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LA NARRATIVA MEDIEVAL.

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1 LA NARRATIVA MEDIEVAL

2 ÍNDICE DEL TEMA 1. La poesía épica. 1.1. Los cantares de gesta.
1.2. El Cantar de Mio Cid. 2. El mester de Clerecía. 2.1. Obras anónimas del siglo XIII. 2.2. Gonzalo de Berceo. 2.3. Libro de buen amor. El arcipreste de Hita.

3 3. Los romances. 3.1. Romances viejos y romances nuevos 3.2. Clasificación de los romances. 3.3. Discurso. 3.4. Estilo. 4. La narrativa medieval en prosa. 4.1. (Colecciones de enxiemplos.) 4.2. (Alfonso X El Sabio.) 4.3. Don Juan Manuel.

4 5. (La novela en el siglo XV.)
5.1. (La novela de caballerías.) 5.2. (La novela sentimental.) 6. La Celestina. 6.1. Argumento. 6.2. Género. ¿Drama o novela? 6.3. Modalidades del discurso dramático. 6.4. Tratamiento del amor. 6.5. Personajes. 6.6. Finalidad de la obra.

5 ¿Qué entendemos por poesía épica?
Es aquella cuya finalidad es exaltar a los héroes y estimular el sentimiento nacional. Surge después de la lírica por su complejidad técnica. Algunos ejemplos antiguos de poesía épica son La Odisea y la Ilíada de Homero (en Grecia) y La Eneida de Virgilio (Roma), el Gigalmesh (XXVII a.C el personaje) de Mesopotamia y el Mahabharata (III. A. C. de la India. VID. Libro de texto, p. 195, ejemplos en el mundo germánico, norte de Europa, Groenlandia.

6 Virgilio (s. I. a. C.) Homero, s. VII a.C.

7 Mahabharata (III. A. C)

8 1.1. LOS CANTARES DE GESTA La épica románica medieval está constituida por los cantares de gesta. De los cantares de gesta franceses destaca La Chanson de Roland (s.XI), basado en la figura de Roland, caballero en la corte de Carlomagno. De los cantares de gesta castellanos conservamos: fragmento del Cantar de Roncesvalles, El Poema de Fernán González, Las Mocedades de don Rodrigo y ELCANTAR DE´MIO CID.

9 ¿Por qué crees que es necesario en esta época la aparición de poesía épica?
1. Para afianzar la idea de NACIÓN y de LENGUA ROMANCE. La finalidad de este tipo de literatura es crear CONCIENCIA NACIONAL. También pretende ALECCIONAR (DOCERE) Y ENTRETENER AL PUEBLO (DELECTARE).

10 El Cantar de Mio Cid Único poema épico castellano que nos ha llegado casi completo, a falta de la hoja inicial y dos del interior. La copia conservada es del siglo XIV aunque es copia de otro del siglo XIII (1207), en el que se dice que fue escrito por un tal Per Abbat. Hay muchas teorías sobre su datación y sobre su autoría. -Se dice que es del siglo XIII o de mediados del XII. Que fue escrito por un autor de Burgos, aunque otros sostienen que por un juglar de Medinacelli y otro de san Esteban de Gormaz.

11 ARGUMENTO: Se narran los últimos años del Cid (s. XI), caballero de las cortes de Sancho II de Castilla y Alfonso VI de Castilla y León. El Cantar de Mio Cid trata el tema del complejo proceso de recuperación de la honra perdida por el héroe, cuya restauración supondrá una honra mayor a la de la situación de partida. El poema exalta la figura del Cid y se cree que subyacen las disputas entre los nobles de sangre con los caballeros villanos que por sus propios méritos ascendían de escala social.

12 EL DESTIERRO... El poema se inicia con el destierro del Cid, primer motivo de deshonra, tras haber sido acusado de robo. Este deshonor supone también el ser desposeído de sus heredades o posesiones en Vivar y privado de la patria potestad de su familia. El Cid marcha y lo acompañan muchos seguidores, pero también sufre porque al entrar a Burgos nadie le ayuda por temor a las represalias del rey. DEBE RECUPERAR SU HONRA MEDIANTE LA RECONQUISTA.

13 LAS BODAS... Se extiende desde el comienzo dela campaña levantina hasta las bodas de las hijas del Cid con los infantes de Carrión. Tras la conquista de Valencia, gracias al solo valor de su brazo, su astucia y prudencia, consigue el perdón real y con ello una nueva heredad, el señorío sobre Valencia, que se une a su antiguo solar ya restituido. Para ratificar su nuevo estatus de señor de vasallos, se conciertan bodas con linajes del mayor prestigio cuales son los infantes de Carrión.

14 LA AFRENTA DE CORPES... Pero paradójicamente, con ello se produce la nueva caída de la honra del Cid, debido al ultraje de los infantes a las hijas del Cid, doña Elvira y doña Sol, que son vejadas, fustigadas, malheridas y abandonadas en el robledal de Corpes. Este hecho supone según el derecho medieval el repudio de facto de estas por parte de los de Carrión. Por ello el Cid decide alegar la nulidad de estos matrimonios en un juicio presidido por el rey, donde además los infantes de Carrión queden infamados públicamente y apartados de los privilegios que antes ostentaban como miembros del séquito real. Por el contrario, las hijas del Cid conciertan matrimonios con reyes de España, llegando al máximo ascenso social posible. Las hijas del Cid, Ignacio Pinazo, 1879

15 NIVEL DE LA HISTORIA Recuperación de la honra:
Gracias a sus hazañas hiperbólicas de Reconquista, que hacen que aumente su FAMA y RIQUEZA. El rey Alfonso VI lo perdona. Recuperación del honor: tras la Afrenta de Corpes, lucha contra los cobardes infantes de Carrión y les gana, casando de nuevo a sus hijas. GRACIAS A ESTO, EL CID ASCIENDE DE JERARQUÍA SOCIAL.

