estrecho y exclusivista. El núcleo del alfonsismo estaba en el grupo parlamentario que se formó en torno a Cánovas en las Cortes de 1869, constituido por moderados y unionistas. Alfonso XII se sumó desde un principio al proyecto canovista. El príncipe se presentaba libre del pasado y, al mismo tiempo, como heredero legítimo. La renuncia de su madre en 1870 fue el primer aldabonazo a la operación Cánovas & Alfonso XII

El 2 de Enero de 1874, Pavía había disuelto las Cortes Republicanas ante el temor de que triunfaran las tesis federalistas y se comprometiera la unidad del territorio. Se iniciaba así la cuenta atrás para la Restauración Borbónica en España, en la figura de Alfonso XII, quien el 1 de diciembre dirigió desde la academia de Sandhurst – Inglaterra- un manifiesto redactado por Cánovas, donde afirmaba que la única solución de los problemas de España era el restablecimiento de la monarquía, si bien reconociendo de antemano la labor legislativa anterior, para evitar comparaciones con su abuelo. Para lograr la Restauración Cánovas se dedicó durante 1874 a terminar con los últimos focos carlistas y a intentar poner fin a la Guerra de Cuba. Pero el principal escollo que tuvo que salvar fue alcanzar una conciliación general entre todos los partidos políticos en torno a la figura de Alfonso XII. Preparando el terreno

¿Otro pronunciamiento? Alfonso XII subió al trono por la fuerza. Numerosos oficiales del ejército se declararon dispuestos a secundar un movimiento a favor del príncipe El 29 de diciembre de 1874, siguiendo la típica forma de los pronunciamientos decimonónicos, el general Martínez Campos, con un reducido grupo del ejército, proclama en Sagunto a Don Alfonso como rey. Es importante reseñar que Cánovas se oponía a ello, pues prefería que lasCortes pidieran su regreso y quería preparar muy bien a la opinión pública antes de dar el paso.

Afianzando al joven monarca 1875 se centró en asentar la monarquía. Para ello se produjo un definitivo acercamiento a la Iglesia Se restablecieron los tribunales especiales para delitos de imprenta Se renovó el ejército y con generales adictos al Rey y, para evitar futuros pronunciamientos el Rey se convirtió en el jefe Supremo del Ejército. Se va completando el giro conservador de las fuerzas armadas. Afianzando al joven monarca

Las leyes básicas del sistema: El nuevo régimen necesitaba una Constitución que lo legitimase. Así se convocaron Cortes Constituyentes por sufragio universal Como en las elecciones celebradas bajo la República, la abstención fue mayoritaria, pero esta vez con triunfo abrumador conservador Es la Constitución hasta ahora más longeva de nuestra historia (1876- 1923), y mezclaba conceptos de 1845 y 1869 en solo 89 artículos. Siguiendo la de 1869 recoge los derechos individuales característicos del liberalismo: seguridad personal,inviolabilidad de domicilio y correspondencia, reunión, asociación e igualdad en empleo público. Ambigua soberanía compartida del rey con las Cortes, con derecho de veto real a los nombramientos de ministros. Sin embargo, los ministros, una vez designados respondían ante las Cortes, no ante la Corona. El 50 % de los senadores eran de designación real y el resto elegidos indirecta y corporativamente. Reconocía el catolicismo como religión oficial, al tiempo que garantizaba tolerancia a otras religiones, lo que suponía una victoria de la política canovista Reflejaba un modelo de estado centralista Las leyes básicas del sistema:

Caciques, encasillados, pucherazos... El sistema caciquil era inevitable en un país con más de un 70% de analfabetismo y abrumadoramente rural El cacique es el hombre fuerte a quien todos halagan, los de arriba por que les da votos, los de abajo, porque les consigue favores. El cacique siempre está con el partido que gobierna, sea el que sea. El caciquismo abarca toda la nación, de la metrópoli a las aldeas. Fue utilizado con habilidad en los procesos electorales que dieron apariencia legal a la política del sistema, era una adulteración de un sistema aparentemente democrático. El encasillado era otro método de amaño de resultados: los dos grandes partidos pactan quién se presenta en cada circunscripción. A veces es un “candidato cunero” sin vinculación con el distrito electoral. El caciquismo era una red enraizada en provincias y localidades (terratenientes, empresarios…). Su poder y amistades les permitían ejercer una gran influencia “arreglar asuntos”…. En las ciudades, con resultados electorales más difíciles de controlar, se recurría al pucherazo Caciques, encasillados, pucherazos... El sistema político de la Restauración se basaba en la oligarquía articulada a través de la alianza de los grupos políticos provinciales bajo control de sus jefes.

