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Primarias de nuestras elecciones poéticas IES ‘Corvera’

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Presentación del tema: "Primarias de nuestras elecciones poéticas IES ‘Corvera’"— Transcripción de la presentación:

1 Primarias de nuestras elecciones poéticas IES ‘Corvera’
POEMAS Primarias de nuestras elecciones poéticas IES ‘Corvera’

2 Sensaciones BERTOL BRETCH
La primera mirada por la ventana al despertarse, el viejo libro vuelto a encontrar, rostros entusiasmados, nieve, el cambio de las estaciones, el periódico, el perro, la dialéctica, ducharse, nadar, música antigua, zapatos cómodos, comprender, música nueva, escribir, plantar, viajar, cantar, ser amable.

3 De la publicidad AURORA LUQUE
Reportaje de moda en Marrakech. Tres loin de l'innocence este perfume. Una fotografía retocada con acuarelas suaves. Si desea reparamos su piel. Esta revista cuenta familiares parábolas al fin: de cómo maquillar los sueños agresivos o cómo estilizar la derrota y el tedio. Perfumada de Armani la nada es altamente soportable.

4 Eau de parfum De la infancia, el olor del musgo en las acequias, del barro, de las moras y la extrema violencia de aprenderse. Del mar, la última nota de la última ola desplegada antes de regresar y convencernos de que no habrá sirenas. De la noche, las leves veladuras de un perfume italiano todavía de moda. De tu cuerpo, el aroma de libro de aventuras vuelto a leer; pero también de adelfas desoladas y ardiendo. Huele a vida quemada.

5 [Qué les he hecho yo a las estrellas] MOSEH IBN EZRA
que en las noches que estoy con mis amigos huyen como pájaros de la paz de los cielos, y en las que ellos están ausentes marchan lentas, cansadas… Sin ellos mis días son oscuros, con ellos mis días brillan.

6 [Hoy encuentro temblando ya y vacía] ANTONIO GALA
la casa que los dos desperdiciamos y el vago sueño del que despertamos sin habernos dormido todavía. Acordarse del agua en la sequía no hace brotar ni florecer los ramos. ¿Dónde estás, dónde estoy, y dónde estamos? ¿Qué fue del mundo cuando amanecía? Hoy me pasa el amor de parte a parte. Temo encontrarte y no reconocerte. Temo extender la mano y no tocarte. Temo girar los ojos y no verte. Temo gritar tu nombre y no nombrarte... Temo estar caminando por la muerte.

7 LUIS GARCÍA MONTERO Tu corazón, cerrado por reformas,
vagando va en la música sin querer contestarme. Forajido de siempre no resiste convivir bajo el reino metal de las palabras. La mirada que trajo conocía ese dolor errante de los barcos nocturnos. Se convirtió en testigo por decirme las dudas de mis ojos y la canción que esconden. Es silencio, silencio sin embargo, vacío encadenado al rayo de la luna. ¿Qué camino sin cruces, sin kilómetros, sabrá llevarme a él? ¿Dónde puedo encontrarlo?

8 De amictia, JULIO MARTÍNEZ MEZANZA
Si tuviese al justo de enemigo, sería la justicia mi enemiga. A tu lado en el campo victorioso y junto a ti estaré cuando el fracaso. Tus palabras tendrán tumba en mi oído. Celebraré el primero tu alegría. Aunque el fraude mi espada no consienta, engañaremos juntos si te place. Saquearemos juntos si lo quieres, aunque mucho la sangre me repugne. Tus rivales ya son rivales míos: mañana el mar inmenso nos espera.  

9 Otro poema de amor MIGUEL D´ORS
Qué dicha no ser Basho, en cuya voz florecían tan leves los ciruelos, ni ser Beethoven con su borrasca en la frente ni Tomás Moro en el taller de Holbein. Qué dicha no tener un bungalow en Denver (Colorado) ni estar mirando desde el Fitz Roy el silencio mineral de la tarde patagónica ni oler a bajamar de Saint-Malo y estar aquí contigo, respirándote, viendo la lámpara del techo reflejada en tus ojos.

10 Qué corta fue la noche ABELARDO LINARES.
Huelen a ti las sábanas, amor, y todavía está tu libro abierto encima de la mesa y hay libros por el suelo y discos y tabaco. Aunque aquí ya no estés, mis brazos aún te buscan. Y en este fingimiento de abrazarte en la almohada persigo tu recuerdo, tu cintura, tus hombros. Tu cuerpo no fue un sueño y quizás en el baño mi cepillo me espere, mojado de tu boca, o húmedas toallas que secaron tu pelo. Huelen a ti las sábanas. El barrio se despierta. Hay voces en la calle y luz tras la persiana. El sol debe estar alto. Qué corta fue la noche.

11 BEATRIZ GIMENO Más allá del sonido de tu nombre
que me clava tu ausencia en la memoria, donde acaba tu cuerpo, donde comienza el mío cada mañana, me salva la poesía. De morirme, de hundirme, derrumbarme, bajo la negra nube que siempre está en mi cielo, del miedo que encarcha mis pulmones, me salva la poesía. De las noches terribles, de las cavernas oscuras, del jardín de los muertos, de los criminales, de los olvidados, de los cuerpos enterrados en silencio, del olor de tu pelo, de tu ausencia, me salva la poesía y me levanta.

