BEATO JUAN PABLO II Textos: Néstor A. Scamarone M. Amo la vida, no le temo a la muerte, por que tengo la suerte, de saberla vivir. Jovita de Scamarone.

"No tengáis miedo - insiste Jesucristo en el Evangelio - Mateo 10, "No tengáis miedo" fueron las primeras palabras que Juan Pablo II lanzó al mundo entero desde la Plaza de San Pedro, cuando inauguró su pontificado, el 22 de octubre de "No tengáis miedo a la verdad de vosotros mismos"; es decir, el Papa propuso superar el miedo "del hombre y de lo que ha creado": "¡no tengáis miedo de vosotros mismos!". Desde el inicio de su pontificado el Papa exhortó a confiar en el hombre, desde la humilde aceptación de su contingencia y de su pecado, dirigiendo la mirada al único horizonte de esperanza: Jesucristo.

“¡No tengáis miedo a abrir de par en par las puertas a Cristo!”. Esta expresión es, posiblemente, uno de los gritos más esperanzadores y revolucionarios del mundo contemporáneo, que se debate entre la angustia y los miedos hacia los monstruos que él mismo ha creado: la guerra, la cultura de la muerte, la pérdida de la dignidad humana...

Su sufrimiento, pasión y calvario ha sido evidente por la humanidad entera, lo han visto en su Gólgota como hijo de Jesucristo, lo han visto en su profundo amor y dolor; sin embargo en su >, él con su ejemplo nos ha dicho: “No tengáis miedo” por que Dios está con nosotros, el sufrimiento, el dolor y la muerte es parte de la vida, de esa verdadera vida que es la Resurrección en Dios; hay que recordar la Ley de la Cruz: era necesario que el grano fuera arrojado en tierra para que brotara en todo su esplendor.

"¿Por que no debemos temer?”, se preguntaba en vida, Juan Pablo II, y responde: “el poder de la Cruz de Cristo y de su Resurrección es más grande que todo el mal del que el hombre podría y debería tener miedo, “Cruzando el umbral de la esperanza“. El Papa siempre abordó el tema del sufrimiento humano de distintas maneras y con diferentes palabras, pero todas son coincidentes en que el sufrimiento fortalece el espíritu del hombre. Ahora entiendo su dolor y angustia que cada día se hizo mas grande y conmovedor, y tan pero tan evidente... Ahora entiendo que cuanto más agonizaba el Santo Padre, más fuerte e impactante era su lenguaje no verbal y de expresión divina.

Vengo a ustedes como un testigo que ha experimentado el sentido y la importancia del sufrimiento", "Vivimos en un mundo que intenta erradicar el dolor, el sufrimiento, la enfermedad y la muerte de la memoria individual y colectiva", éstas fueron las palabras que pronunciara el Papa en una casa de asilo para enfermos desahuciados; posteriormente sin que se permitiera a la televisión filmar al Papa, éste se acercó a la cama de cada uno de ellos. Se veía a lo lejos, la imagen de un hombre de Dios sentado y encorvado, hablarles al oído a cada uno, nunca se sabrá que les decía, pero sin duda su presencia y su voz no era la del consuelo para morir y dejar el mundo físico, era la del camino a la verdad, ya que morir es parte de la vida y la verdadera vida es Dios.

En su Encíclica Salvifici Doloris de 1984, el Papa concluyó ".. el dolor es sobrenatural porque está arraigado en el misterio divino de la Redención, y es también profundamente humano porque en él la persona se conoce así misma: su humanidad, su dignidad, y su misión", el sentido del sufrimiento es el amor. "Cristo enseñó al hombre hacer el bien mediante su sufrimiento, y a hacer el bien a los que sufren".

...y diles a todos los que encuentres que hay un hombre clavado en una cruz”. El Papa está en la verdadera casa a la sombra divina de Dios, oremos por él, por que él ora y cuida de nosotros; entonces, “No tengáis miedo…”.

“No tengais miedo…” Textos: Néstor A. Scamarone M.