Inmigración judía a Argentina Los judíos arribaron a la Argentina en cuatro etapas que se distribuyeron desde mediados del siglo XIX hasta poco después de la creación del Estado de Israel, en 1948. Mientras que algunos se asentaron en las ciudades, otros lo hicieron en el campo, dando lugar a la mítica figura del gaucho judío.
Primera etapa (1854-1889) Los judíos que arribaron por aquellos años provenían principalmente de Francia, Alemania y Austria. Llegaban como representantes de casas europeas dedicadas a la exportación e importación. Casi todos eran técnicos o profesionales liberales. Se educaron en un universo de emancipación civil con un alto índice de identificación con la burguesía europea occidental. Según un Censo de la Municipalidad de Buenos Aires, realizado en 1887, en la ciudad ya había 366 judíos, de los cuáles 11 eran argentinos nativos. Por esa misma época anclaron también judíos de origen sefaradí, que escapaban de la guerra hispano-marroquí. Muchos de ellos rápidamente se asimilaron. Otros comenzaron a edificar una comunidad.
La llegada masiva (1889-1914) Fue la primera inmigración de características masivas de judíos en Argentina. En ella llegaron principalmente judíos polacos, ucranianos y rusos (estos generalmente eran los que escapaban de los Pogroms (Linchamientos).
Presencia urbana (1920 –1930) Tras la Primera Guerra Mundial la inmigración de los judíos se reanudó, principalmente llegaron judíos de Polonia y Turquía a la Argentina, más especificamente a Buenos Aires, donde instalan diferentes talleres manufactureros.
Los últimos barcos. Los últimos inmigrantes (1930-1948) En esta época muchos judíos que escapaban del régimen nazi llegaron a la Argentina desde: Alemania, Austria, Hungría, Polonia y Rumania. Luego de la finalización de la Segunda Guerra Mundial llegaron a Argentina alrededor de 8000 sobrevivientes.
Hecho por: Ivo Amarilla Bale y Alex Freixa.