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Ciclo C IV Domingo de Adviento ORATORIO DE NAVIDAD de J.S Bach.

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Presentación del tema: "Ciclo C IV Domingo de Adviento ORATORIO DE NAVIDAD de J.S Bach."— Transcripción de la presentación:

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2 Ciclo C IV Domingo de Adviento ORATORIO DE NAVIDAD de J.S Bach

3 Lectura de la profecia de Miqueas 5, 1-4a 1 En cuanto a ti, Belén Efrata, la más pequeña entre los clanes de Judá, de ti sacaré al que ha de ser soberano de Israel: sus orígenes se remontan a los tiempos antiguos, a los días de antaño. 2 Por eso el Señor abandonará a los suyos hasta el tiempo en que dé a luz la que ha de dar a luz. Entonces los que aún queden volverán a reunirse con sus hermanos israelitas. 3 Se mantendrá firme y pastoreará con la fuerza del Señor, y con la majestad del nombre del Señor su Dios. Ellos vivirán seguros, porque extenderá su poder hasta los confines de la tierra. 4 Él mismo será la paz.

4 Salmo 79 ¡Oh Dios,restáuranos, ilumina tu rostro y nos salvaremos! ! ¡Oh Dios,restáuranos, ilumina tu rostro y nos salvaremos! ! Pastor de Israel, escucha, Tú que te sientas sobre querubines resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos. Pastor de Israel, escucha, Tú que te sientas sobre querubines resplandece. Despierta tu poder y ven a salvarnos.

5 ¡Oh Dios,restáuranos, ilumina tu rostro y nos salvaremos! ¡Oh Dios,restáuranos, ilumina tu rostro y nos salvaremos! Dios todopodroso, vuélvete ya, mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu vid, la cepa que tu diestra plantó, el retoño que hiciste vigoroso. Dios todopodroso, vuélvete ya, mira desde el cielo, fíjate, ven a visitar tu vid, la cepa que tu diestra plantó, el retoño que hiciste vigoroso.

6 ¡Oh Dios, restáuranos, ilumina tu rostro y nos salvaremos ¡Oh Dios, restáuranos, ilumina tu rostro y nos salvaremos Que tu mano proteja a tu elegido, a quien tú fortaleciste. Ya nunca nos apartaremos de ti; devuélvenos la vida para que invoquemos tu nombre. Que tu mano proteja a tu elegido, a quien tú fortaleciste. Ya nunca nos apartaremos de ti; devuélvenos la vida para que invoquemos tu nombre.

7 Lectura de la carta a los Hebreos, 10,5-10 5 Por eso, al entrar en este mundo, dice Cristo: No has querido sacrificio ni ofrenda, pero me has formado un cuerpo; 6 no has aceptado holocaustos ni sacrificios expiatorios. 7 Entonces yo dije: Aquí vengo, oh Dios, para hacer tu voluntad. Así está escrito de mí en un capítulo del libro. 8 En primer lugar dice: No has querido ni te agradan los sacrificios, ofrendas, holocaustos ni víctimas por el pecado, que se ofrecen según la ley. 9 Después añade: Aquí vengo para hacer tu voluntad. De este modo anula la primera disposición y establece la segunda. 10 Por haber cumplido la voluntad de Dios, y gracias a la ofrenda que Jesucristo ha hecho de su cuerpo una vez para siempre, nosotros hemos quedado consagrados a Dios.

8 Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Lc 1,38 Aquí está la esclava del Señor, hágase en mí según tu palabra. Lc 1,38

9 Evangelio según san Lucas 1, 39-45 39 Por aquellos días, María se puso en camino y se fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. 40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño empezó a dar saltos en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, 42 exclamó a grandes voces: –Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. 43 Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? 44 Porque en cuanto oí tu saludo, el niño empezó a dar saltos de alegría en mi seno. 45 ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. 39 Por aquellos días, María se puso en camino y se fue de prisa a la montaña, a una ciudad de Judá. 40 Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. 41 Y cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño empezó a dar saltos en su seno. Entonces Isabel, llena del Espíritu Santo, 42 exclamó a grandes voces: –Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre. 43 Pero ¿cómo es posible que la madre de mi Señor venga a visitarme? 44 Porque en cuanto oí tu saludo, el niño empezó a dar saltos de alegría en mi seno. 45 ¡Dichosa tú que has creído! Porque lo que te ha dicho el Señor se cumplirá. Ein Karem. En la fachada, escena de la visita de María a su prima Isabel.


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