16 CANTAR PRIMERO Destierro del Cid
EJEMPLOS DE TEXTOS Habló entonces Álvar Fáñez, del Cid era primo hermano: "Con vos nos iremos, Cid, por yermos y por poblados; no os hemos de faltar mientras que salud tengamos, y gastaremos con vos nuestras mulas y caballos y todos nuestros dineros y los vestidos de paño, siempre querremos serviros como leales vasallos." Aprobación dieron todos a lo que ha dicho don Álvaro. Mucho que agradece el Cid aquello que ellos hablaron. El Cid sale de Vivar, a Burgos va encaminado, allí deja sus palacios yermos y desheredados. CANTAR PRIMERO Destierro del Cid Tirada 1 El Cid convoca a sus vasallos; éstos se destierran con él. Adiós del Cid a Vivar. (Envió a buscar a todos sus parientes y vasallos, y les dijo cómo el rey le mandaba salir de todas sus tierras y no le daba de plazo más que nueve días y que quería saber quiénes de ellos querían ir con él y quiénes quedarse.) A los que conmigo vengan que Dios les dé muy buen pago; también a los que se quedan contentos quiero dejarlos.

17 Los ojos de Mío Cid mucho llanto van llorando; hacia atrás vuelve la vista y se quedaba mirándolos. Vio como estaban las puertas abiertas y sin candados, vacías quedan las perchas ni con pieles ni con mantos, sin halcones de cazar y sin azores mudados. Y habló, como siempre habla, tan justo tan mesurado: "¡Bendito seas, Dios mío, Padre que estás en lo alto! Contra mí tramaron esto mis enemigos malvados". 2 Agüeros en el camino de Burgos Ya aguijan a los caballos, ya les soltaron las riendas. Cuando salen de Vivar ven la corneja a la diestra, pero al ir a entrar en Burgos la llevaban a su izquierda. Movió Mío Cid los hombros y sacudió la cabeza: "¡Ánimo, Álvar Fáñez, ánimo, de nuestra tierra nos echan, pero cargados de honra hemos de volver a ella! "

18 De grado le albergarían, pero ninguno lo osaba, que a Ruy Díaz de Vivar le tiene el rey mucha saña. La noche pasada a Burgos llevaron una real carta con severas prevenciones y fuertemente sellada mandando que a Mío Cid nadie le diese posada, que si alguno se la da sepa lo que le esperaba: sus haberes perdería, más los ojos de la cara, y además se perdería salvación de cuerpo y alma. Gran dolor tienen en Burgos todas las gentes cristianas de Mío Cid se escondían: no pueden decirle nada. Se dirige Mío Cid adonde siempre paraba; cuando a la puerta llegó se la encuentra bien cerrada. Por miedo del rey Alfonso acordaron los de casa que como el Cid no la rompa no se la abrirán por nada. 3 El Cid entra en Burgos Ya por la ciudad de Burgos el Cid Ruy Díaz entró. Sesenta pendones lleva detrás el Campeador. Todos salían a verle, niño, mujer y varón, a las ventanas de Burgos mucha gente se asomó. ¡Cuántos ojos que lloraban de grande que era el dolor! Y de los labios de todos sale la misma razón: "¡Qué buen vasallo sería si tuviese buen señor!" 4 Nadie hospeda al Cid. Sólo una niña le dirige la palabra para mandarle alejarse. El Cid se ve obligado a acampar fuera de la población, en la glera.

19 Comienzo del cantar 2º Ayudole el Criador,  /el Señor que está en el cielo; Él con todo esto  /tomó a Murviedro; Ya veía mío Cid  /que Dios le iba valiendo. Dentro en Valencia,  /no es poco el miedo. Pesa a los de Valencia,  / sabed, no les place; Acordaron en consejo  /que le viniesen a cercar. Trasnocharon de noche;  /de mañana al clarear, Cerca de Murviedro,  /tornan las tiendas a hincar. Violo mío Cid,  /tomose a maravillar: Narrador: Aquí se comienza la gesta /de mío Cid el de Vivar Tan ricos son los suyos  /que no saben lo que han. Poblado ha mío Cid   /el puerto de Alucat; Dejando a Zaragoza /y a las tierras de acá, Y dejando a Huesca   /y tierras de Montalbán, Contra la mar salada, /empezó a guerrear. A oriente sale el sol  /y tornose a esa parte. Mío Cid ganó a Jérica  /y Onda y Almenar; Tierras de Burriana   /todas conquistado las ha.

