¡¡ ENHORABUENA !! A, ti Francisco Coll, hombre de fe inquebrantable y caridad ardiente, que pasaste por la vida haciendo el bien, que la cruz fue el sello de tu obra y misión. Fuiste hombre sencillo y cercano a los demás, predicador incansable. ¡Alégrate! Porque no fue en vano tu esfuerzo, no se olvidó tu mensaje y tu obra perdura actualmente. Gracias por tu herencia. ¡Bienaventurado eres!
¡¡ ENHORABUENA !! Tú, Iglesia, ¡enorgullécete! por un nuevo y fiel imitador de Cristo, que amó entrañablemente a la Virgen y que entregó su vida en ayuda a los hombres. Tienes un nuevo santo que, en medio de una sociedad hostil, supo ser pregonero del evangelio y te enriqueció con una nueva plataforma misionera – educativa, la Anunciata.
¡¡ ENHORABUENA !! ¡Buena noticia..! ¡La enhorabuena..! de un modo especial a vosotras Dominicas de la Anunciata, que heredasteis su espíritu y continuáis “como brillantes estrellas” iluminando las tinieblas de la sociedad. ¡Felicidades! Por el acontecimiento, tanto tiempo esperado, de la canonización de vuestro Padre Fundador. Que su espíritu siga siendo el norte de vuestro actuar.
¡¡ ENHORABUENA !! ¡Regocijaos! También vosotros, alumnos y padres de los colegios Anunciatistas, los jóvenes, ancianos, enfermos, que vivís en contacto con la extensa Obra del preclaro Fundador, todos los que, gracias a su empeño, hoy podéis confiar en el apoyo de sus Hijas, las Dominicas de la Anunciata
¡¡ ENHORABUENA !! Y tú, Familia Dominicana, ¡ exulta de gozo! porque ensanchas la pléyade de hombres íntegros y comprometidos en el servicio del Evangelio. Surge un nuevo santo! ¡Francisco Coll! Que en medio de contradicciones logró ser un perfecto imitador de Sto. Domingo.