EL Liberalismo Económico Adam Smith

Adam Smith y la Moral En su Teoría de los Sentimientos Morales intentaba responder a dos preguntas: ¿En que consiste la virtud? ¿Qué principios psicológicos usamos para determinar lo que es o no virtuoso ?

Adam Smith y la Moral Afirmaba que la búsqueda de nuestra felicidad personal era una virtud. Como con otros liberales, el interés propio y las preferencias individuales—el individualismo— ocupan un lugar central en su pensamiento social. Redefine la satisfacción del interés propio; en su pensamiento no se trata de un vicioso egoísmo sino de una virtud.

Adam Smith y la Moral “No es la benevolencia del carnicero, del cervecero o del panadero de donde procede nuestra cena, sino de su respeto por su propio interés. No nos dirigimos a su humanidad, sino al amor de sí mismos, y nunca les hablamos de nuestras propias necesidades, sino de sus ventajas” (Smith citado en Giner 1967).

Adam Smith y la Moral En Teoría de los Sentimientos Morales Smith Justifica el egoísmo y lo redefine como virtud Rechaza la propuesta de Francis Hutcheson de que la mayor virtud es la benevolencia. Planteaba que alcanzar un cierto grado de riqueza promueve virtudes, virtudes necesarias para la felicidad. Su visión combinaba la perspectiva estoica y la aristotélica con de Hutchenson.

Adam Smith y la Moral Para Smith determinamos lo que es virtuoso mediante la empatía, la habilidad de ponernos en el lugar del otro, asumiendo el rol de un “espectador imparcial.”

Adam Smith y la Economía Su teoría económica aísla el estudio de la economía de toda consideración ética pero depende de su teoría de los sentimientos morales. El libro La Riqueza de las Naciones fue el texto fundacional de la economía como ciencia. Buscaba explicar porque los mercados económicos, religiosos y políticos no solo eran los mas eficientes sino también los mas afines a la naturaleza, los favoritos de cualquier “espectador imparcial.”

El Providencialismo de Smith No es el egoísmo lo que guía a los hombres sino la divina providencia. Es Dios quien ha puesto en nuestras conciencias el deseo de mejorar nuestra situación material. Dios ha ordenado la vida económica de tal manera que existe armonía social: la búsqueda de nuestro propio bien es simultáneamente la búsqueda del bien para todos.

El Providencialismo de Smith Los infinitos egoísmos individuales que pueblan el planeta forman un todo armónico. “[los hombres] son conducidos por una mano invisible que les hace distribuir las cosas necesarias de la vida casi de la misma manera en que habrían sido distribuidas si la tierra hubiera estado repartida en partes iguales entre todos sus habitantes y, así, sin proponérselo, sin saberlo, promueven el interés de la sociedad y proporcionan medios para la multiplicación de la especie.”

El Providencialismo de Smith La “mano invisible” no es el mercado abstracto sino Dios. La Providencia no solo armoniza la vida económica sino que promueve además la división del trabajo, lo que permite incrementar la eficacia del esfuerzo humano.

Smith y su Contribución a la Economía Establece una distinción entre el valor intrínseco—producto del trabajo—y el valor de cambio de la mercancía—su precio en el mercado. El valor intrínseco y el valor de cambio de una mercancía particular no es necesariamente el mismo. La mayor parte de las veces son distintos.

Smith y su Contribución a la Economía Define salarios y ganancia. El salario pago a la mano de obra, depende de la oferta y la demanda. A mayor oferta menores los salarios. Ganancia Se pagan al capital invertido Variaciones dependen de la oferta y la demanda.

Smith y su Contribución a la Economía El precio es consecuencia exacta del equilibrio entre la demanda de un bien en el mercado y la oferta del mismo [Ley de Oferta y Demanda] El interés (las ganancias que se derivan del capital prestado) y la renta (de propiedades) también dependen de la oferta y la demanda.

Smith y el Estado Como los liberales Smith afirmaba que el estado debía limitarse a garantizar la justicia, la seguridad y el orden. Debe abstenerse de otras intervenciones y dejarlo todo a la Divina Providencia. No debe estropear la armonía que solo puede garantizar la “mano invisible.” Rechazaba el mercantilismo a favor del libre mercado y el capitalismo. Se oponía a las aduanas y favorecía el libre comercio.