La controversia marítima entre el Perú y Chile comprende tres desacuerdos El primer desacuerdo es el DIFERENDO SOBRE DELIMITACIÓN MARÍTIMA. Las proyecciones de las áreas marítimas de 200 millas que corresponden a ambos países se superponen en un área de más de Km2. En ausencia de una “lex especialis” (un tratado que haya establecido los límites marítimos) esta área de superposición debe dividirse en principio a través de una línea equidistante. (Daniel Sotelo Apolaya)

El segundo desacuerdo es el RELATIVO AL PUNTO DE INICIO DE LA FRONTERA MARÍTIMA. El Perú considera que éste se inicia –conforme al derecho internacional- en un punto denominado CONCORDIA, ubicado en la orilla del mar en la coordenada de latitud sur 18º21’08” S. Chile por su parte sostiene que el punto de inicio de la frontera marítima es el que corresponde al Hito 1 de la frontera terrestre, al interior del territorio peruano, en un punto seco, en el paralelo 18º21’00”. (Daniel Sotelo Apolaya)

El tercer desacuerdo de la controversia es el DIFERENDO EN TORNO A UN ÁREA DEL DOMINIO MARÍTIMO PERUANO DE MÁS DE Km2, ubicada fuera del espacio que comprende la controversia de límites marítimos y al margen de la zona de pretensión máxima de la proyección marítima de Chile. El gobierno de Chile desconoce la soberanía y jurisdicción del Perú a través de su legislación interna y otorga a la zona el estatuto de alta mar, reivindicando para sí la tesis del mar presencial; conforme a la cual ejerce facultades de explotación económica preferencial, regulación medio ambiental y ciertas jurisdicciones de carácter judicial.

Sobre el Hito No. 1 El artículo 2° del Tratado de 1929 establece que la frontera debe partir de un punto que se denomina “Concordia”, el cual fue determinado en abril de 1930 por la “Comisión Mixta de Límites” ― creada en virtud del Tratado ― resolviendo que “este punto de intersección del arco trazado con la orilla del mar será el inicial de la divisoria entre Perú y Chile”. Asimismo, dispuso la colocación de un hito a una distancia prudencial de la orilla para evitar su destrucción por el mar, siendo éste fijado a aproximadamente 180 metros y denominado hito N.° 1 o hito orilla del mar.

El asunto es que Chile pretende desconocer el punto Concordia como límite internacional terrestre (Lat.18°21’08”S, Long.70°22’39”W) ― determinado definitiva y permanentemente en el tratado de 1929― y usar el hito N°1 (Lat.18°21’00”S, Long.70°22’56”W). El motivo de esta pretensión chilena tiene que ver con su afán expansionista ya que debido a la diferencia de coordenadas entre el punto de Concordia y el hito N°1, usando éste último, se apropiarían de aproximadamente 37,000 m2 de nuestro territorio terrestre (Alfredo Palacios Dongo)

Contexto histórico-social de América Latina en el siglo XIX Durante las primeras décadas del siglo XIX se producen en América castellana, una serie de procesos independentistas de la dominación colonialista ejercida de España. Lo cual no significa que en siglos anteriores no se hayan producidos importantes intentos emancipadores. Éstos, generalmente, fueron movimientos antifeudales y anticoloniales, dirigidos por indígenas y mestizos, desde los momentos de resistencia a la conquista hasta los días de liberación. El más grande de ellos fue el de Tupac Amaru II Los movimientos de las primeras décadas del S. XIX de América Latina fueron dirigidos por las aristocracias criollas, que buscaron romper con los lazos coloniales de España. La Independencia de los distintas colonias hispanas, en realidad fueron rupturas políticas convenidas y de carácter elitista y clasista, que buscaron el control político, pero no la transformación revolucionaria burguesa de la América feudal.

La excepción la constituyó el general Simón Bolívar, cuya ideología liberal-burguesa (revolucionaria para aquellos tiempos feudales) lo indujo a intentar transformar la feudalidad en la construcción de una América unida, moderna en el contexto de una economía burguesa y superar el fraccionamiento medieval de la sociedad americana. Frente a este proyecto de la integración bolivariana, los nacientes Estados Unidos de Norteamérica, se opusieron a los proyectos de Bolívar por considerar un peligro para sus intereses de dominar y subyugar a los países del Caribe, Centro y Sudamérica. Uno de los últimos intentos de avanzar en la integración americana fue la Confederación Perú-Bolivia. Frente a este proyecto surgió el Ejército restaurador en el que habían muchos combatientes chilenos.