20 (Narrador) Al tercer día, /todos juntos están;
(Cid) ¡Gracias a ti,  /Padre espiritual! En sus tierras estamos  /y hacérnosles todo mal; Bebemos su vino  /y comemos el su pan; Si a cercarnos vienen,  /con derecho lo hacen; A menos de lid, /esto no se acabará. Vayan los mandados /por los que nos deben ayudar: Los unos a Jérica /y los otros a Alucat; Desde allí a Onda  /y los otros a Almenar; Los de Burriana /luego vengan acá; Empezaremos  /esta lid campal; Yo fío por Dios  /que nuestro pro aumentarán. (Narrador) Al tercer día, /todos juntos están; El que en buena hora nació  /comenzó a hablar: (Cid) Oíd, mesnadas,  /¡así el Criador os salve! Después que nos partimos  /de la limpia cristiandad, No fue de nuestro agrado,  /ni nos pudimos más; Gracias a Dios,  /lo nuestro fue adelante. Los de Valencia  /cercado nos han; Si en estas tierras  /quisiéremos durar, A estos firmemente / hay que escarmentar.

21 Fragmentos del cantar 3º
Fernán González no vio allí donde se escondiese,   / ni cámara abierta ni torre; Metiose bajo el escaño,  /¡tuvo tanto pavor! Diego González  / por la puerta salió, Diciendo por la boca: Diego ¡No veré a Carrión! Narrador Tras una viga lagar,  /metiose con gran pavor; El manto y el brial  /todo sucio lo sacó. En esto despertó  / el que en buena hora nació; Vio cercado el escaño  /de sus buenos varones. Cid ¿Qué es esto, mesnadas,   /o qué queréis vos? ¡Ah, señor honrado!,  /alarma nos dio el león. Narrador En Valencia estaba mío  /Cid con todos sus vasallos; Con él ambos sus yernos,  /los infantes de Carrión. Yacía en un escaño,  /dormía el Campeador. Mal sobresalto,  /sabed, que les pasó: Saliose de la red   /y desatose el león. En gran miedo se vieron  /en medio de la corte; Embrazan los mantos  /los del Campeador Y cercan el escaño  /y se ponen sobre su señor.

22 Narrador Mío Cid apoyó el codo, / en pie se levantó;
El manto trae al cuello / y adeliñó para el león. El león, cuando lo vio,  /mucho se amedrentó; Ante mío Cid, /la cabeza humilló y la boca bajó. Mío Cid don Rodrigo /del cuello lo tomó  2300 Y llévalo de diestro /y en la red le metió. A maravilla lo tienen  /cuantos allí son; Y tornáronse al palacio /para la corte. Mío Cid por sus yernos  /demandó y no los halló; Aunque los están llamando,  / ninguno respondió. Cuando los hallaron,          vinieron tan sin color. ¡No visteis tal burla          como iba por la corte! Mandolo prohibir          mío Cid el Campeador. Se sintieron muy ofendidos          los infantes de Carrión; Gran cosa les pesa          de esto que les pasó.

23 Cid Vos les disteis villas por arras          en tierras de Carrión;
 2570 Yo les quiero dar en ajuar          tres mil marcos de valor; Os daré mulas y palafrenes          lucidos de condición; Caballos para en diestro,          fuertes y corredores, Y muchas vestiduras          de paños y de ciclatones. Os daré dos espadas,          a Colada y a Tizón;  2575 Bien lo sabéis vos          que las gané a guisa de varón; Mis hijos sois ambos          cuando mis hijas os doy; Allá me llevéis          las telas del corazón. Que lo sepan en Galicia          y en Castilla y en León Con qué riqueza envío          mis yernos ambos a dos.  2580 A mis hijas sirváis,          que vuestras mujeres son; Si bien las servís,          yo os daré buen galardón.

24 Narrador Otorgado lo han esto          los infantes de Carrión;
Aquí reciben          las hijas del Campeador; Comienzan a recibir          lo que el Cid mandó.  2585 Cuando son pagados          a todo su sabor, Ya mandaban cargar          los infantes de Carrión Grandes son las nuevas          por Valencia la mayor; Todos prenden armas          y cabalgan con vigor. Porque despiden las hijas del Campeador          a tierras de Carrión.  2590 Ya quieren cabalgar,          en despedida son. Ambas hermanas,          doña Elvira y doña Sol, Hincaron los hinojos          ante el Cid Campeador:

25 Elvira y Sol ¡Merced os pedimos, padre, así os valga el Criador!
Vos nos engendrasteis,          nuestra madre nos parió;  2595 Delante estáis ambos,          señora y señor. Ahora nos enviáis          a tierras de Carrión; Deuda nuestra es cumplir          lo que mandareis vos. Así, os pedimos merced,          nosotras ambas a dos, Que enviéis vuestros mensajes          a tierras de Carrión.  2600 Narrador Abrazolas mío Cid          y saludolas a ambas a dos.

26 (La afrenta...) Infantes Creedlo bien, doña Elvira y doña Sol,
Aquí seréis escarnecidas          en estos fieros montes.  2715 Hoy nos partiremos          y dejadas seréis de nos; No tendréis parte          en tierras de Carrión. Irán estos mandados          al Cid Campeador; Nos vengaremos en ésta          por la del león. Narrador Allí les quitan los mantos          y los pellizones;  2720 Déjanlas en cuerpo          y en camisas y en ciclatones. ¡Espuelas tienen calzadas          los malos traidores! En mano prenden las cinchas          resistentes y fuertes. Cuando esto vieron las dueñas,          hablaba doña Sol:

27 Sol ¡Por Dios os rogamos,          don Diego y don Fernando, nos!
 2725 Dos espadas tenéis          tajadoras y fuertes; A la una dicen Colada          y a la otra Tizón; Cortadnos las cabezas,          mártires seremos nos. Moros y cristianos          hablarán de esta razón; Que, por lo que nos merecemos,          no lo recibimos nos;  2730 Tan malos ejemplos          no hagáis sobre nos. Si nos fuéremos majadas,          os deshonraréis vos; Os lo retraerán          en vistas o en cortes.

