Marzo 2004 Por Marité Malaspina MI VIAJE A LA ANTARTIDA Marzo 2004 Por Marité Malaspina
Comienzo mi diario del viaje a la Antártida desde un Buenos Aires en una tarde gris, fría y lluviosa del mes de mayo del año 2004. A dos meses de haber vivido una experiencia única e imborrable. Partí de Buenos Aires, un día 10 de marzo del año 2004, justo el año de la Antártida por conmemorarse los 100 años de presencia argentina en esos confines del mundo.
Realidad Abstracta A bordo del Rompehielo Irizar, empecé a darme cuenta que ese viaje era una realidad abstracta.... Se entiende? Estaba allí, dentro de un enorme buque donde las operaciones logísticas me desbordaron el asombro. Estaba allí, en medio de un grupo de personas que entregaban horas, días, meses y hasta años con un fin maravilloso, estar y proteger un futuro.
Un privilegio!! Las emociones que viví fueron muy hondas e inexplicables por estar presente en un espacio diferente. Un viaje de pocos para pocos. Un viaje a un estado y tiempo donde el pasado, el presente y el futuro están ahí. Esas fueron marcas profundas que dejaron este viaje a ese maravilloso continente, la Antártida.
Rumbo al Polo en Alta Mar A bordo del Rompehielo Irizar, empezaron a sorprenderme las diferentes maniobras de los helicopteros en la cubierta de aterrizaje
Despertando emociones Los atardeceres que teñían los cielos y los mares, y todo perfil que se viera de tonos dorados, iban dándole el color a mi viaje
Una inquietud Las diferentes vistas que vivencié desde alta mar a través de las redes de los chinguillos que son usados para el transporte de materiales a las Bases Antárticas, despertaron en mí la inquietud de una búsqueda desde un lugar escondido.
Camino de agua Me dejé trasportar por senderos acuosos que el buque dibujaba tras su paso en un mar calmo. Mar que fue un escenario de muchos encuentros, algunos gratos, otros no.
Encuentro con el Buque Patagonia Lo grato. El encuentro con un barco de guerra que servía como nodriza en el suministro de combustible al Rompehielo Irizar, para que pudiera seguir su derrotero hacia la Antártida sin escalas
Barcos Fantasmas en el límite de las aguas territoriales Lo ingrato. Un mar que era testigo de la depredación de nuestra riqueza ictícola. Barcos fantasmas que a centenares aparecían entre bruma marina.
Sorprendente nocturnidad Descubrí el mar negro de la noche. Y un horizonte subrealista lleno de soles incandescentes. Eran los buques factorías que continuaban con la pesca.
La tempestad El mar me mostró sus distintos ánimos, cuando cruzamos el Pasaje Drake ….. Un mar que se mostraba bravío latigando con sus olas nuestro paso
Una realidad Y asi en el derrotero antártico y sin darme cuenta, me situé en el paralelo 60 en el casquete polar, bordeando las Islas Shetland del Sur. Recién allí tomé realidad de donde estaba
Gigantes de hielo Empezaron a aparecer los hielos, encantándome con sus formas abstractas y sus colores. El Agua me hipnotizó mostrándome sus diferentes estados.
Los cuatro elementos estaban allí!! Mi fantasía me llevó a ver en el mar diferentes escenarios, convirtiéndolo en cielos nubosos Me conecté como nunca con los 4 elementos que unidos mostraban todo su potencial.
EL AIRE Me invitaron a volar. A bordo del helicoptero.... me sentí como pájaro descubriendo un lugar misterioso y desconocido. Lugar que desde el aire se percibía con mayor inmensidad.
El trabajo desde el aire Me conmovió el trabajo de todos los que con tecnología y esfuerzo, transportan la esperanza y el sustento de días y noches heladas, de quienes permanecen en las Bases trabajando por la humanidad.
TIERRA Tierra de hielo que el hombre la hizo habitable con amor y dedicación. Tierra y agua entrelazadas. Tierra escondida, soportando el manto del hielo.
Del Blanco al Gris Conocí un Continente Blanco así llamado por sus hielos y su nieve. Descubrí un tono gris predominante en el paisaje, en el clima y en la vida.
Los Colores Solo en muy pocas ocasiones pude ver otros tonos, que disimuladamente asomaban en el horizonte. Allí estaba la fuerza de la luz queriendo mostrar su color.
EL FUEGO Este fue el único pero bellísimo amanecer que pude disfrutar … El sol brilló calentando con su color esta tierra helada y ventosa.
Rumbo a Marambio El hielo comenzó a cubrir el mar formando una pista blanca donde el límite era la presión del barco sobre ella. Estabamos sobre un manto blanco, resistente y quebradizo, brillante y opaco a la vez.
AGUA Un mar con hielo y témpanos … Un mar que rodea un continente de agua Agua que en Tierra y Aire está presente en esas latitudes
El Regreso Llegué a Marambio y el avión Hercules me trajo de vuelta a Buenos Aires. Pero mi espíritu quedó marcado por este viaje.
FIN de mi viaje Este es un viaje que no tiene fin, pues mi corazón está allí. Y saben qué?... Lloré y sigo llorando de emoción por lo entendido en este viaje sobre la vida, la humanidad, el tiempo, la historia y mi lugar en este planeta.
Quiero dar las Gracias….. a Dios por permitirme vivir estas sensaciones a mi familia que me apoyaron en este viaje a María Paolucci que me invitara a compartir esta oportunidad Marité Malaspina www.maritemalaspina.com.ar www.fotocafe4elementos.com.ar info@fotocafe4elementos.com.ar