Esta exposición está dedicada a quienes han acudido a la guerra con su cámara fotográfica como única arma.

Los herederos de Goya

En 1855, Richard Nicklin, destinado a la Guerra de Crimea, pudo haber sido el primer fotorreportero bélico. Pero murió trágicamente antes de realizar su trabajo y Roger Fenton le relevó en esa primera crónica de la guerra.

Desde entonces, la lista de estas víctimas ha sido muy larga Desde entonces, la lista de estas víctimas ha sido muy larga. Y sólo en la guerra del Vietnam (1955-1975), entre sus numerosos muertos, estaban 63 fotógrafos.

Todas las guerras se han cobrado la vida de muchos profesionales y grandes creadores de imágenes para nuestra conciencia.

El rostro de la guerra

Pronto hubo textos médicos que registraron indirectamente los horrores de la guerra, mostrando las heridas de los soldados como casos clínicos; pero el interés científico eliminaba la denuncia del dolor.

Ya en 1815 Charles Bell, cirujano de la armada inglesa, dibujó a los heridos de Waterloo; y desde 1839 cirujanos-fotógrafos, pioneros como Charles Bett o John MacCosh, han recogido el auténtico rostro de la guerra.

La guerra ordenada

Para fotografiar la Guerra de Crimea, Roger Fenton fue financiado por el gobierno británico con la condición de no mostrar víctimas. Su visión fue la de una guerra tan ordenada como unas maniobras militares.

En esta primera guerra fotografiada, otros reporteros menos condicionados, como Felice Beato y James Robertson, expusieron con más crudeza el caos del frente.

Las víctimas llegan a la ciudad

La Guerra Civil Americana (1861-65), fue fotografiada por un gran equipo con más de veinte profesionales, organizado y financiado por Mathew Brady. Pero el precio de su independencia fue su ruina económica...

... sin embargo, aunque sólo fuera con unas pocas fotografías suyas y de sus colabores Timothy O’Sullivan y Alexander Gadner, consiguió transportar a las calles neoyorquinas las víctimas del frente de batalla.

Prueba y falsificación

En 1871, durante la represión de la Comuna de París, fotografías de las barricadas como las de Bruno Braquehais, que recogieron el orgullo revolucionario, sirvieron de prueba acusatoria para miles de ejecuciones.

Pero los mismos represores que dieron esa credibilidad a la fotografía, no dudaron luego en falsificarla, y reprodujeron los Crímenes de la Comuna en escenas manipuladas por el pintor-fotógrafo Eugène Appert.

La batalla virtual y la real

La fotografía estereoscópica se utilizó en la Guerra de los Boers (1899- 1902), y con ella el campo de batalla se visitó virtualmente. La explotación comercial de estas imágenes bélicas sirvió para mostrar la guerra como una aventura exótica, y fiue “servida a la hora del té”como espectáculo social y sin ninguno de sus horrores.

En 1888, la firma Kodak fabricó las primeras cámaras sencillas para el aficionado, y gracias a ellas desde aquella guerra sudafricana también los soldados fotografiaron su verdadera tragedia.

Los soldados fotógrafos

En la Primera Guerra Mundial, las cámaras pocket se habían generalizado. Las batallas pudieron verse desde las trincheras; y los soldados dejaron memoria de sus horrores y alegrías.

También algunos aficionados a la fotografía eran mandos militares, pero su visión fotográfica elogió valores castrenses...

…Entre ellos destacó el comandante francés Jean B …Entre ellos destacó el comandante francés Jean B. Tournassoud, quien con la técnica del autocromo, inventada por sus amigos los hermanos Lumière. retrató por primera vez la guerra a color.

Guerra nacional intereses internacionales

La Guerra Civil Española (1936-39) tuvo una gran cobertura internacional, con Robert Capa, David Seymour o Gerda Taro entre otros; y españoles como Agustí Centelles y Alfonso Sánchez.

Los profesionales tuvieron por primera vez gran movilidad, con cámaras ligeras y óptica de calidad, gracias a los modelos de Roliflex, Ermanox y Leica. Los testimonios ganaron en veracidad.

El fotoperiodismo crea sus mitos

La Segunda Guerra Mundial ha sido la menos criticada por la prensa y opinión pública. Sus imágenes reforzaron el heroísmo de las tropas aliadas.

Life, revista líder de la prensa ilustrada, cubrió los frentes con fotógrafos que hoy son mitos del fotoperiodismo: Robert Capa, Eugene Smith o Margaret Bourke White, la primera mujer corresponsal de guerra.

Al terminar la guerra se conoció la magnitud del genocidio judío Al terminar la guerra se conoció la magnitud del genocidio judío. Y con la liberación del campo de concentración en Bergen Belsen, llegaron las primeras imágenes, tomadas por George Rodger, reportero de Life.

Pero las bombas atómicas de Hiroshima y Nagasaki, no convirtieron en héroes a los vencedores. Las imágenes de Yosuke Yamahata, del día después, mostraron una desolación sin cadáveres, pues ya sólo eran ceniza.

Al poco tiempo, el Presidente norteamericano Truman, sin ningún remordimiento, decía en su mensaje radiado:

Hace poco tiempo un avión ameri-cano ha lanzado una bomba sobre Hiroshima (…) hemos añadido una dimensión nueva y revolucionaria a la destrucción (…). Si no aceptan nues-tras condiciones pueden esperar una lluvia de fuego que sembrará más ruinas que todas las hasta ahora vistas sobre la tierra.

El libro en guerra

En 1924, el pacifista Ernst Friedrich utilizó el libro de fotografías como denuncia. En su obra “Guerra a la Guerra” ilustró con fotos anónimas las escenas más estremecedoras.

Después, otros fotógrafos han construido libros de protesta sobre la guerra con sus propias crónicas.

La prensa gana la paz

Con la Guerra de Vietnam (1955-75) el fotoperiodista comprobó la eficacia de su trabajo, pues publicando las pruebas del horror, la opinión pública se posicionó frente al poder.

Los mejores profesionales del momento rescataron imágenes que aún hoy son iconos antibelicistas. Sus autores son héroes de la paz. En Larry Burrows se recoge el espíritu de todos ellos.

El resumen de una imagen

Ante la avalancha informativa, la imagen única de una fotografía intensa penetra en nuestra memoria para siempre. Susan Sontag las definió como “formas compactas de memorización”.

Cada año, premios como el Pritzer o el World Press Photo, destacan las imágenes sobre los conflictos actuales publicadas en prensa. Y ese resumen ha creado un archivo de los momentos más terribles de nuestro tiempo.

Sin embargo estas imágenes poco afectan a la conciencia del poder y las guerras se suceden.

Pero los herederos de Goya continúan su trabajo.

Guión y textos: Juan Bordes Realización y diseño: Enrique Bordes