11 DE DICIEMBRE III DOMINGO DEL TIEMPO DE ADVIENTO ¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?

Juan, que oyó en la cárcel las obras de Jesús, envió a sus discípulos a preguntarle: «¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?». Jesús les respondió: «Id y contad a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia el evangelio a los pobres: ¡dichoso el que no se escandalice de mí!». Cuando se fueron, Jesús comenzó a hablar de Juan a las gentes: «¿Qué salisteis a ver en el desierto? ¿Una caña movida por el viento? ¿Pues qué salisteis a ver? ¿Un hombre vestido lujosamente? Los que visten lujosamente están en los palacios de los reyes. ¿Entonces, qué salisteis a ver? ¿Un profeta? Sí, os lo digo; y más que un profeta. Él es de quien está escrito: Yo envío delante de ti a mi mensajero para que te prepare el camino.

Os aseguro que no hay hombre alguno más grande que Juan Bautista, pero el más pequeño en el reino de Dios es más grande que él. Mateo 11, 2-11 Su angustia aumentó y sus esfuerzos eran inútiles. Pasaron así una hora, hasta que, extenuados por el hambre, el trabajo y la rabia, cayeron al suelo a dos dedos (¡a dos dedos tan sólo!) de la alfalfa.

Propón un final para este cuento Estamos ya en el tercer domingo de Adviento y, para que esta Navidad sea “histórica”, para que Dios pueda entrar de verdad en nuestra historia necesitamos llevar a cabo desde ahora mismo nuestra propia campaña de Navidad, viviendo intensamente el Adviento. ¿Te has sentido alguna vez como los burros?

 Como parte de nuestra propia campaña de Navidad, tenemos que aprender a “ver y oír” todo lo que nos rodea, para descubrir la presencia y acción de Dios en lo cotidiano de la vida. Tenemos que descubrir los signos y señales de Dios en la vida concreta y así no sentirnos defraudados por Él. Solo así llegaremos a la Navidad, fiesta de gozo y salvación, y la podremos celebrar con alegría desbordante.

Reflexión Piensa un compromiso para que el Adviento sirva para prepararte para la Navidad. Que no estemos con los ojos cerrados ante todo lo que pasa a nuestro alrededor

Gracias, Señor Jesús, por tu vida. De alguna manera nos estás diciendo que donde hay misericordia, solidaridad, ayuda, amor… allí está Dios. Tal ves nosotros, como Tú hiciste, deberíamos ir más al grano, apoyarnos más en los hechos, hacer lo que Tú hacías según nuestras posibilidades para demostrar al mundo que tu camino es el verdadero, que Tú eres el enviado de Dios Padre. que Tú eres el Hijo de Dios. Ayúdanos a ser, como Tú