Carta a los Gálatas Introducción

A pesa de ser un escrito apologético, con claro tono polémico y precisamente gracias a ello, Pablo expresó en esta carta en términos sencillos los principios fundamentales de la fe y la vida cristianas diferenciándolos del judaísmo tradicional. A pesar de su brevedad es la más rica en contenidos. Se puede afirmar que Gálatas es la epístola en la que Pablo condensó toda su predicación.

La carta a los Gálatas es la que ha sido más veces comentada en los primeros siglos del cristianismo por los Padres de la Iglesia. Junto con la carta a los Romanos, ha sido el documento neo testamentario más importante en el protestantismo, aunque es prácticamente ignorado en las nuevas iglesias “evangélicas” y afines, y en todos los grupos fundamentalistas.

La razón es clara: estamos ante el gran manifiesto de la libertad cristiana. “¡han sido llamados a la libertad! (5:13). Y paradójicamente, la libertad para muchos produce pánico porque supone asumir responsabilidades sin seguridades y certezas absolutas como las que promete la observancia de la ley.

Como lo era para filósofos de la época, la libertad era una realidad importante también para Pablo. De hecho, es una realidad intrínseca a la naturaleza misma del ser cristiano, como lo expuso precisamente en la carta escrita a los cristianos de Galacia. Y es que Pablo estaba convencido de que, si se es verdaderamente cristiano, se es libre, porque “Cristo nos ha liberado para que vivamos en libertad” (5:1).

Esa libertad es la propia del Espíritu Esa libertad es la propia del Espíritu. Esa es “la verdad del evangelio” (2,4.14). Pero, ¿Qué entendían él y los gálatas por libertad? ¿de qué libertad se trata?

Es notable la cantidad de cristianos que siguen siendo esclavos de “la ley” y de sus miedos, por más que proclamen a los cuatro vientos lo contrario. Son esclavos de sus fijaciones con el pecado, de sus miedos al demonio o al infierno, de su creencia que “la salvación” depende de la estricta observancia de preceptos, ritos, costumbres, de sus escrúpulos o sus supersticiones, de sus obsesiones con la defensa de “un evangelio diferente” al de Jesucristo, que califican como “la verdad”.

De la busqueda de asegurarse el cielo con indulgencias o ciertas practicas ascéticas… su moral es la de la antigua alianza, no la de la gracia. Su fe es conceptual o emotiva, no la de la adhesión existencial de Jesucristo. Su praxis es la de observancias rituales legisladas, no la del amor misericordioso y fraterno. Se les ve, a unos sufriendo de la escrupulosidad, a otros cabizbajos y meditabundos, y a otros apagados, sin alegría en sus rostros, en las reuniones religiosas, pendientes de las prescripciones rituales….

Y esto se observa en pastores, religiosos y laicos por igual Y esto se observa en pastores, religiosos y laicos por igual. En resumidas palabras, viven un espejismo: no compenetrados con el evangelio de Jesucristo, sino con “otro evangelio”, de confección ideológica ¡si es que todavía se le puede calificar de evangelio (buena noticia)!. ¿La prueba? Su fijación con doctrinas y rituales fosilisados, con “el sabado”, que los hace irascibles e intolerantes.

En el otro lado del espectro están los muchos que gozan de la libertad de los hijos de Dios, que viven gozosos y con plena paz. Viven el “evangelio de Cristo” (Gál 1,7). Han comprendido y asumido el camino trazado por Jesús y proclamado por Pablo: el camino de la libertad, que es el del Espíritu, el que nos impulsa a exclamar “abbá Padre” (Gál 4.6)

Todo comentarista que quiera descubrir el sentido de un texto debe primero ser un lector de la vida y del texto. De ambos, la vida y el texto. Eso significa que debe estar en actitud de diálogo. Es una regla hermenéutica fundamental.

En este curso prestaremos atención también a los elementos retóricos, a la situación socio-cultural y, por cierto, a su contexto histórico circunstancial. Si bien a nosotros nos interesa su relevancia para el presente, para evitar la tiranía del puro subjetivismo es indispensable conocer primero el texto mismo en sus propios términos, esto es entrar en su mundo.