Introducción Pablo sorprendido por la osada actitud de alguno que probablemente había llevado a un hermano delante de los “injustos”, en este caso, presumiblemente las cortes seculares, para “juzgar” un caso concerniente al cuerpo de Cristo y al reino de Dios, sube el tono de su exhortación a toda la iglesia de Corinto, y a través de diez preguntas, busca mostrarles una vez más, que debido a su jactancia, han perdido su capacidad y su derecho de juzgar los asuntos del reino, quedando exhibidos ante los incrédulos.

v Corintios 6:1-4 ¿Osa alguno de vosotros, cuando tiene algo contra otro, ir a juicio delante de los injustos, y no delante de los santos? 2 ¿O no sabéis que los santos han de juzgar al mundo? Y si el mundo ha de ser juzgado por vosotros, ¿sois indignos de juzgar cosas muy pequeñas? 3 ¿O no sabéis que hemos de juzgar a los ángeles? ¿Cuánto más las cosas de esta vida? 4 Si, pues, tenéis juicios sobre cosas de esta vida, ¿ponéis para juzgar a los que son de menor estima en la iglesia?

v Corintios 6:5-6 Para avergonzaros lo digo. ¿Pues qué, no hay entre vosotros sabio, ni aun uno, que pueda juzgar entre sus hermanos, 6 sino que el hermano con el hermano pleitea en juicio, y esto ante los incrédulos? ¿Cuáles son las dos cosas que parecían haber olvidado? ¿Cuál era el lamentable error que solían cometer? ¿Qué es lo que parecía no haber entre ellos? ¿Con qué objetivo les había escrito usando preguntas retóricas, con respuestas obvias? ¿Hasta qué vergonzoso grado había llegado este envanecimiento?

v Corintios 6:7-8 Así que, por cierto es ya una falta en vosotros que tengáis pleitos entre vosotros mismos. ¿Por qué no sufrís más bien el agravio? ¿Por qué no sufrís más bien el ser defraudados? 8 Pero vosotros cometéis el agravio, y defraudáis, y esto a los hermanos. ¿Qué era ya de por sí una falta entre ellos? ¿Cuál era de esperarse que fuera la solución a un conflicto entre hermanos? Pero no solo no estaban dispuestos a sufrir el agravio por Cristo (Rom 13:8), ¿sino qué?

v Corintios 6:9-10 ¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erréis; ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, 10 ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios. 1 Juan 3:10 En esto se manifiestan los hijos de Dios, y los hijos del diablo: todo aquel que no hace justicia, y que no ama a su hermano, no es de Dios. Después de considerar el contexto, ¿a quienes se refiere como los “injustos”?

v.9-10 La gracia que por la fe nos justifica delante de Dios, tiene evidencias de justicia para con los hombres, por lo que no debemos cometer el peligrosísimo error de pensar, que algún tipo de injusticia pueda heredar el reino de Dios.

v.11 1 Corintios 6:11 Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios. Como en los versículos del 6 al 8 del capítulo anterior, se nos vuelve a recordar nuestra libertad como hijos de Dios, mediante el sacrificio de Cristo y por el poder del Espíritu Santo; ya lavados, ya santificados, y ya justificados, por lo tanto se nos exhorta a hacer efectiva nuestra nueva naturaleza, teniendo con nuestros hermanos el mismo sentir que hubo en Cristo Jesús (Fil 2:1-8).