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EL ESPÍRITU Y LA PALABRA

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Presentación del tema: "EL ESPÍRITU Y LA PALABRA"— Transcripción de la presentación:

1 EL ESPÍRITU Y LA PALABRA
Lección 1 para el 7 de enero de 2017

2 El Espíritu Santo y el origen la Palabra: Revelador. Inspirador.
El Espíritu Santo ha sido el motor y génesis del proceso de creación de la Palabra escrita de Dios –la Biblia. Pero su relación con la Palabra no acabó con su proceso de escritura. Hoy, la obra del Espíritu Santo sigue íntimamente relacionada con la Palabra. El Espíritu Santo y el origen la Palabra: Revelador. Inspirador. Veraz. El Espíritu Santo y la Palabra hoy. Nuestro instructor. No hay contradicción.

3 REVELACIÓN E INSPIRACIÓN
“Ya los profetas estudiaron e investigaron acerca de esta salvación, y hablaron de lo que Dios en su bondad os iba a dar. El Espíritu de Cristo hacía saber de antemano a los profetas lo que Cristo había de sufrir y la gloria que vendría después; y ellos trataban de descubrir a qué persona y a qué tiempo se refería ese Espíritu que estaba en ellos” (1ª de Pedro 1:10-11 DHHe) Revelación e inspiración, aunque relacionadas entre sí, no son lo mismo. La inspiración es la forma en que el Espíritu Santo comunica la verdad a través de agentes humanos. La revelación es el conocimiento que el Espíritu Santo imparte sobre aquello que no nos es posible conocer por nosotros mismos. Así pues, la revelación es la verdad que nos trasmite el Espíritu y la inspiración la forma en la que influye en las personas para que llegue a nosotros.

4 LA REVELACIÓN DE LA PALABRA
“Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios” (1ª de Corintios 2:10) ¿Cómo podríamos conocer la voluntad de Dios si el Espíritu Santo no nos la hubiera revelado a través de su Palabra? El Espíritu Santo tomó a los escritores bíblicos y les reveló verdades que, como personas, eran incapaces de comprender o vislumbrar. Por esta razón, Pedro nos dice que “nunca la profecía fue traída por voluntad humana” (2P. 1:21). Las verdades contenidas en la Biblia son revelación directa de Dios. De ningún modo son ideas o interpretaciones de origen humano.

5 LA INSPIRACIÓN DE LA PALABRA
Los escritores bíblicos no fueron meros mecanógrafos de Dios. “porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2ª de Pedro 1:21) Se les indicaron las palabras exactas con un “así ha dicho Jehová” (Isaías 37:6). Se les mostraron visiones o sueños que describieron luego usando sus propias palabras (Ezequiel 1:4). Investigaron y se documentaron para dar una relación correcta de los hechos y enseñanzas (Lucas 1:6). Fueron capacitados para transmitir con palabras inspiradas los pensamientos divinos de un modo fidedigno y confiable. El proceso de escritura varió según la persona y la ocasión.

6 LA VERACIDAD DE LA PALABRA
“La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia” (Salmo 119:160) Algunos han dudado de la veracidad de la Biblia porque: No entienden que sus autores expresaron la verdad recibida según su época, lugar o cultura. Sus páginas contienen hechos que se escapan a la comprensión humana (el diluvio universal, el cruce del mar rojo, el nacimiento virginal de Jesús, etc.) Pero, ¿quién es más digno de crédito, mis pensamientos o los pensamientos del “Espíritu de verdad” (Juan 14:17)? Dios no puede mentir (Hebreos 6:18). Por tanto, lo que nos ha dicho a través de su Palabra es VERDAD. No podemos juzgar a la Biblia; nuestros pensamientos han de ser juzgador por ella.

7 NUESTRO INSTRUCTOR “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir” (Juan 16:13) ¿Cuál es la verdad a la que nos guía el Espíritu Santo? Es la verdad acerca de Dios. Cada doctrina de la Biblia revela algo de la hermosura de la verdad acerca del Dios que nos ama y anhela que seamos salvos en su Reino. No podemos discernir las verdades presentadas en la Biblia por nuestro propio razonamiento, porque las cosas espirituales se han de discernir espiritualmente (1Co. 2:13). Por esta razón, el Espíritu Santo nos ayuda a: Entender las verdades doctrinales de la Biblia. Entender la verdad sobre nosotros mismos. Cuando decido responder a la dirección del Espíritu Santo y acepto humildemente la instrucción divina de la Biblia, la gracia de Dios transforma mi vida y mi mente es protegida contra los engaños del diablo.

8 NO HAY CONTRADICCIÓN “Porque si creyeseis a Moisés, me creeríais a mí, porque de mí escribió él. Pero si no creéis a sus escritos, ¿cómo creeréis a mis palabras?” (Juan 5:46-47) Jesús nos invita a estudiar la Palabra para poderle conocer a Él y tener la vida eterna (Juan 5:39). No es posible creer en Jesús y rechazar el mensaje de su Palabra escrita. Ahora bien, ¿puede el Espíritu guiarnos a una verdad acerca de Jesús (o cualquier doctrina) que contradiga el mensaje bíblico (Juan 16:13-14)? No puede haber contradicción entre la dirección del Espíritu Santo y la Palabra de Dios. Aquel que diga que es dirigido por el Espíritu Santo pero enseñe doctrinas contrarias a la Biblia no está hablando la verdad.

9 “Él quiere que aun en esta vida las verdades de su Palabra se vayan revelando de continuo a su pueblo. Y hay solamente un modo por el cual se obtiene este conocimiento. No podemos llegar a entender la Palabra de Dios sino por la iluminación del Espíritu por el cual ella fue dada” E.G.W. (El camino a Cristo, pg. 109)


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