Nuestro conocimiento es necesariamente finito, mientras que nuestra ignorancia es necesariamente infinita (Karl Popper).
La enfermedad del ignorante es ignorar su propia ignorancia (Amos Bronson Alcott).
El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona (Aristóteles).
El fatuo y el ignorante, se denuncian al instante (Anónimo).
La peor ignorancia es aprender para saber y no para vivir (Manuel Primo Iglesias).
Nada en el mundo es más peligroso que la ignorancia sincera y la estupidez concienzuda. (Martin Luther King)