“La Justicia” Miguel-A. Dedicado a mi amiga Mari G., de Huelva).

Presentación del tema: "“La Justicia” Miguel-A. Dedicado a mi amiga Mari G., de Huelva)."— Transcripción de la presentación:

1 “La Justicia” Miguel-A. Dedicado a mi amiga Mari G., de Huelva).

2 No me atrevo a afirmar que la Justicia sea un cachondeo. Lo cierto es que no entiendo sus infinitos trámites, con sumarios de miles de folios, para llegar a veces a resoluciones absurdas o disparatadas, o al equivalente de “aquí no ha pasado nada”. Echo de menos la Justicia salomónica, no tanto por la sabiduría de Salomón, sino por la rapidez. Añoro aquello de tomar al niño por las piernas y amenazar con partirlo para ver la reacción de las madres, y lanzar la sentencia ipso facto. Con la Justicia actual, el hipotético niño haría la primera comunión, y no sabría quién es su madre, querría casarse y no habría quien demonios le hiciera una partida de nacimiento, porque la Justicia aún no habría dictado una resolución irrevocable.

3 Cuentan de un pastor de un monte comunal que, a la hora de vender sus ovejas, tomó algunas de un vecino y las incluyó en el lote de venta. Cuando se percató el pastor vecino, le denunció ante la Justicia por apropiación indebida. El juicio tardó cinco años en salir.

4 - No te preocupes -le dijo el abogado al pastor ladrón en la preparación del juicio-. Estoy completamente seguro de que te van absolver. No hay pruebas. ¡Vete tú a saber dónde están las ovejas después de cinco años!. Ya no existen. Además algunos compañeros del monte comunal testificarán que las ovejas habían sido marcadas con pez hace diez meses, y el crecimiento de la lana ya hacía imposible ver la marca con nitidez.

5 - Mira, ¡yo no estoy tan seguro! -respondió el ladrón-. ¿Qué tal si le envío al Sr. Juez un cordero de regalo?. - ¡Pufff!. ¡Eso ni se te ocurra!. El Juez pensaría que has intentado sobornarle, y dictaría sentencia en contra tuya pensando que no eres inocente. ¡Entonces sí que habrías perdido este juicio!.

6 Se celebró el juicio, y el Juez declaró al acusado inocente por falta de pruebas.

7 - ¡Te felicito! -dijo el abogado-. ¿Lo ves?. ¡Ya te lo decía yo que te iban a declarar inocente!. - Sí, claro. ¡Eso ya lo sabía yo que iba a ocurrir! -respondió-. Al Juez le envié el cordero en nombre de la parte contraria.