UN EJEMPLO DE COMUNICACIÓN DESDE EL CORAZÓN EL ENCUENTRO DE EMAÚS

Observar sin evaluar Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Observación: lo que percibimos con nuestros 5 sentidos. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo. Mientras estamos en el plano puramente MENTAL, no somos capaces de VER CON CLARIDAD. Nuestras observaciones suelen mezclarse con pensamientos, juicios e interpretaciones ligadas a nuestra experiencia de vida.

Observar sin evaluar La CNV nos invita a CONECTAR desde el CORAZÓN, y a descender de lo mental, a lo que sentimos, necesitamos y pedimos. Separar entre observación y evaluación. Si combinamos la observación y la evaluación, seguramente la otra persona escuchará una crítica. Así como lo hizo Jesús, que no les reprocha: Se acerca y se pone a caminar con ellos Emplear un lenguaje dinámico o de proceso (camino) que rechaza las generalizaciones estáticas.

Observar sin evaluar Él les dijo: - «¿Qué conversación es esa que traen ustedes tan llenos de tristeza?» Ellos se detuvieron preocupados. Y uno de ellos, que se llamaba Cleofás, le replicó: - «¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que no sabes lo que ha pasado allí estos días?» Él les preguntó: - «¿Qué cosas?» Ellos le contestaron: - «Lo de Jesús el Nazareno, que fue un profeta poderoso en obras y palabras, ante Dios y ante todo el pueblo; como lo entregaron los sumos sacerdotes y nuestros jefes para que lo condenaran a muerte, y lo crucificaron. Nosotros esperábamos que él fuera el futuro liberador de Israel. Y ya ves: hace ya dos días que sucedió esto. Es verdad que algunas mujeres de nuestro grupo nos han sobresaltado: pues fueron muy de mañana al sepulcro, no encontraron su cuerpo, e incluso vinieron diciendo que habían visto una aparición de ángeles, que les habían dicho que estaba vivo. Algunos de los nuestros fueron también al sepulcro y lo encontraron como habían dicho las mujeres; pero a él no lo vieron.»

Identificar y expresar sentimientos Los discípulos traían sus expectativas frustradas: Nosotros esperábamos…Y ya ves, van tres días… sus creencias y formaciones mentales les impiden hacerse cargo de sus sentimientos y necesidades. Ello les impedía RECONOCER a Jesús. Es importante distinguir lo que sentimos y lo que pensamos, creemos u opinamos. Distinguir sentimientos de juicios ocultos, evaluaciones y reproches. Jesús les hace tomar conciencia de sus sentimientos: - «¿Qué conversación es esa que traen ustedes tan llenos de tristeza?»

Asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos Lo que hacen los otros puede ser estímulo de nuestros sentimientos, pero no la causa. Los sentimientos nos hablan de nuestras necesidades, reconocer las necesidades que hay detrás de los sentimientos. Jesús les ALERTA, les sacude y llama la atención. ¿No era necesario que el Mesías padeciera todo esto para entrar en su gloria? Les invita: No a echarse la culpa, lo que les hace sentirse desanimados, tristes, sin esperanza No a culpar a otros y verlos como enemigos… Sino a darse cuenta de sus sentimientos y necesidades. La necesidad de hacer el duelo, de abrirse a lo nuevo. Y a darse cuenta de los sentimientos y necesidades de Jesús, que nos AMÓ hasta el extremo de padecer y dar su vida

Asumir la responsabilidad de nuestros sentimientos Los juicios que hacemos sobre otras personas, son expresiones alienadas de nuestras propias necesidades. Si reconocemos, expresamos, valoramos, nuestras propias necesidades, es más probable que podamos satisfacerlas y que los otros también las valoren. Distinguir entre necesidades y estrategias. Aunque difiramos en las estrategias para satisfacer una necesidad, podemos conectar a nivel de las necesidades.

Lo que pedimos a los demás para enriquecer nuestra vida Hay que expresar nuestras peticiones en un lenguaje de acción claro, positivo y concreto, que exprese lo que realmente queremos. Los discípulos le piden: Quédate con nosotros, la tarde está cayendo. Él entró, para quedarse con ellos. Sentado a la mesa con ellos, tomó el pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio. Jesús les pide: Repitan mi entrega de amor: En la fracción del pan nos dice: hagan esto mismo en memoria mía. A ellos se les abrieron los ojos y lo reconocieron. Pero él desapareció.

Lo que pedimos a los demás para enriquecer nuestra vida Pedir confirmación: una vez que hemos expresado lo que pedimos, y estamos vulnerables, queremos saber lo que el otro está sintiendo, pensando, y si está dispuesto a hacer lo que le hemos pedido. Ellos comentaron: - «¿No ardía nuestro corazón mientras nos hablaba por el camino y nos explicaba las Escrituras?» Y, levantándose al momento, se volvieron a Jerusalén, donde encontraron reunidos a los Once con sus compañeros, que estaban diciendo: - «Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.» Y ellos contaron lo que les habla pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.