El amigo verdadero te mira y te escucha. La amistad ilumina siempre la vida del amigo, especialmente en los momentos de mayor oscuridad.
La amistad es una forma de amor totalmente libre de egoísmo. La amistad que se pierde nunca fue verdadera.
Pocas cosas hay que rejuvenezcan tanto como compartir unas buenas carcajadas con un viejo amigo.
No hay amistad verdadera si no existe la disposición de perdonar los defectos del otro. El bien más importante en la vida es la posesión de la amistad.
El conocimiento es la base de la amistad. Quien carece de amigos va por el mundo como forastero
La amistad es transparencia, es franqueza, lealtad, respeto y sinceridad en mutua correspondencia. Es un néctar, una esencia de incalculable valor. Es el hombro acogedor donde el alma se desnuda y se convierte en ayuda en el momento peor.
La amistad es una sabia inversión: los mayores tesoros de la vida son las personas.
Más fácil es encontrar un amor apasionado que una amistad perfecta. Un hombre sin amigos es como un árbol sin raíces. Amigos son aquellos extraños seres que nos preguntan cómo estamos y se esperan a oír la contestación.
Nunca es largo el camino que conduce a la casa de un amigo. La amistad es la luz, la raíz y el alma de la vida; si falta la amistad la vida se apaga, se seca y se muere.
La verdadera amistad llega cuando el silencio entre dos parece ameno. El amigo es quien abraza un secreto siendo nuestro seguro cómplice, quien ablanda la angustia, quien aconseja en una dirección, y sobre todo... quien alegra y conforta.