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¿Qué Debo hacer? ¿¿?? Con el pasar del tiempo han crecido la desconfianza, el miedo y la inseguridad de hacer el bien a aquellos que no conocemos, pero.

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Presentación del tema: "¿Qué Debo hacer? ¿¿?? Con el pasar del tiempo han crecido la desconfianza, el miedo y la inseguridad de hacer el bien a aquellos que no conocemos, pero."— Transcripción de la presentación:

1 ¿Qué Debo hacer? ¿¿?? Con el pasar del tiempo han crecido la desconfianza, el miedo y la inseguridad de hacer el bien a aquellos que no conocemos, pero que de alguna forma nos necesitan. ¿No te ha sucedido que al viajar, o al trasladarte de un lugar a otro dentro de tu propia ciudad, ves a alguién pidiendo un aventón, pero temes hacer algo por las muchas historias que has escuchado? ¿Alguna vez han tocado a tu puerta, pidiendo algo de comer o de vestir, mas dudas en hacerlo ya que crees en tu fuero interno que se podrían estar aprovechando de ti? ¿O cuando andas en la calle y, se te acercan pidiéndote dinero, dudas, puesto que piensas que lo usarán en detrimento de sí mismos y no para provecho?. ¿Cuántas veces te has encontrado envuelto en estas y otras situaciones, en las cuales quieres hacer algo, pero temes; y ese mismo temor te lleva muchas veces a sentirte mal contigo mismo? Y es que en el mundo se suceden cada día, más y más cosas, que en lugar de motivarnos a ayudar, más bien, nos desalientan y nos impulsan a actuar de forma desconsiderada para con los demás. Esto es realmente lamentable y triste. En lugar de acercarnos nos estamos alejando unos de otros. ¡Qué irónico resulta esto!, pues el hombre trabaja con esfuerzo y pujanza en el área de comunicaciones, logrando con el pasar del tiempo, que a pesar de las distancias podamos sentiros cerca. Pero de qué vale todo esto si en realidad nos estamos volviendo más fríos, más indiferentes hacia lo que realmente importa, nos estamos convirtiendo en esclavos de nuestros propios avances, encerrados tras las rejas de nuestras innovaciones, incapaces de ayudar. Te preguntarás: ¿Es que debemos ser confiados para ayudar, o actuar con prudencia, ignorando al que necesita, para poder permanecer seguros?. Pero ¿hasta qué punto será prudente el no ayudar?¿será seguro?.Piensa...¿Será realmente inseguro actuar con benevolencia?.Considera...Son dos interrogantes que nos llevan a pensar y considerar nuestra actitud hacia los semejantes...Tenemos dos caminos, dos alternativas. Así como tú, hay muchos que viven ante este dilema diariamente, pero hubo una persona que actualmente reside en los Estados Unidos que no se conformó con vivir con esta pregunta. Este hombre emprendió un viaje que le cambió su vida y sus perspectivas, dándole la determinación de ayudar. A continuación presentamos su historia. “Cierto verano hice un viaje en coche. En medio del desierto ví a un hombre joven que me hacía señas mientras sostenía un bidón de gasolina. Pasé de largo. Sin duda alguién se animará a llevarlo, me dije. Además, conocía bien el viejo truco de usar un bote de combustible para detener un coche y luego asaltar al conductor. Muchos kilómetros más adelante, aquel joven seguía en mi mente. No me pesaba tanto haberlo dejado a su suerte, sino la rapidez con que tomé la decisión. Ni por un instante dejé de pisar el acelerador. ¿Hay aún quien se detenga a ayudar a otros?, me pregunté. Hace años, si uno no se detenía a ayudar a quien estaba en aprietos, se le consideraba una mala persona; hoy, si uno lo hace, es un tonto. Con tantos pandilleros, asesinos, violadores, asaltantes y secuestradores al acecho, ¿para qué arriesgarse?La frase:”No quiero problemas” se ha convertido en la excusa general. Me preguntó, ¿Puede una persona en estos días confiar en la bondad de los desconocidos?.

2 Para averiguarlo, bastaría que alguien viajara de un extremo a otro de su país, sin dinero, atenido tan sólo a la benevolencia de sus compatriotas. Eso fue exactamente lo que hice. El 6 de septiembre de 1994 inicié el viaje portando una mochila de 20 kilos, sin un centavo en el bolsillo y, con la determinación de que sólo aceptaría comida, un lecho para descansar y que me llevaran en coche. El lugar de partida y de llegada, Carolina del Norte. Fue una experiencia maravillosa, logré que 82 personas me recogieran en el camino y recorrí 6795 km a través de 14 estados. Al viajar, fui descubriendo que otros tenían los mismos temores que yo. Un día un coche se detuvo. Cuando me acerqué, vi a dos damas de edad. La que iba al volante dijo: - Sé que no hay que recoger a desconocidos en la carretera, pero la distancia entre pueblo y pueblo es tan grande por estos rumbos, que una se siente mal si no lo hace -. Esa mujer me estaba diciendo que prefería arriesgar la vida a sentirse mal por dejar a alguien varado en la carretera. En otra ocasión, estaba esperando bajo la lluvia y un camionero me recogió. El conductor dijo que una vez recogió en el camino a un tipo que lo robó y lastimó con una navaja, pero que no soportaba ver a nadie mojándose en la lluvia. En todas partes descubrí que la gente es solidaria. Al escuchar que no tenía yo ni un centavo y que no estaba dispuesto a aceptar donativos, hubo gente en todos los estados que me compró comida o compartió conmigo lo que tenía. A menudo, los que menos tenían eran los que más me daban. Estoy agradecido con toda la gente que conocí en el viaje por llevarme en sus vehículos y darme comida, techo y regalos. Pero lo que más aprecié y sigo apreciando fue lo espontáneo y desinteresado de su ayuda. Casi al final de mi viaje me percaté de algo muy importante: había tenido que renunciar al dinero para poder disfrutar la experiencia más enriquecedora de mi vida. Y en ese momento supe que, adondequiera que fuera, siempre iba a recordar mi reencuentro con la gente buena.” Este hombre renunció al dinero, a su comodidad y a su seguridad para disfrutar de la experiencia más enriquecedora de su vida... Y valió la pena ¿Por qué no te preguntas a que debes renunciar tú?. Esta persona hizo un largo viaje para reencontrar dentro de sí mismo la bondad y la consideración por medio de los extraños que se la profesaron. Deténte y reflexiona...¿Por qué no te arriesgas?, ¿Por qué no haces la prueba?...Renuncia a la seguridad de los pretextos y emprende tu propio viaje; un viaje que no sólo te brindará hermosas experiencias, sino que también te ayudará a encontrar dentro de tu ser aquellos atributos que tenías escondidos por causa del temor y la frialdad que te rodean. RECUERDA : Todavía Hay Gente Buena Todavía Hay Gente Que Tiende Su Mano Al Necesitado...Todavía Hay Gente Como Tú Todavía Hay Gente Que Espera Una Mano Amiga...


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