12 Soneto de amor oscuro LUIS ALBERTO DE CUENCA
La otra noche, después de la movida, en la mesa de siempre me encontraste y, sin mediar palabra, me quitaste no sé si la cartera o si la vida. Recuerdo la emoción de tu venida y, luego, nada más. ¡Dulce contraste, recordar el amor que me dejaste y olvidar el tamaño de la herida! Muerto o vivo, si quieres más dinero, date una vuelta por la lencería y salpica tu piel de seda oscura. Que voy a regalarte el mundo entero si me asaltas de negro, vida mía, y me invaden tu noche y tu locura.

13 Me gustas cuando dices tonterías, cuando metes la pata, cuando mientes, cuando te vas de compras con tu madre y llego tarde al cine por tu culpa. Me gustas más cuando es mi cumpleaños y me cubres de besos y de tartas, o cuando eres feliz y se te nota, o cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes (tu risa es una ducha en el infierno), o cuando me perdonas un olvido. Pero aún me gustas más, tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme: «Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno».

14 Las chicas como tú se ríen en las barbas del mismísimo Hammurabi
Las chicas como tú se ríen en las barbas del mismísimo Hammurabi. «Ojo por ojo y diente por diente» (lo hizo escribir en Babilonia, hace cuatro mil años). Las chicas como tú responden al amor con desdén y al desdén con amor. Por fastidiar a Hammurabi.

15 Seis de junio, lunes JOSÉ CARLOS ROSALES
Se aleja el horizonte si te acercas, parece que te espera si lo miras, y así también ocurre con los sueños: siempre están cerca, y lejos, y no existen, como luces de estrellas que se esfuman al llegar insolente la mañana.

16 ÁNGEL GONZÁLEZ Mientras tú existas,  mientras mi mirada  te busque más allá de las colinas,  mientras nada  me llene el corazón,  si no es tu imagen, y haya  una remota posibilidad de que estés viva  en algún sitio, iluminada  por una luz—cualquiera...                                                  Mientras  yo presienta que eres y te llamas  así, con ese nombre tuyo  tan pequeño,  seguiré como ahora, amada  mía,  transido de distancia,  bajo ese amor que crece y no se muere,  bajo ese amor que sigue y nunca acaba.

17 La vida en juego Donde pongo la vida pongo el fuego  de mi pasión volcada y sin salida.  Donde tengo el amor, toco la herida.  Donde pongo la fe, me pongo en juego.  Pongo en juego mi vida, y pierdo, y luego  vuelvo a empezar, sin vida, otra partida.  Perdida la de ayer, la de hoy perdida,  no me doy por vencido, y sigo, y juego  lo que me queda: un resto de esperanza.  Al siempre va. Mantengo mi postura.  Si sale nunca, la esperanza es muerte.  Si sale amor, la primavera avanza.

18 Aquello en lo que te fijas cuando salimos por las noches ELENA MEDEL
Mi madre me enseñó que la mejor forma de pasar por la vida era renunciando a la propiedad particular. Ella me convenció de que podría transformar los balbuceos en música de cámara, con mis zapatos. Tus zapatos son mágicos, me dijo. Pierde uno y ganarás un marido.  Vende dos y ante ti se revolverán las semillas de tu reino. Y yo susurraba: mi reino eterno. Junto a él. Decidí que los compraría de colores para camuflar mi identidad,  sobrios si aspiro a desvelar mis secretos. No tacones ni zapatos planos ni aerodinamismo; le quiero suciamente. He descubierto que pasos-pequeños conducen a una-mujer-seria-con-dos-rayas-absortas. Descalza, de puntillas, vuelvo a tener diez años y a morirme por dentro de tanta soledad.

19 Hoy, por fin, descubro que tengo buena suerte.
Que cada vez es más sencillo que las yemas de mis dedos viajen, intuitivas, por los túneles de mi torso. Que mi estómago ha aprendido del mito de Narciso y ya silencia él sólo su grito desgarrado: la desgracia de la hermosura ansío para mí. Que mis dedos escarban y consiguen rescatar lo inútil, o lo útil que yo sé -o creo- que no sirve. Por merecer la más bella envoltura rezo cada noche. Por ser la vencedora en la batalla diaria de Zara: la guerra de los pantalones vaqueros más estrechos, de colores, con dibujos, los de marca, los más caros, porque cada vez es más sencillo que las yemas de mis dedos Por liderar el ranking de los cuerpos más apetecibles, más llamativos, por una cosa u otra, a la cabeza de las sedas varoniles, los mentones perfectos, el vello hermoso enmarcando sus labios. Aunque no sea alta ni melancólica ni mis manos expertas. Insignificante, sonriente e ingenua como soy acumulo mandatos de porcelana en el cubo de basura. Y cada vez es más sencillo que las yemas de mis dedos Magnífica estrella la mía. Hoy, por lo menos, después de la austeridad de ya no hay llave, tan sólo me duele la habitación número trece. Y es un lujo morir habiendo prescindido del desayuno.

20 mi extraña rendición a tus palabras,
Esta mañana supe mi extraña rendición a tus palabras, mi irrevocable voluntad de náufrago de sílabas, de filóloga ahorcada en complementos directos o indirectos pero tuyos. que me visto en tus verbos, desayuno tu nombre y me quedo perdida, como tonta, si me encuentro algún “no” camino de la tarde, camino de la noche. que muy frecuentemente me vuelvo monosílabo de sombra agarrado al tobillo de tus frases, quisiera ser prendida en tu nevera como “nota importante”. Esta mañana comprendí, aturdida. Esta mañana supe, por fin vi que me confundo en viento cuando gritas mi nombre y que basta un susurro, un susurro de nada, para dormirme en ti. Vanesa Pérez-Sauquillo, Estrellas por la alfombra, 2001

21 http://www. augadalaxe


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