28 Narrador Lo que ruegan las dueñas          no les ha ningún pro.
Ya les empiezan a dar          los infantes de Carrión;  2735 Con las cinchas corredizas,          májanlas tan sin sabor; Con las espuelas agudas,          donde ellas han mal sabor, Rompían las camisas y las carnes          a ellas ambas a dos; Limpia salía la sangre          sobre los ciclatones. Ya lo sienten ellas          en los sus corazones ¡Cuál ventura sería ésta,          si pluguiese al Criador Que asomase ahora          el Cid Campeador! Tanto las majaron          que sin aliento son; Sangrientas en las camisas          y todos los ciclatones. Cansados son de herir          ellos ambos a dos,  2745 Ensayándose ambos          cuál dará mejores golpes. Ya no pueden hablar          doña Elvira y doña Sol; Por muertas las dejaron          en el Robledo de Corpes.

29 NIVEL DEL DISCURSO (CARÁCTERÍSTICAS LINGÜÍSTICAS Y DISCURSIVAS)
Métrica irregular (vv. De entre 10 y 20 sílabas, rima asonante, tiradas de versos, pausa o cesura entre los dos hemistiquios). Elipsis y se anuncian hechos que después serán contados (prolepsis). Narrador omnisciente y orden cronológico. Discurso dramático, es decir, se le da voz a los personajes. Formulismo, debido a su transmisión oral: fórmulas con función conativa o fática y epítetos épicos: Campeador Noble barba tan crecido El buen nacido El que en buena hora ciñó espada El que en buena hora nació. Frases binarias, pleonasmos, hipérboles, notas de humor.

30 EJERCICIOS: p. 197: (201) 1, 2, 3, 4, 5.

31 EL MESTER DE CLERECÍA Oficio de clérigos. S. XIII-S. XV.
Textos narrativos de tema RELIGIOSO O HEROICO. Intención moral.DOCERE. Erudición de sus autores que muestran sus fuentes. En verso: cuaderna vía. (VV. ALEJANDRINOS MONORRIMOS, RIMA consonante). Difundidos por los juglares, los sermones o la lectura de los más privilegiados. NACE LA CONCIENCIA DE AUTORÍA

32 OBRAS ANÓNIMAS DEL SIGLO XIII
Libro de Alexandre, sobre Alejandro Magno Libro de Apolonio, sobre Apolonio de Tiro.

33 Todas estas obras están escritas en cuaderna vía.
Exaltan la figura de un personaje. Hay otras en pareados de versos cortos, como: Vida de santa María Egipcíaca. Libro de los Tres Reyes de Oriente. También destacan poemas de debates sobre temas teosóficos. Poema de Fernán González

34 GONZALO DE BERCEO Gonzalo de Berceo es el primer poeta en lengua castellana con nombre conocido, no sólo gracias a algunos documentos notariales, sino también a sus propios textos, de donde extraemos algunos pocos datos para reconstruir su biografía “Yo Gonçalo por nombre, clamado de Berceo, De Sant Millán criado, en la su merced seo, De fazer est travajo ovi muy gran deseo, Riendo gracias a Dios quando fecho lo veo”.

35 Ilustración de la primera página de la revista Blanco y Negro (junio, 1904) que reproduce el poema de Manuel Machado «Retablo» o «Glosa» de Berceo.

36 Ilustración de Gonzalo de Berceo que se conserva en la Casa de los Chapiteles (Logroño)

37 VIDA EN EL MONASTERIO DE SAN MILLÁN DE LA COGOLLA

38 OBRA Se distinguen tres tipos de obras:
Hagiográficas (vidas de santos): Vida de san Millán de la Cogolla. Obras marianas: Loores de Nuestra Señora; Milagros de Nuestra Señora. Obra doctrinal: El sacrificio de la misa. Monasterio de San Millán de la Cogolla

39 Milagros de Nuestra Señora
Origen: en la Europa de la época es muy frecuente el culto a la Virgen (peregrinaciones, iconografía y literatura sobre la virgen). Se exalta el poder mediador de la Virgen para la salvación de las almas. Dos partes: -Intoducción: el narrador es Berceo que se metaforiza en un ROMERO. La Virgen es UN LOCUS AMOENUS (metáfora del hombre que ha perdido la Gracia y quiere volver al Paraíso). -25 milagros. Demostración de la doctrina de la introducción. La Virgen ayuda a sus fieles. La virgen aparece como maternal, autoritaria y severa. Premia o castiga a sus devotos.

40 RECUPERACIONES EN LA POESÍA DEL SIGLO XX DE GONZALO DE BERCEO
  De Ramón Pérez de Ayala: LA PAZ DEL SENDERO      Con sayal de amarguras, de la vida romero, topé, tras luenga andanza, con la paz de un sendero. Fenecía del día el resplandor postrero. En la cima de un álamo sollozaba un jilguero.      No hubo en lugar de tierra la paz que allí reinaba. Parecía que Dios en el campo moraba, y los sones del pájaro que en lo verde cantaba morían con la esquila que a lo lejos temblaba.      La flor de madreselva, nacida entre bardales, vertia en el crepúsculo olores Celestiales; veíanse blancos brotes de silvestres rosales y en el cielo las copas de los álamos reales.     

