¡¡¡ ¡ Jesús, sánanos! Por tus heridas,
de las envidias, de los sentimientos enfermizos. Por la herida de tu costado, sánanos de los amores engañosos, de los odios, de los rencores,
Por las heridas de tus manos de las buenas obras paralizadas. sánanos de las malas acciones, de las omisiones, de las buenas obras mal hechas,
de los pasos que han escandalizado a los otros. de los pasos dados fuera de tu voluntad, sánanos de los pasos en falso, de los pasos no avanzados por pereza,
Por las heridas de tu cabeza, de las ligerezas y de los temores paralizantes. sánanos de los malos pensamientos, de los pensamientos inútiles, de los falsos juicios, de las imaginaciones vanas y pecaminosas
de las heridas hechas a la dignidad de las personas. abiertas por la flagelación, sánanos de las heridas de la sensualidad, del desorden de los sentidos, del abuso del cuerpo,
Ayúdanos a curar también nosotros las heridas cotidianas: las que causamos, las que recibimos y las que hacemos a nuestros hermanos sin enterarnos siquiera.
Que también nosotros podamos sanar a cuantos estén a nuestro alcance. Belgran Cohen Señor Jesús, por tus heridas hemos sido sanados. Amén. Beato Alberione