No os toméis la comparación al pie de la letra, pero nuestro actual sistema ha mantenido también la estabilidad gracias a la existencia de dos partidos mayoritarios favorecidos por el mecanismo electoral

Los partidos políticos de la época isabelina sufrían un proceso de desintegración. Cánovas aprovechó aquella desunión y vacío político para su proyecto. El partido Moderado estaba en plena decadencia. La Unión Liberal, en cuyas filas había iniciado Cánovas su carrera, por ser un partido de centro fue rechazado por moderados y progresistas y aborrecido por los republicanos. El partido Progresista, que había tenido mayor arraigo popular, sufría la marginación sistemática del poder Bipartidismo

Los dos grandes partidos de la restauración fueron el Liberal Conservador y el Liberal Fusionista. El Liberal Conservador liderado por Cánovas del Castillo, era el heredero de "moderados" y “Unionistas" y su base social los sectores aristocráticos, grandes terratenientes y parte superior de la burguesía. El Liberal Fusionista con el tiempo fue llamado Liberal a secas. Eran la opción más izquierdista del sistema y su líder era Práxedes Mateo Sagasta. Su base social la constituían comerciantes e industriales. Sin embargo, aquellos partidos estaban faltos de definición ideológica, de programación coherente y de arraigo social. Eran más bien organizaciones políticas de carácter minoritario, agrupaciones de notables Bipartidismo

El pensamiento de Cánovas Parte de unas “valores esenciales” del país. En España esos valores serían la libertad, la propiedad, la monarquía, la dinastía y el gobierno del Rey y las Cortes. Cánovas es posibilista: La política tiene la misión de adaptarse a las circunstancias. Las medidas a seguir no son buenas o malas, sino convenientes o inconvenientes “lo posible frente a lo ideal”. Cánovas parte de que la política es un juego limpio entre caballeros: como no es posible que todos opinen lo mismo, es preciso que todos cedan y haya diálogo. La oposición deja de ser un elemento revolucionario para transformarse en legal y razonable. Las “reglas del juego” se basan en el equilibrio de fuerzas contrarias que hace que la oposición en lugar de una fuerza destructora se haga constructiva. La oposición se ejerce en contra del partido que gobierna, pero en ningún caso se opone al régimen. De este modo consiguió Cánovas un periodo de estabilidad desconocido en España. El pensamiento de Cánovas

Los gobiernos conservadores (1875-81) Durante los primeros años, el gobierno de Cánovas fue un rodillo: la oposición aún no se había articulado en torno al partido liberal de Sagasta, y Cánovas operó sin cortapisas: Reforzó el centralismo mediante la abolición de los fueros vascos Imprimió un tono conservador a través de la censura previa de prensa y la restricción de la libertad de cátedra. Quedaban sometidas a interpretación de la autoridad las libertades de reunión y asociación La ley electoral de 1878 establecía un sufragio censitario muy restringido (850.000 personas). Los gobiernos conservadores (1875-81)

El primer gobierno liberal (1881-83) Fundado en 1880, el partido Liberal recibió el encargo real de formar gobierno en febrero de 1881. Era la primera vez que llegaba al poder un gobierno liberal progresista sin pronunciamiento militar de por medio. Sagasta eliminó las restricciones a la libertad de expresión pero no se atrevió a restablecer el sufragio universal ni el juicio por jurados. En esta etapa aumentaron los disturbios y protestas sociales: los sucesos de la Mano Negra en Jerez (anarquistas) y un intento de pronunciamiento republicano en 1883 con tres sedes: Badajoz, Santo Domingo de la calzada y la Seo de Urgell. Ambos movimientos fueron reprimidos con dureza, pero provocaron que el rey encargara otra vez el gobierno a Cánovas en 1884 quien gobernó otros dos años hasta la muerte del rey en 1885, dejando a su esposa embarazada El primer gobierno liberal (1881-83)

