Javier Muñoz, 1º C Metamorphoseon Liber IX P. Ovidius Naso

Índice I. Hércules y el Aqueloo II. Neso y Deyanira III. Deyanira y Hércules IV. Apoteosis de Hércules V. Alcmena VI. Galántide VII. Dríope VIII. Iolao y los Alcmeónidas IX. Mileto X. Biblis XI. Lidgo y Teletusa XII. Ifis e Iante .

I. Hércules y el Aqueloo El héroe Teseo le pregunta al Dios del río Aqueloo el motivo de sus heridas. El Aqueloo se remonta a su pasado y comienza a hablar del amor incontenible que profesaba a Deyanira, hija de Eneo. Hércules también era pretendiente de la bella Deyanira, por lo que el Aqueloo se enoja y ofende a Hércules hablando despectivamente sobre sus orígenes.

Hércules monta en cólera. Comienza una brutal batalla. El Aqueloo trata de vencer al héroe transformándose en serpiente y posteriormente en toro. Hércules le vence en todas sus formas: ya había derrotado serpientes más poderosas en el pasado, y cuando se convierte en toro le arranca uno de sus cuernos.

II. Neso y Deyanira Hércules trata de cruzar el río Eveno junto a Deyanira, quién había pasado a ser su nueva esposa. Para ello le pide ayuda a Neso, centauro que también estaba locamente enamorado de la joven. Mientras que atravesaban el Eveno, el centauro trata de violarla. Hércules, enojado, le lanza una poderosa flecha que acaba con su vida. Antes de morir, el centauro otorga a Deyanira una misteriosa tela.

III. Hércules y Deyanira A oídos de Deyanira llegan falsos rumores de que Hércules le está siendo infiel. Desesperada, decide pedirle a Licas, criado de Hércules, que entregue a su esposo la túnica otorgada por el perverso Neso. Hércules se pone dicha túnica, que estaba impregnada de un potente y mortífero veneno. Furioso y agonizante, justo antes de morir arroja a Licas por los aires. El criado cae al mar y se convierte en un peñasco.

El último día de Hércules El último día de Hércules. El Héroe recibe la túnica a manos de Licas despreocupadamente, como si de un presente se tratase, incapaz de advertir la trampa que Neso le había tendido.

IV. Apoteósis de Hércules Los dioses informan a Júpiter de el peligro al que estaba sometido su hijo. Júpiter les indica que no se preocupen. Hércules es recibido por su padre en la morada celestial. Desaparece todo rastro de la madre en la figura del héroe, quedando en ella solo rasgos de Júpiter y volviéndose mucho más grande y poderoso.

V. Alcmena La madre de Hércules se lamenta por la pérdida de su hijo y comienza a recordar el día de su nacimiento. Mientras que trataba de llevar a cabo el parto, invoca a Lucina y a los dos esfuerzos. Juno, rencorosa y celosa, aparece y trata de evitar que el parto pueda llevarse a cabo.

VI. Galántide Galántide, criada de Alcmena, advierte lo que ocurría por culpa de Juno. Decide tenderle una trampa y confundir a la diosa para que crea que sus esfuerzos no han servido de nada. La diosa se sorprende y deshace sin querer el hechizo. Enojada, transforma a Galántide en un insecto.

El Nacimiento de Hércules. En este dibujo puede contemplarse el sufrimiento de Alcmena al dificultar la diosa el parto. Al fondo, Galántide conversa con Juno.

VII. Dríope Alcmena comienza a recordar lo ocurrido a su hermana, Dríope. Su hermana había sido violada por Apolo y le había dado un hijo. Recogió flores en un loto junto a su hijo, pero el árbol en realidad se trataba de una ninfa transformada. La ninfa, enojada, hizo que Dríope se transformase también en árbol. La pobre Dríope ruega justo antes de acabar la metamorfosis que le den pecho a su hijo bajo aquel árbol y le prohíban tocar el loto.

VIII. Iolao y los Alcmeónidas Aparece Iolao, que ha rejuvenecido por órden de Hércules Temis profetiza que habrá una guerra si Júpiter no otorga el mismo don a los nietos del Aqueloo. El propio Júpiter se manifiesta aclarando que estos deben rejuvenecer por el destino, al igual que Iolao.

IX. Mileto Lo dicho por Júpiter conmueve a los dioses y agobia a diversos ancianos entre los cuales estaba Minos. Minos temía al hijo de Apolo, Mileto. Mileto huye hacia Asia y funde una ciudad con su nombre.

X. Biblis Allí conoce a Biblis, hija de Meandro, y a su hermano Cauno. Biblis amaba profundamente a su hermano, por lo que le escribe una carta. Cauno, a quién el incesto le parecía algo detestable, la rechaza claramente. Biblis, a pesar de su arrepentimiento, sigue insistiéndole. Cauno huye, y Biblis, presa de un incontrolable dolor mezclado con una insoportable cólera, huye también. Cae exhausta y pasó a transformarse en una fuente de su mismo nombre.

Biblis. La descendiente de Apolo se lamenta por el rechazo de su amado hermano. A pesar de concebir el incesto como algo horrible y antinatural, su pasión acaba venciendo por completo a lo que le quedaba de razón. Las consecuencias de esto son obvias.

XI. Ligdo y Teletusa Mientras tanto, en Creta vivía un plebeyo llamado Ligdo, cuya mujer daría a luz dentro de poco. Ligdo le pide que se de prisa y que de a luz a un hijo varón. En el caso de que el pequeño fuese una niña, deberían matarlo. Diversos dioses egipcios aparecen en los sueños de Teletusa para advertirla de que debía desobedecer las órdenes de su marido.

XII. Ifis e Iante Teletusa da a luz a una niña de nombre Ifis. Miente a Ligdo para evitar que acabase con la vida de la pequeña. Ifis madura creyendo todos que de un muchacho se trataba y es prometida en matrimonio a una joven de nombre Iante. Llega el día de la boda y, desesperada, Teletusa realiza una invocación a los dioses egipcios. Ifis se transforma en un muchacho joven y atractivo.