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Domingo VI del T.O. Año A. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

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Presentación del tema: "Domingo VI del T.O. Año A. Dichoso el que camina en la voluntad del Señor."— Transcripción de la presentación:

1 Domingo VI del T.O. Año A

2 Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

3 Dichoso el que, con vida intachable, camina en la voluntad del Señor; dichoso el que, guardando sus preceptos, lo busca de todo corazón.

4 Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

5 Tú promulgas tus decretos para que se observen exactamente. Ojalá esté firme mi camino, para cumplir tus consignas. Tú promulgas tus decretos para que se observen exactamente. Ojalá esté firme mi camino, para cumplir tus consignas.

6 Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

7 Haz bien a tu siervo: viviré y cumpliré tus palabras; ábreme los ojos, y contemplaré las maravillas de tu voluntad.

8 Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

9 Muéstrame, Señor, el camino de tus leyes, y lo seguiré puntualmente; enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón.

10 Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

11 El salmo 118 es el más largo del salterio. Se compone de 22 estrofas de 8 versos. Cada estrofa está dedicada a una de las 22 letras del alefato hebreo. Esto significa la plenitud: de la alef a la tau. Además, como ya hemos indicado, cada una de las veintidós letras tiene 7+1 versos, lo cual significa la perfección consumada. Es como el A.B.C. del amor a la Ley. Es más, el autor introdujo en cada verso la palabra "Ley" o uno de sus sinónimos: preceptos, decretos, mandatos, palabras, consignas, voluntad, mandamientos. La Ley, para un hebreo, no consiste en un frío código jurídico, rígido, de "permitido y prohibido,” sino que La Ley es el más bello regalo recibido de Dios, el don de Dios al pueblo que El ama, con el que ha hecho Alianza. El hombre sin Ley, es un hombre abandonado a sí mismo, que no sabe cómo comportarse, que no conoce las normas de su propio ser. Oremos este salmo como el salmista, conscientes de que nos dirigimos a un “Tú.” Lectio

12 La lectura del Eclesiástico (la Sabiduría de Ben Sirach) nos ha puesto ante los ojos los dos caminos: fuego y agua, muerte y vida. Nos darán lo que escojamos. Y el salmo nos da la respuesta a esta disyuntiva. Escogemos la vida porque son dichosos los que caminan en la Voluntad del Señor. Andando por sus caminos, guardando sus palabras y decretos. Esta Ley nos revela el plan de salvación que Dios nos tiene preparado en su sabiduría. Esta ley de salvación es la que Cristo no ha venido a abolir sino a darle plenitud. Israel es dichoso porque conoce el querer de Dios, lo que Dios espera de él. Simplemente -como nos recuerda Miqueas 6, 8- que “practiques la justicia, que ames la misericordia, y que camines humildemente con tu Dios”. Nadie como Jesucristo encarnó esto, por eso, sus palabras no pasarán. Ante Él todo se relativiza (ojos, manos, pies…), y, a la vez, todo pequeño gesto hecho con amor adquiere todo su peso y valor a los ojos de Dios. Meditatio

13 Ábreme, Señor, los ojos y contemplaré las maravillas de tu Voluntad. Enséñame a descubrir la importancia de lo pequeño, tal como nos exhortas en el Evangelio, no por escrúpulo sino como delicadeza y distintivo de toda obra bien hecha. Un artista se distingue de un chapucero por los detalles, que reflejan el amor y la destreza del autor en su obra. Ayúdame, Señor, a cumplir tu Voluntad como manifestación de mi filiación divina y de mi ansia de vida, de vida eterna. ¡Acógeme, Señor, según tu Palabra y viviré, que no quede confundida mi esperanza! Oratio

14 Cromacio de Aquileya Cromacio de Aquileya Hoy nos acompaña un texto de Cromacio de Aquileya, un Padre de la Iglesia del siglo IV, y santo obispo de esa ciudad italiana.Cromacio de Aquileya “Felices los que van sin mancha por el camino, los que avanzan en la ley del Señor. Y de este camino del cielo son muchas las sendas, a saber: la fe, la justicia, la prudencia, la paciencia, la misericordia… y las demás cosas buenas por las que el Espíritu Santo, a través de Jeremías, nos exhorta a entrar a cada uno de nosotros diciendo: Deteneos en los caminos del Señor, mirad las sendas eternas de Dios y ved cuál es el camino bueno y caminad en él. Tenemos que detenernos por tanto en los caminos del Señor, tenemos que considerar las sendas eternas de Dios, para que podamos caminar por este camino bueno que es el del Evangelio.” (Comentario al Ev. De Mateo, Tratado 34, 1) Contemplatio

15 Que esta semana sea un punto de partida en mi vida para descubrir, con gozo, el contenido y sentido de cuanto hago. Actio


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