41 Y como de la esquila se iba mezclando el son
al canto del jilguero, mi pobre corazón sintió como una lluvia buena, de la emoción. Entonces, a mi vera, vi un hermoso garzón.      Este garzón venía conduciendo el ganado, y este ganado era por seis vacas formado, lucidas todas ellas, de pelo colorado, y la repleta ubre de pezón sonrosado.      Dijo el garzón: -¡ Dios guarde al señor forastero! -Yo nací en esta tierra, morir en ella quiero, rapaz. -Que Dios le guarde. -Perdióse en el sendero... En la cima del álamo sollozaba el jilguero.      Senti en la misma entraña algo que fenecía, y queda y dulcemente otro algo que nacía. En la paz del sendero se anegó el alma mía, y de emoción no osó llorar.                                           Atardecía.

42 De Rubén Darío, en Prosas profanas:
A MAESTRE GONZALO DE BERCEO      Amo tu delicioso alejandrino como el de Hugo, espíritu de España; éste vale una copa de champaña, como aquél vale un "vaso de bon víno".     Mas a uno y. otro pájaro divino la primitiva cárcel es ertraña; el barrote maltrata, el grillo daña; que vuelo y libertad son su destino.      Así procuro que en la luz resalte tu antiguo verso, cuyas alas doro y hago brillar con mi moderno esmalte; tiene la libertad con el decoro y vuelve como al puño el gerifalte, trayendo del azul rimas de oro.

43 De Antonio Machado, en Poesías completas:
MIS POETAS      El primero es Gonzalo de Berceo llamado, Gonzalo de Berceo, poeta y peregrino, que yendo en romeria acaeció en un prado, y a quien los sabios pintan copiando un pergamino. Trovó a Santo Domingo, trovó a Santa María, y a San Millán, y a San Lorenzo y Santa Oria. Y dijo: mi dictado non es de juglaría; escrito lo tenemos; es verdadera historia. Su verso es dulce y grave; monótonas hileras de chopos invernales, en donde nada brilla; renglones como surcos en pardas sementeras, y lejos, las montañas azules de Castilla. El nos cuenta el repaire del romeo cansado; leyendo en santorales y libros de oración, copiando historias viejas, nos dice su dictado, mientras le sale afuera la luz del corazón.

44 El sacristán fornicario
75 Amigos, si quisiésedes          un poco esperar, aun otro miraclo          vos querría contar, que por Sancta María          denó Dios demostrar, de cuya lege quiso          con su boca mamar. 76 Un monje beneíto          fue en una mongía, el logar no lo leo,          decir no lo sabría, querié de corazón          bien a Sancta María, facié a la su statua          el enclín cada día. 77 Facié a la su statua          el enclín cada día, fincaba los enojos,          dicié: «Ave María»; el abat de la casa          dio'l la sacristanía, ca teniélo por cuerdo          e quito de folía.

45 El enemigo malo, de Belzebud vicario,
que siempre fue e éslo          de los buenos contrario, tanto pudió bullir          el sotil aversario, que corrompió al monje,          fízolo fornicario. 79 Priso un uso malo          el loco pecador, de noche, cuando era          hechado el prior, isié por la eglesia          fuera del dormitor, corrié el entorpado          a la mala labor. 80 Siquier a la exida,          siquier a la entrada, delante del altar          li cadié la pasada; el enclín e la Ave          teniéla bien usada, non se li oblidaba          en ninguna vegada.

46 Corrié un río bono cerca de la mongía;
haviélo de pasar          el monje todavía; do se vinié el loco          de complir su folía, cadió e enfogóse          fuera de la freiría. 82 Cuando vino la hora          de matines cantar, non habié sancristano          que podiese sonar; levantáronse todos,          quisque de su logar; fueron a la eglesia          al fraire despertar. 83 Abrieron la eglesia          como mejor sopieron, buscaron al clavero,          trobar no lo podieron; buscando sus e yuso          atanto andidieron, do yacié enfogado,          allá lo enfirieron.

47 Qué podrié ser esto no lo podién asmar,
si's murió o'l mataron          no lo sabién judgar; era muy grand la basca          e mayor el pesar, ca cadié en mal precio          por esto el logar. 85 Mientre yacié en vano          el cuerpo en el río, digamos de la alma          en cual pleito se vío: vinieron de dïablos          por ella grand gentío, por levarla al báratro,          de deleit bien vacío. 86 Mientre que los dïablos          la trayén com a pella, vidiéronla los ángeles,          descendieron a ella, ficieron los dïablos          luego muy grand querella, que suya era quita,          que se partiesen d'ella.

48 Non hobieron los ángeles razón de vocealla,
ca hobo la fin mala          e asín fue sin falla; tirar no lis podieron          valient una agalla; hobieron a partirse          tristes de la batalla. 88 Acorrió'l la Gloriosa,          reina general, ca tenién los dïablos          mientes a todo mal; mandólis atender,          non osaron fer ál, moviólis pletesía          firme e muy cabdal. 89 Propuso la Gloriosa          palabra colorada, «Con esta alma, foles,          -diz- non habedes nada; mientre fue en el cuerpo          fue mi acomendada; agora prendrié tuerto          por ir desamparada.»

