Erase una vez un joven que apreciaba mucho ser mundano tenia una devoción exagerada de las cosas tercer mundista en un sentido abnegado para esta sociedad superávit de prejuicios y toda la gente le preguntaba su motivo de ser, que no era de agrado para los demás, y por que lo hacia el solo respondió que le era agradable ayudar que no era necesario esperar que la persona le pidiera ayuda el brindaba ayuda al que la necesitaba…
Su sentido filantrópico era demasiado afable, lo llenaba de autogestión y que por ese simple hecho era así, pero la gente no lo entendía y le decían que era un poco ciego por que no se fijaba en el sino en los demás que no le debían interesar. Un día el se puso a pensar lo que le decían las personas de su alrededor llegan a un absorto que culmino con su confusión…
Preguntándose ¿Por qué estoy aquí? ¿para que estoy aquí? Y ¿para donde voy o que voy hacer aquí?. A pesar de no contestarse el siguió su camino y opto por ser el mismo, el solo quería ser feliz en esta vida haciendo lo que mas le gusta…
Sus compañeros siempre le aconsejaban bien, el se decidió pertenecer a una tribu urbana que se le denomina rastafaris, ellos le mostraban o le decían que cada día era un regalo que no se debe de desaprovechar ya que cada día era muy importante eso lo aprendió. Sin embargo preocupado por lo que los demás le decían decidió exponer sus sentimientos a la luz y así lo que fue una incertidumbre paso…
Paso a una creencia fija e irrefutable para el, cada persona que le preguntaba por su estilo de vida el ya tenia una respuesta concisa pero fundamentada de el porque de su filosofía de vida y así poco a poco fue dejando esa...
Precariedad que era eminente, siguió su camino explicando su realidad y ganándose el respeto de la gente, claro también tolerancia y el hizo que las persona reivindicaran sus valores que eran un legado que por ende debe ser viable pues el decía : Nuestra revolución sigue siendo nuestra otredad. Todos somos iguales ante esta ley natural. fin