En verdad no sabemos que hace falta algo hasta que notamos su ausencia. En la actualidad entendemos que la Humanidad carece de la capacidad para perdonar. Para entenderlo mejor solo debemos echar un vistazo al mundo. Vea cuantas naciones se debaten actualmente en guerras, terrorismo, sabotaje, persecuciones por motivos políticos y por motivos religiosos, secuestros, y otras manifestaciones del hombre cuando usa la violencia contra su hermano sin darse cuenta que se maltrata a si mismo; pues Dios dice:... Todo lo que el hombre sembrare, eso también segara. Como seres humanos nos debe llamar la atención lo que sucede en esas naciones, pues sobre todo observamos que en la medida que se acentúa la violencia en esos países, la RUINA y la DESTRUCCIÓN, se apodera de ellos Como decíamos es grave que el hombre no pueda perdonarle a su hermano su desacuerdo sobre cuestiones políticas o religiosas; y aún se persigan a las personas por su nacionalidad, color de piel y también por su posición social. En definitiva el hombre no entiende que Dios nos hizo a todos diferentes, pero que a la vez todos somos necesarios, hacemos falta, complementamos la humanidad. Cada uno de nosotros, puede, con su punto de vista, ayudar a resolver el reto de la humanidad, el cual es transitar por este mundo en paz unos con otros, sirviendo a los demás. Mientras el hombre no entienda que las diferencias que tenemos en nuestra personalidad, en nuestras opiniones, y en nuestra manera de pensar o hacer las cosas; cuando las podemos canalizar adecuadamente, pueden servir al mundo para que este pueda avanzar, continuará persiguiendo a los demás, porque no puede ver el bien en las diferencias sino un supuesto mal. El hombre necesita perdonar, aceptar a los demás tal y como ellos son, y no seguir aborreciendo a sus hermanos deseándoles el mal, porque no logran pensar o ser como el espera que sean. El hombre pretende diferenciarse del hombre, bajo cualquier pretexto, no entendiendo que no hay ser humano perfecto y que todos padecemos de algún defecto o debilidad. Quizá a esta altura podamos entender lo grave del asunto: que el hombre arremete y hasta trata de eliminar a su hermano, porque este no es perfecto. ¡Que contradicción!. Y quizá está tratando de quitar de en medio al que tiene la solución. El ejemplo más palpable de todo esto fue el del Señor Jesucristo, a quién por no pensar como algunos lo sacrificaron, siendo Él quien tenía la solución.

¡ Nosotros tenemos la respuesta...! Seamos factores, instrumentos en las manos de Dios para que el mundo alcance la unidad, la comunión. Que nuestros labios sean para bendecir a nuestros hermanos, no para diferenciarnos. Debemos ser optimistas si vivimos en amor. Continuamos con el reto, implorando a Dios que nos perdone, y no solo en Venezuela, observemos a Colombia, el Medio Oriente...Amado hermano, no importa tu religión, ¡ayuda hermano !, ¡ ayuda !, implora a Dios el perdón. El perdón de Dios y el perdón entre los hombres, que es algo grandioso ante los ojos de Dios, pues para eso fue el sacrificio perfecto del Hijo de Dios para perdonarnos a todos, no por merecerlo ni porque pensemos igual que Dios, sino por amor. Vivamos Unidos Vivamos Mejor