“Y salió toda la congregación de los hijos de Israel de delante de Moisés.” “Así, pues, Bezaleel y Aholiab, y todo hombre sabio de corazón a quien Jehová dio sabiduría e inteligencia para saber hacer toda la obra del servicio del santuario, harán todas las cosas que ha mandado Jehová.

Y Moisés llamó a Bezaleel y a Aholiab y a todo varón sabio de corazón, en cuyo corazón había puesto Jehová sabiduría, todo hombre a quien su corazón le movió a venir a la obra para trabajar en ella. Y tomaron de delante de Moisés toda la ofrenda que los hijos de Israel habían traído para la obra del servicio del santuario, a fin de hacerla. Y ellos seguían trayéndole ofrenda voluntaria cada mañana.

Tanto, que vinieron todos los maestros que hacían toda la obra del santuario, cada uno de la obra que hacía, y hablaron a Moisés, diciendo: El pueblo trae mucho más de lo que se necesita para la obra que Jehová ha mandado que se haga. Entonces Moisés mandó pregonar por el campamento, diciendo: Ningún hombre ni mujer haga más para la ofrenda del santuario. Así se le impidió al pueblo ofrecer más; pues tenían material abundante para hacer toda la obra, y sobraba.” Éxodo 35:20-36:1-7

La gratitud nos hace altruistas con los demás y generosos al ofrendar.

ISRAEL, UN PUEBLO LIBERADO DE LA ESCLAVITUD Pobres económicamente. Durante la liberación de los esclavos israelitas los egipcios les dieron toda clase de joyas preciosas y enseres de gran valor, por primera vez tenían en sus manos objetos de mucho valor los cuales guardaron con gran celo y cuidado.

Preparación para el viaje. Después que las plagas cayeran sobre Egipto, los israelitas habían recibido instrucciones para el viaje rumbo a la tierra prometida, estaban experimentando el asombroso poder de Dios. Ellos no tenían nada para el viaje, eran pobres esclavos sin recursos financieros. Sin embargo, tenían algo mejor: fe en Dios. Dios puede convertir a un pueblo pobre y disminuido en económicamente poderoso.

Poder que enriquece. Dios abrió el mar ante ellos y endulzó el agua que necesitaban para tomar (Exo.15:15:25). Al mes de haber salido se acabó toda la provisión de alimento que llevaban y, desde ese momento en adelante, Dios les envió pan del cielo por el resto de su trayectoria (Exo.16:1, 35).

Un pedido asombroso. Dios le pide a su pueblo errante algo asombroso que pone a prueba su gratitud, altruismo y dadivosidad para ofrendar. Les pide que construyan un santuario. ¿Cómo es posible que Dios les pida semejante construcción a un pueblo que va errante por el desierto? Cualquiera de ellos podría objetar que no tenían trabajo ni entradas fijas, que nadie sembraba y por lo tanto nada se producía. Nadie poseía una hacienda o casa propia. ¿ofrendar para que se construyera un templo en el desierto?

Dios pidió cosas especiales. “Y salió toda la congregación…” (Éxodo 35:20), no unos cuantos. “Y trajeron cadenas y zarcillos, anillos y brazaletes y toda clase de joyas de oro; y todos presentaban ofrendas de oro a Jehová.” (Éxodo 35:22-29). ¿Qué haríamos si Dios nos pidiera traer ofrenda de oro a su templo? ¿Que hacer cuando hay muchos que no quieren ofrendar para Dios?

Dios da los dones. “Y lo ha llenado de Espíritu de Dios en sabiduría, en inteligencia, en ciencia y en toda arte, para proyectar diseños, para trabajar en oro, en plata y en bronce, y en la talla de piedras de engaste, y en obra de madera, para trabajar en toda labor ingeniosa. Dios nos ha dado los talentos y lo menos que podemos hacer es ponerlos a su servicio. Por lo tanto, la gratitud no sólo se expresa con dinero, también entregándole todos nuestros talentos.

Y ha puesto en su corazón al que pueda enseñar, así él como también a Aholiab… y los ha llenado de sabiduría de corazón, para que hagan toda obra de arte y de invención, y de bordado en azul, en púrpura, en carmesí, en lino fino y en telar, para que hagan toda labor, e inventen todo diseño” (35:31-35, la cursiva es agregada).

La obra del pueblo. “Diles que ya no traigan mas ofrenda para la construcción del templo” (Exo.36:2-7). Pobres pero generosos. Estaban demostrando que con esto serían los más ricos de todos los pueblos de la tierra. De paupérrimos a millonarios. Con razón Dios los felicitó más tarde a través del profeta Jeremías. (Jer.2:2,3)

“Ahora Dios nos llama, porque es nuestro turno hacer grandes esfuerzos y sacrificios a fin de colocar la verdad ante los que se encuentran en tinieblas.” (T. I. t.1 p. 177).