49 Rendieron a Dios gracias de buena voluntat,
(...) Rendieron a Dios gracias          de buena voluntat, a la sancta reina,          mader de pïadat, que fizo tal miraclo          por su benignidat, por qui está más firme          toda la cristiandat. 99 Confesóse el monje          e fizo penitencia, mejoróse de toda          su mala contenencia, sirvió a la Gloriosa          mientre hobo potencia, finó cuando Dios quiso          sin mala repindencia, requiescant, pace          cun divina clemencia. 100 Muchos tales miraclos          e muchos más granados fizo Sancta María          sobre sos aclamados; non serién los millésimos          por nul homne contados, mas de lo que sopiéremos,          seed nuestros pagados.

50 El libro del buen amor, el Arcipreste de Hita
Su autor es Juan Ruiz, conocido como el Arcipreste de Hita, perteneciente a la escuela de El Mester de Clerecía, en el siglo XIV. El libro es una autobiografía que está estructurada en una serie de aventuras amorosas, por lo general fallidas. Se nos presentan todos los tipos de Amor que hay, sobre todo el amor ferino o sexual y el puro, pero también el amor por el dinero o la avaricia, etc. Como obra perteneciente al Mester de Clerecía, está escrito en cuaderna vía.

51 El yo protagonista da unidad a las experiencias amorosas.
Hay digresiones didácticas o exemplas (que son historias moralizantes). También se intercalan piezas líricas y alegóricas (es decir, piezas cuyos protagonistas son elementos abstractos antropomorfizados). De entre las piezas alegóricas destacan el debate del protagonista con don Amor y la batalla entre don carnal y doña Cuaresma. De los episodios amorosos destaca el de Don Melón y Doña Endrina en el que interviene una mediadora, que es la Trotaconventos, antecedente de un personaje de la literatura española como es la Celestina. Los trotaconventos, siglo XVII

52 Aunque la mayor parte de la obra está escrita en cuaderna vía, hay versos de métrica variada, como de 16 sílabas, y uno de los dos p´rólogos aparece en prosa. Sentido de la obra: -El sentido es didáctico, aleccionar sobre el buen amor, pero se apoya en el principio de San Agustín de la libre elección: se presentan dos posibilidades para que el lector elija Hay humor, y también se nota ya cierta frescura, por lo que algunos críticos han interpretado la obra como precursora del Renacimiento, en tanto que alienta al carpe diem. Estilo: Lenguaje popular, uso del refranero, eufemismos sexuales, llamadas de atención al lector, interrogaciones retóricas, bimembraciones, anáforas, comparaciones, hiperboles y juegos de palabras.

53 Consejos de don Amor: Condiciones que ha de tener la mujer para ser bella (coplas 429- 435)
Si leyeres a Ovidio que por mí fue educado, hallarás en él cuentos que yo le hube mostrado, y muy buenas maneras para el enamorado; Pánfilo, cual Nasón, por mí fue amaestrado. Si quieres amar dueñas o a cualquier mujer muchas cosas tendrás primero que aprender para que ella te quiera en amor acoger. Primeramente, mira qué mujer escoger. Busca mujer hermosa, atractiva y lozana, que no sea muy alta pero tampoco enana; si pudieras,  no quieras amar mujer villana, pues de amor nada sabe, palurda y chabacana.

54 Busca mujer esbelta, de cabeza pequeña, cabellos amarillo no teñidos de alheña; las cejas apartadas, largas, altas, en peña; ancheta de caderas, ésta es talla de dueña. Ojos grandes, hermosos, expresivos, lucientes  y con largas pestañas, bien claras y rientes; las orejas pequeñas, delgadas; para mientes (fíjate) si tiene el cuello alto, así gusta a las gentes. La nariz afilada, los dientes menudillos, iguales y muy blancos, un poco apartadillos, las encías bermejas, los dientes agudillos, los labios de su boca bermejos, angostillos. La su boca pequeña, así, de buena guisa su cara sea blanca, sin vello, clara y lisa, conviene que la veas primero sin camisa pues la forma del cuerpo te dirá: ¡esto aguisa!

55 Lo que puede el dinero 490 "Hace mucho el dinero, mucho se le ha de amar; al torpe hace discreto, hombre de respetar, hace correr al cojo al mudo le hace hablar; el que no tiene manos bien lo quiere tomar "También al hombre necio y rudo labrador dineros le convierten en hidalgo doctor; Cuanto más rico es uno, más grande es su valor, quien no tiene dinero no es de sí señor "Y si tienes dinero tendrás consolación, placeres y alegrías y del Papa ración, comprarás Paraíso, ganarás la salvación: donde hay mucho dinero hay mucha bendición.

56 494 "Él crea los priores, los obispos, los abades, arzobispos, doctores, patriarcas, potestades; a los clérigos necios da muchas dignidades, de verdad hace mentiras; de mentiras hace verdades "Él hace muchos clérigos y muchos ordenados, muchos monjes y monjas, religiosos sagrados, el dinero les da por bien examinados: a los pobres les dicen que no son ilustrados "Yo he visto a muchos curas en sus predicaciones, despreciar el dinero, también sus tentaciones, pero, al fin, por dinero otorgan los perdones, absuelven los ayunos y ofrecen oraciones "Dicen frailes y clérigos que aman a Dios servir, más si huelen que el rico está para morir, y oyen que su dinero empieza a retiñir, por quién ha de cogerlo empiezan a reñir.

