Mientras oraba, Jesús se transfigura y se manifiesta glorioso a los apóstoles.
Pero, en este caso, Jesús no está solo. Lo vemos conversando con Moisés y Elías.
Moisés que nos entrega la ley de Dios. Elías el mejor exponente de los profetas.
A sus pies están los tres discípulos más preparados para ver el esplendor de Cristo: Pedro, Juan y Santiago.
Se nos invita a admirarlo, a valorarlo, a respetarlo.
Se nos invita a escucharlo, a amarlo, a seguir su guía.
Nos habla de su pasión, nos habla de su cruz, nos habla de su muerte.
Nos habla de resurrección, nos habla de su gloria, nos habla de esperanza.