IV Domingo del Tiempo Ordinario 29 de Enero de 2017
Bienaventurado quiere decir algo así como bendito y feliz.
Era una forma literaria común tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento.
Se la aplicaba a quien el goce de un bien -confianza en el Señor, por ejemplo- , le acarreaba otro bien mucho más grande .
Todo lo que las Tablas de la ley, significaron en el Antiguo Testamento, -es lo que significan y mucho más las Bienaventuranzas en el Nuevo Testamento.
Es decir; los Diez Mandamientos son “el mínimo” que un cristiano tiene que cumplir. “Lo máximo” y lo nuevo que Jesús nos pide es que vivamos las Bienaventuranzas
Ser pobre de espíritu (anawim) es justamente vivir confiando plenamente en Dios, no en las cosas, sino en Dios.
Para los Bienaventurados, el Reino de Dios es ya de ellos, porque lo tienen en anticipo.