57 LOS ROMANCES Son poemas narrativos y anónimos destinados al canto.
En general están formados por vv. Octosílabos y rima asonante en los pares, pero esto puede variar. Romances viejos: documentados entre finales de la E. M. y mediados del siglo XVI. Son anónimos y difíciles de fechar. Romances nuevos: son de autores conocidos, de mediados del silo XVI y son imitaciones de los antiguos. Temas: tema épico medieval, tema francés carolingio, tema histórico, fronterizo, de ficción (amores, burlas), y bíblicos, grecorromanos y antiguos. Estilo y discurso: siguen el orden cronológico pero a veces comienzan in media res, los finales crean expectación mediante finales abruptos y suspensos. Uso del presente histórico, pretérito imperfecto de indicativo, arcaísmos (f- inicial por h-, e paragógica, formas como amades, arcaísmos léxicos, fórmulas conativas, epíteto épico, paralelismos, repeticiones o anáforas, antítesis y enumeraciones. RASGOS MUY PRIMITIVOS. LEER EN ELL LIBRO P. 203 LOS DOS ROMANCES.

58 Ejemplo de romance medieval
«Yo te agradezco, Abenámar, aquesta tu cortesía. ¿Qué castillos son aquéllos? ¡Altos son y relucían!» «El Alhambra era, señor, y la otra la mezquita; los otros los Alijares, labrados a maravilla. El moro que los labraba cien doblas ganaba al día y el día que no los labra otras tantas se perdía. El otro es Generalife, huerta que par no tenía; el otro Torres Bermejas, castillo de gran valía.» Allí habló el rey don Juan, bien oiréis lo que decía: «Si tú quisieras, Granada, contigo me casaría; daréte en arras y dote a Córdoba y a Sevilla.» «Casada soy, rey don Juan, casada soy, que no viuda; el moro que a mí me tiene muy grande bien me quería.» «Abenámar, Abenámar, moro de la morería, el día que tú naciste grandes señales había. Estaba la mar en calma, la luna estaba crecida; moro que en tal signo nace, no debe decir mentira.» Allí respondiera el moro, bien oiréis lo que decía: «No te la diré, señor, aunque me cueste la vida,   porque soy hijo de un moro y una cristiana cautiva;   siendo yo niño y muchacho   mi madre me lo decía: que mentira no dijese, que era grande villanía: por tanto pregunta, rey, que la verdad te diría.

59 El conde Olinos o Amor más poderoso que la muerte
Madrugaba el Conde Olinos, mañanita de San Juan, a dar agua a su caballo a las orillas del mar. Mientras el caballo bebe canta un hermoso cantar: las aves que iban volando se paraban a escuchar; caminante que camina detiene su caminar; navegante que navega la nave vuelve hacia allá. Desde la torre más alta la reina le oyó cantar: -Mira, hija, cómo canta la sirenita del mar. -No es la sirenita, madre, que esa no tiene cantar; es la voz del conde Olinos, que por mí penando está. -Si por tus amores pena yo le mandaré matar, que para casar contigo le falta sangre real.

60 -¡No le mande matar, madre; no le mande usted matar, que si mata la conde Olinos juntos nos han de enterrar! -¡Que lo maten a lanzadas y su cuerpo echen al mar! Él murió a la media noche; ella, a los gallos cantar. A ella, como hija de reyes, la entierran en el altar, y a él, como hijo de condes, unos pasos más atrás. De ella nace un rosal blanco; de él, un espinar albar. Crece el uno, crece el otro, los dos se van a juntar. La reina, llena de envidia, ambos los mandó cortar; el galán que los cortaba no cesaba de llorar. De ella naciera una garza; de él, un fuerte gavilán. Juntos vuelan por el cielo, juntos vuelan para a par.

61 Recuperaciones de los romances el el siglo XX: Federico García Lorca
Su luna de pergamino Preciosa tocando viene por un anfibio sendero de cristales y laureles. El silencio sin estrellas, huyendo del sonsonete, cae donde el mar bate y canta su noche llena de peces. En los picos de la sierra los carabineros duermen guardando las blancas torres donde viven los ingleses. Y los gitanos del agua levantan por distraerse, glorietas de caracolas y ramas de pino verde. Su luna de pergamino Preciosa tocando viene. Al verla se ha levantado el viento que nunca duerme. San Cristobalón desnudo, lleno de lenguas celestes, mira la niña tocando una dulce gaita ausente. Niña, deja que levante tu vestido para verte. Abre en mis dedos antiguos la rosa azul de tu vientre.

62 Preciosa tira el pandero y corre sin detenerse
Preciosa tira el pandero y corre sin detenerse. El viento-hombrón la persigue con una espada caliente. Frunce su rumor el mar. Los olivos palidecen. Cantan las flautas de umbría y el liso gong de la nieve. ¡Preciosa, corre, Preciosa, que te coge el viento verde! ¡Preciosa, corre, Preciosa! ¡Míralo por dónde viene! Sátiro de estrellas bajas con sus lenguas relucientes. Preciosa, llena de miedo, entra en la casa que tiene, más arriba de los pinos, el cónsul de los ingleses. Asustados por los gritos tres carabineros vienen, sus negras capas ceñidas y los gorros en las sienes. El inglés da a la gitana un vaso de tibia leche, y una copa de ginebra que Preciosa no se bebe. Y mientras cuenta, llorando, su aventura a aquella gente, en las tejas de pizarra el viento, furioso, muerde. (“Preciosa y el Aire”)

63 Romance de la luna, luna La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira, mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna, luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado. El jinete se acercaba tocando el tambor del llano. Dentro de la fragua el niño, tiene los ojos cerrados.