Se consolida el turnismo: El parlamento largo (1885-1890) El rey Alfonso XII falleció dejando al bebé Alfonso XIII como heredero póstumo. Para consolidar el sistema,en 1885 Cánovas y Sagasta reafirmar la alternancia política entre ambos a través del Pacto de El Pardo. Cánovas le cedió el poder a Sagasta, que inició el llamado “Parlamento Largo”, que agotó casi completamente el periodo de la legislatura (5 años). Este periodo se caracteriza por reformas trascendentes de carácter liberal: A) La libertad de asociación mediante la “Ley de Asociaciones” (1887), decisiva para el desarrollo del movimiento obrero y de los sindicatos, que estaban en la clandestinidad hasta ese momento. B) Nuevo Código Civil (1889) y juicio por jurados (1888). C) Aprobación del sufragio universal masculino (ley electoral de 1890). Se consolida el turnismo: El parlamento largo (1885-1890)

El paso a la regencia de Mª Cristina no fue traumático, de hecho Cánovas jugó bien la carta de ceder el mando a Sagasta, que así debía legitimar a la débil regente. A los pocos meses nacería Alfonso XIII, hijo póstumo del rey fallecido, asegurando la continuidad dinástica. Sin embargo, dos acontecimientos alteraron la estabilidad del sistema: A) La muerte de Cánovas, asesinado por un anarquista en 1897, dividió y debilitó al hasta entonces monolítico partido conservador B) En 1898 tendría lugar la debacle colonial de Cuba, Puerto Rico y Filipinas Con la mayoría de edad de Alfonso XIII (1902) se considera que entramos en la crisis de la Restauración

Las fuerzas de oposición: los republicanos (la izquierda del sistema) El republicanismo liberal y burgués floreció en distintos partidos: Posibilista: En 1891, aceptan la monarquía y se integran con los liberales de Sagasta Republicano Reformista: Cercano a la Institución Libre de Enseñanza. Unión Republicana: Pretendía la República por medio de elecciones. Fue fundado por Nicolás Salmerón. Republicano Radical: Defendía la caída de la Monarquía por la vía militar, dirigido por Ruiz Zorrilla; destaca en él Alejandro Lerroux, fundamental durante la II República. Republicano Federal: Pi y Margall. Se diluye en el nacionalismo (sobre todo en el catalán). Las fuerzas de oposición: los republicanos (la izquierda del sistema)

No tenían programa ni objetivos claros y en sus programas no cabía la a reforma social, por lo que no entusiasmaban a la clase obrera y tampoco atraían a las clases medias, cuyas pretensiones sólo se veían cumplidas en algunos puntos: Secularización y enseñanza. Desde 1898, el republicanismo cobra fuerza a medida que el sistema monárquico entraba en crisis. Tras el desastre colonial, los republicanos fueron el enemigo del régimen. Tres hechos van a contribuir a ello: El apoyo al republicanismo por parte de regionalistas y nacionalistas. En Cataluña (Barcelona) y en Valencia, republicanos y nacionalistas, barrieron del mapa electoral a las fuerzas monárquicas. La opinión pública ve la necesidad de un cambio de régimen o una revisión institucional y empieza a considerar la solución republicana. Las circunstancias que propician el triunfo republicano se desarrollan durante la Dictadura de Primo de Rivera. Cuando, entre 1927-1928 la Dictadura descubre su verdadera identidad, la República se convierte en una esperanza ante la inevitable caída de la monarquía. Los republicanos

Bajo el gobierno largo de Cánovas (1875-1881), los conservadores reprimieron las organizaciones obreras nacidas durante el Sexenio y terminaron con la única importante: la FRE-AIT La represión y la clandestinidad radicalizaron al movimiento, que veía al gobierno como defensor de patronos y terratenientes. Por otra parte, la violencia en el campo y los atentados contra Alfonso XII se iniciaron en España al mismo tiempo que en el resto de Europa, asesinando los anarquistas al zar Alejandro II en 1881. En los 80, con Sagasta, la Ley de Asociaciones cambió el signo. Los anarquistas, principalmente obreros catalanes y campesinos andaluces se unen en el Congreso de Barcelona en 1881 en la FTRE (Federación de Trabajadores de la Región Española). Por su parte, los anarquistas de Cádiz, partidarios de acciones directas y violentas no se integraron en la FTRE. Las malas cosechas de 1882 desembocaron en revueltas, quema de cortijos y asaltos de los que se acusó a la “Mano Negra” una organización de la que nunca se consiguió demostrar su existencia. Quince campesinos fueron condenados a muerte. El movimiento obrero

