LA VIDA EN CRISTO LA VOCACIÓN DEL HOMBRE: LA VIDA EN EL ESPÌRITU

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EL PECADO Pues bien, un solo hombre hizo entrar el pecado en el mundo, y por el pecado entro la muerte. Después la muerte se propagó a todos.
EL PECADO Pues bien, un solo hombre hizo entrar el pecado en el mundo, y por el pecado entro la muerte. Después la muerte se propagó a todos.
1.Presencia real Eucarística Dios esta presente en su Iglesia de múltiples maneras (sacramentos, fieles, pobres)pero sobre todo está presente en las especies.
La palabra virtud proviene del griego areté y del latín virtus que significa viril, fuerza de carácter, capacidad, aptitud, excelencia, dinamismo, arrojo.
EL PECADO Pues bien, un solo hombre hizo entrar el pecado en el mundo, y por el pecado entro la muerte. Después la muerte se propagó a todos.
Transcripción de la presentación:

LA VIDA EN CRISTO LA VOCACIÓN DEL HOMBRE: LA VIDA EN EL ESPÌRITU La dignidad de la persona humana La dignidad de la persona humana está en su creación a imagen y semejanza de Dios.

La libertad es el poder dado por Dios al hombre de obrar o no obrar, de hacer esto o aquello, de ejecutar de este modo por sí mismo acciones deliberadas.

Un acto es moralmente bueno cuando, supone, la bondad del objeto, del fin y de las circunstancias.

Hay actos cuya elección es siempre ilícita en razón de su objeto ( por ejemplo: la blasfemia, el homicidio, el adulterio).

La conciencia moral es un juicio de la razón, que impulsa al hombre a hacer el bien y a evitar el mal.

Gracias a ella, la persona humana percibe la cualidad moral de los actos, permitiéndole asumir la responsabilidad del mismo.

Es necesario, por tanto, esforzarse por formar la conciencia.

La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el bien: Las principales virtudes humanas son las denominadas cardinales: la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza.

Justicia Prudencia Fortaleza Templanza

Las virtudes teologales son las que tienen como origen, motivo y objeto inmediato a Dios. Las virtudes teologales son: La fe, la esperanza y la caridad. Son infusas.

La fe es la virtud teologal por la que creemos en Dios y en todo lo que Él nos ha revelado, y que la Iglesia nos propone creer, dado que Dios es la Verdad misma.por la fe el hombre se abandona libremente a Dios.

La esperanza es la virtud teologal por la que deseamos y esperamos de Dios la vida eterna como nuestra felicidad, confiando en las promesas de Cristo y apoyándonos en la ayuda de la gracia del Espíritu Santo.

La caridad es la virtud Teologal por la cual amamos a Dios sobre todas las cosas y a nuestro prójimo como a nosotros mismos por amor a Dios.

Los dones del Espíritu Santo son perfecciones permanentes que hacen al hombre dócil para seguir las inspiraciones divinas.

Son siete: sabiduría, entendimiento, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios.

Fortaleza Consejo Entendimiento Sabiduría

Temor de Dios Ciencia Piedad

Los frutos del Espíritu Santo son perfecciones plasmadas en nosotros como primicias de la gloria eterna.

La tradición de la Iglesia enumera doce: “caridad, gozo paz, paciencia, longanimidad, bondad, benignidad, mansedumbre, fidelidad, modestia, continencia y castidad” ( Gálatas 5, 22-23 ).

El pecado es “una palabra, un acto o un deseo contrario a la ley eterna” ( San Agustín). Es una ofensa a Dios a quien desobedecemos en vez de responder a su Amor

Cristo, en su Pasión, revela plenamente la gravedad del pecado y lo vence con su misericordia. La variedad de los pecados es grande.

Pueden distinguirse según su objeto o según las virtudes o los mandamientos a los que se oponen. Pueden referirse directa- mente a Dios, al prójimo o a nosotros mismos.

En cuanto a la gravedad, el pecado se distingue en pecado mortal y pecado venial.

Se comete pecado mortal cuando se dan, al mismo tiempo, materia grave, plena advertencia y deliberado consentimiento.

Este pecado destruye en nosotros la caridad, nos priva de la gracia santificante y, a menos que nos arrepintamos, nos conduce a la muerte eterna del infierno.

Se perdona, por vía ordinaria, mediante lso sacramentos del Bautismo y de la Penitencia o Reconciliación.

El pecado venial, que se diferencia esencialmente del pecado mortal, se comete cuando la materia es leve; o bien, siendo grave la materia, no se da plena advertencia o perfecto consentimiento. Este pecado no rompe la alianza con Dios

Sin embargo, debilita la caridad, impide el progreso del alma en el ejercicio de las virtudes y en la práctica del bien moral y merece penas temporales de purificación.

El pecado prolifera en nosotros pues uno lleva a otro, y su repetición genera el vicio.

Los vicios, como contrarios a las virtudes, son hábitos perversos que oscurecen la conciencia e inclina al mal.

Los vicios pueden ser referidos a los siete pecados llamados capitales: soberbia, avaricia, lujuria, ira, gula, envidia y pereza.

Tenemos responsabilidad en los pecados de los otros cuando cooperamos culpablemente a que se cometan.