64 Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos
Por el olivar venían, bronce y sueño, los gitanos. Las cabezas levantadas y los ojos entornados. Cómo canta la zumaya, ¡ay, cómo canta en el árbol! Por el cielo va la luna con un niño de la mano. Dentro de la fragua lloran, dando gritos, los gitanos. El aire la vela, vela. El aire la está velando.

65 Más recuperaciones del siglo XX: Cancionero y Romancero de ausencias de Miguel Hernández
Como la higuera joven de los barrancos eras. Y cuando yo pasaba sonabas en la sierra. Como la higuera joven, resplandeciente y ciega. Como la higuera eres. Como la higuera vieja. Y paso, y me saludan silencio y hojas secas. Como la higuera eres que el rayo envejeciera. El sol, la rosa y el niño flores de un día nacieron. Los de cada día son soles, flores, niños nuevos. Mañana no seré yo: otro será el verdadero. Y no seré más allá de quien quiera su recuerdo. Flor de un día es lo más grande al pie de lo más pequeño. Flor de la luz el relámpago, y flor del instante el tiempo. Entre las flores te fuiste. Entre las flores me quedo.

66 DON JUAN MANUEL Y EL CONDE LUCANOR O LIBRO DE PATRONIO
Don Juan Manuel fue sobrino de Alfonso X El Sabio, perteneciente a la más alta nobleza. Reflejó en sus obras una fuerte conciencia de clase así como su devoción por los dominicos. Don Juan Manuel recoge, por tanto, la tradición dominica de LA ENSEÑANZA AMENA, destinada a un amplio público. El Conde Lucanor (1330) cuenta con cinco partes: PRIMERA PARTE: Son 51 einxemplos en donde un criado llamado Patronio aleccciona a su amo, el pequeño Conde Lucanor. Siempre la estructura de los relatos es la misma: el conde plantea un problema a su ayo, Patronio, y éste le responde mediante un cuento o fábula de la que se deriva una solución. Al final de cada einxemplo el propio autor, don Juan Manuel, se introduce como personaje y en un pareado, resume la moraleja.

67 PARTES 2, 3 Y 4: Contiene sentencias cultas, en las que se exalta principalmente la virtud de la prudencia. PARTE 5: Funciona como conclusión de la obra y trata de la vida cristiana. FUENTES: Esopo y otros clásicos, así como cuentos tradicionales árabes. La «Historia del Deán de Santiago y el mago de Toledo» (cuento XI) tiene semejanzas con cuentos tradicionales japoneses y la historia de una mujer llamada Doña Truhana (cuento VII) —el cuento de la lechera», pero ligeramente variado— ha sido identificado como originado en el ciclo hindú Pacha Tantra.

68 DOÑA TRUHANA El conde Lucanor le dijo un día a Patronio:
— Patronio, un amigo me dijo que si empezaba un negocio sacaría mucho dinero que después podría invertir, y con los beneficios podría dedicarme a otros negocios y al final me convertiría en un hombre riquísimo.             Patronio, después de que el conde le explicara como era el negocio que le proponían, le contó a éste la siguiente historia.             — Señor conde —dijo Patronio:             Había una mujer que tenía por nombre doña Truhana y que era bastante más pobre que rica. Ocurrió que un día que iba al mercado, llevaba una olla de miel en la cabeza. Y yendo por el camino, comenzó a pensar que vendería aquella olla de miel y compraría una partida de huevos, que de aquellos huevos nacerían gallinas y que, después, con el dinero que sacara de vender las gallinas estas, compraría ovejas... Y así fue comprando con las ganancias que obtenía de sus ventas, hasta que creyó ser más rica que sus vecinas.             Y, con aquella riqueza que ella pensaba tener, planeó cómo casaría a sus hijos y a sus hijas. Y, se imaginó cómo iría acompañada por la calle por sus yernos y sus nueras. Y hasta oía cómo hablaban de ellas sus vecinas, comentando la gran suerte que había tenido en llegar a ser tan rica; ella, que tan pobre había sido siempre.

69   Y, pensando todo esto, comenzó a reírse muy satisfecha por su buena fortuna. Y, riendo, se dio con la mano en la frente... Y, entonces, se cayó al suelo la olla de la miel y se rompió. Cuando ella vio la olla hecha pedazos, sintió un gran pesar, pues se dio cuenta de que había perdido todo lo que había pensado tener si la olla no se hubiera roto.             Y porque puso todo su pensamiento en una esperanza vana, no se llegó a realizar nada de cuanto ella pensaba.   Y tú, señor conde —dijo Patronio—, si quieres que tus deseos se hagan realidad, quiere siempre cosas que sean posibles y no cosas dudosas y fantásticas.             Y porque entendió don Juan que este ejemplo era bueno, mandóle escribir en este libro e hizo estos versos que dicen así:                                                " En las cosas ciertas confiad                                                y las fantásticas evitad."


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