La principal fuerza de oposición parlamentaria de izquierdas será el Partido Socialista Obrero Español (PSOE): El periódico El Socialista (1879) inaugura el PSOE de Pablo Iglesias. Legalizado gracias a la ley de 1887, para la defensa de los trabajadores fundaría el sindicato UGT (actualmente el mayor de España). El PSOE no conseguiría su primer escaño hasta 1910, prueba del estrecho corsé marcado por el sistema electoral Al margen del juego parlamentario, pero con una base militante masiva, están los anarquistas, que sumaban más de 60.000 afiliados a finales del siglo XIX El movimiento obrero

En los años de la Regencia se produjo una de las novedades más importantes de la España contemporánea: la eclosión de los nacionalismos y regionalismos periféricos, que tienen puntos en común: La afirmación de rasgos particulares que constituyen una primera fase de rechazo del proceso uniformador que trajo el Estado centralista de la España Liberal. Los nacionalismos revelan sobre todo los fallos y límites del propio sistema canovista: La incapacidad del régimen liberal de llevar a cabo una nacionalización efectiva de la sociedad española. Incapacidad para integrar las aspiraciones de los grupos dominantes de la periferia. Los nacionalismos

Sabino Arana fue el fundador del Partido Nacionalista Vasco (PNV) en 1895 Arana recoge la herencia del extinto carlismo: antiliberalismo, antisocialismo, integrismo religioso y racismo. Arana creía en la raza vasca como elemento de rechazo y de exclusión antiespañolista (maquetos) Hasta la muerte de Arana en 1903, el PNV fue un partido de radical enfrentamiento contra todas las novedades económicas, sociales y políticas. Con la progresiva entrada de elementos burgueses como el naviero Ramón de La Sota, el PNV se mostraría más posibilista, generándose dos corrientes que habría de mantener a lo largo de toda su existencia: • Un sector de carácter moderado, que se postulaba como autonomista. • Otro fiel a los planteamientos de Arana, sostuvo la independencia y el antiespañolismo como presupuestos básicos. El PNV crecerá durante los inicios del siglo XX a través de una densa red de socialización, adoptando un discurso interclasista que mantiene a día de hoy. El caso vasco

El catalanismo es clave para comprender los problemas que surgirían posteriormente durante la II República. El catalanismo fue minoritario hasta 1898 e inserto en el federalismo, pero dos cuestiones espolearon las reivindicaciones catalanas: el Código Civil de 1891, que amenazaba el Derecho Catalán; y la política librecambista, que perjudicaba su industria textil. Por ello, el catalanismo se basaría en un Federalismo Conservador con reivindicaciones regionalistas buscando una mayor autonomía política. Reivindican la autonomía catalana dentro de un Estado federal mediante un documento (Bases de Manresa de 1892) del que nacerá La Lliga regionalista (1901), obra de Prat de la Riba y Cambó, quién trasladó el catalanismo de las manos de los intelectuales a la de los políticos conservadores, quienes exigirán el catalán como lengua oficial, la provisión de cargos sólo para catalanes, tribunales propios etc. El caso catalán

Desde el siglo XIX, los “folkloristas” van a recoger y a estudiar las tradiciones populares, afirmando la existencia de de una identidad especifica de Andalucía.. El desastre del 98 favoreció la expansión de los nacionalismos y los movimientos regeneracionistas, el andalucismo del siglo XX es heredero de estas dos posiciones. Tomando conciencia de la situación dependiente y periférica de Andalucía, los andalucistas, liderados por Blas Infante pretendían convertirse en un movimiento interclasista, para salvar a Andalucía de su miseria política económica y cultural. El andalucismo va a tener como objetivo prioritario la liberación de Andalucía, pero no de España, sino de la pobreza y del atraso, lo que era lo mismo que decir del cacique y del latifundio. Y una vez redimida, Andalucía debía protagonizar la redención de España De base republicana federalista, la llamada Constitución de Antequera de 1883, levó al andalucismo un programa político. El andalucismo

Epílogo: la crisis de la restauración Varios factores hacen entrar en crisis el sistema, algunos ya los hemos apuntado (1897, muerte de Cánovas y 1898, pérdida de las colonias en América) Y además: 1902, mayoríade edad de Alfonso XIII. El nuevo rey intervendrá decisivamente en política. La sociedad, cada vez más urbana y proletarizada, ve crecer las ideologías izquierdistas, que superan el marco del sistema El ejército, cada vez mas influyente, cambia América por Marruecos, enfrascándose en una guerra catastrófica Las tensiones sociales y económicas acabarán por desarbolar el marco de la Restauración: en 1923 Alfonso XIII legitima la dictadura de Primo de Rivera Epílogo: la crisis de la restauración