Fines y Medios en JMV Documento Final X Asamblea Nacional 16 y 17 de abril 2016

Preludio Un siglo después de la muerte de Cristo el cristianismo, pasa a ser religión oficial del Imperio. ¿Cómo explicar algo así? Sólo por la acción del Espíritu Santo. En fidelidad a sus orígenes, la comunidad cristiana tenía muy claros sus FINES y sus MEDIOS. Como parte de la Iglesia universal, JMV siente la responsabilidad de reflexionar sobre los FINES y MEDIOS que marcan los Estatutos para seguir siendo fiel a la inspiración fundacional y no perder empuje apostólico ni vitalidad misionera.

Mirada agradecida al pasado Los años posteriores al Concilio Vaticano II fueron años de gran creatividad pastoral marcados por un revolucionario “volver a la fuente primera”. JMV nace precisamente como propuesta de novedad para llegar a la juventud. FINES MEDIOS Casi cuatro décadas después se hace necesaria una pequeña pausa en el caminar que permita volver la vista atrás para ser consciente de las FORTALEZAS y DEBILIDADES a la hora de poner en práctica los Medios que la Asociación se dio a sí misma para cumplir sus Fines. La fidelidad y el compromiso están en juego.

Mirada apasionada al presente Una de las razones de la rápida expansión del cristianismo es precisamente la persecución a la que fue sometida la comunidad por judíos y romanos. La persecución produjo el efecto contrario al deseado. El Papa Francisco nos invita a acordarnos de los primeros cristianos para vivir nuestro tiempo con la misma fidelidad al Señor porque “hoy no es más difícil, es distinto”. AMENAZAS OPORTUNIDADES Las amenazas que a algunos les pueden llegar a paralizar, son para JMV, asociación llena del amor de Dios, el acicate necesario para vivir una mayor fidelidad a Dios, a su historia y al joven al que sirve.

Mirada esperanzada al futuro Detectadas las debilidades y fortalezas, convertidas las amenazas en oportunidades, queda abrirse con ilusión a los RETOS y COMPROMISOS que aún hay fuego y vida en el alma y los sueños de JMV.

Coda final Roma acabó con la vida de muchos cristianos, pero no con la Iglesia, que se hacía fuerte con cada golpe. La Iglesia, obra del Espíritu Santo, seguía creciendo fiel a su Esposo bajo la guía del Espíritu. Es verdad que algunos se quedaron por el camino, llenos de miedo ante la perspectiva del sufrimiento y la muerte, pero aquellos en los que el amor de Dios era fuerte, caminaron hacia el FIN que Cristo les había marcado sostenidos sólo con los MEDIOS que su Señor les había dejado: la oración, la eucaristía, la comunidad y la enseñanza de los apóstoles.