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Abundancia de carricero tordal en Madrid en 2010

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Presentación del tema: "Abundancia de carricero tordal en Madrid en 2010"— Transcripción de la presentación:

1 Abundancia de carricero tordal en Madrid en 2010
Acrocephalus scirpaceus ¿La ley del más fuerte? Resultados preliminares en la selección de hábitat de los carriceros común y tordal Blanca Jimeno1, Félix Martínez, Óscar Frías, Jesús Ángel Cuevas2, Luis M. Bautista, Guillermo Blanco Museo Nacional de Ciencias Naturales, CSIC. Departamento de Ecología Evolutiva. C/ José Gutiérrez Abascal 2, Madrid. 2. Centro de Investigaciones Ambientales de la Comunidad de Madrid. Carretera M-607, km Tres Cantos. Madrid. 1. ©Jesús Lemus Acrocephalus arundinaceus INTRODUCCIÓN El carricero común (Acrocephalus scirpaceus) y el carricero tordal (Acrocephalus arundinaceus) son dos especies migrantes transaharianas, que durante el periodo reproductor presentan una distribución eminentemente europea. Su territorio de nidificación en España se reparte por toda la Península y Baleares, localizándose las poblaciones más numerosas en la meseta norte. Su distribución es discontinua en torno a las cuencas fluviales y otras zonas húmedas con presencia de vegetación palustre. Las estimas de abundancia de estas especies, así como de sus tendencias poblacionales, son escasas y dispares, con oscilaciones de hasta un 700% para el número de individuos de carricero tordal y un 200% para el de carricero común, dentro de España. Esto ilustra la necesidad de realizar un censo completo de la población de carriceros en alguna zona con estimas previas, como Madrid. Aunque se carece de datos que cuantifiquen y concreten su incidencia sobre las poblaciones, la amenaza más citada para estas especies es la alteración y disminución de la calidad del hábitat: quema ©Matti Rekila de carrizales, dragado de ríos, desecación de zonas húmedas, etc. Por otra parte, la creación de embalses y balsas de riego, la restauración de graveras o la recuperación de zonas húmedas en los últimos años han facilitado el surgimiento de nuevos hábitats para esta especie. Con este estudio se ha comprobado y valorado de forma directa la distribución y situación de ambas especies, con un censo de las poblaciones de Madrid, así como su distribución. Otro de los objetivos ha sido el de establecer las preferencias en la selección de hábitat de las dos especies, junto con la detección y cuantificación de posibles distribuciones diferenciales entre ambas. Por último, se prestó especial atención a la detección de una posible exclusión competitiva entre el carricero común y el tordal, así como de otros factores o interacciones que pudieran condicionar tanto la presencia o ausencia como el grado de abundancia de las dos especies, como por ejemplo la presencia de cuco común (Cuculus canorus), parásito de cría frecuente de los carriceros. La correlación no paramétrica entre la abundancia de carriceros (suma de abundancias de comunes y tordales) y de cucos en los ríos muestreados fue positiva y con tendencia a la significación (rs = 0.57, n = 11, p = 0.076).. No se han incluido los registros de carriceros correspondientes a los tramos de zonas lénticas por la complejidad de adscribir estas a un tramo de río concreto. Al llevar a cabo este mismo análisis con las abundancias de cada especie por separado, o bien utilizando como unidad el tramo, (incluyendo así zonas lénticas de balsas y otros humedales), los resultados se mantienen. Espacio muestral: En el mapa aparecen los ríos (en tono más oscuro), arroyos (más claro) y zonas húmedas muestreadas en este estudio. Los tramos en gris se corresponden con zonas no muestreadas, con ausencia de sustrato adecuado. MATERIAL Y MÉTODOS El área de estudio incluyó los principales cursos fluviales y lagunas de la Comunidad de Madrid con presencia conocida de carrizo (Phragmites spp.) y enea (Typha spp.). Se recorrieron 711 km. de zonas lóticas y lénticas, abarcando con ello la totalidad del hábitat potencial de las dos especies en la Comunidad de Madrid. El trabajo de campo se realizó entre mayo y julio de 2010, mediante transectos de longitud variable en función de la geografía y características de la zona. En los recorridos se registraron los carriceros comunes y tordales que estaban cantando, emitiendo reclamos o en silencio, así como la hora de la observación, y la forma y distancia de detección de cada individuo. El hábitat en el que se observaron los carriceros se caracterizó por la especie del sustrato utilizado, estimando la longitud, anchura y altura de la vegetación en metros. En el caso de los ríos y arroyos los tramos fueron lineales, mientras que para las zonas lénticas el recorrido se correspondió con el perímetro de las mismas. La presencia de cuco se registró también durante los censos de carriceros. En cuanto al tratamiento estadístico de los datos, las características del hábitat utilizado por cada una de las especies fueron analizadas y comparadas mediante pruebas no paramétricas (). Las observaciones de carriceros comunes y carriceros tordales se asignaron a una u otra especie por las características del sustrato vegetal (altura y anchura) mediante un análisis discriminante (), y la correlación entre las densidades de cucos y carriceros se calculó con el coeficiente de rangos de Spearman (). En esta comunicación se presentan los análisis preliminares del número de carriceros calculados como número de individuos por km de río o zona de agua detenida. No se ha calculado la densidad de aves por 10 ha de sustrato vegetal, a la espera de estimar la superficie de carrizo y enea en cada zona censada. Ambas expresiones están con seguridad relacionadas en los tramos lineales de los ríos, y posiblemente también con el tamaño de las masas cerradas de agua. En los análisis pendientes se demostrará este supuesto. ©Alex Auer ©John Markham & Bruce Coleman ©Ricardo Rodríguez km Individuos censados 125 100 75 50 25 1 Individuos censados 125 100 75 50 25 1 125 100 75 50 25 Individuos censados C.tordal C.común Anchura > km km Altura  Abundancia de carricero común en Madrid en 2010 Abundancia de carricero tordal en Madrid en 2010 > Densidad RESULTADOS Censo: La población total de carriceros se calculó multiplicando el número de individuos detectados por canto (machos) por la razón de sexos (♂:♀) de cada especie. Al carricero común se aplicó una razón 1:1, por ser esta una especie monógama, mientras que al carricero tordal se aplicó una razón 0.5:1 al ser esta una especie polígama. Las estimas finales fueron de 4556 individuos de carricero común y 1023 individuos de carricero tordal.  Selección de hábitat I. Morfología y características del sustrato vegetal: La anchura media de los sustratos vegetales ocupados por carricero tordal fue de 13 ± 20 m. Esta anchura fue un 32% superior a la de los sustratos con carricero común. La altura media de los sustratos vegetales ocupados por carricero tordal fue de 2.15 ± 0.9 m. Esta anchura fue un 22% superior a la observada en los ocupados por carricero común  Selección de hábitat II. Hábitat potencial y hábitat utilizado.  Distribuciones diferenciales y abundancias en zonas lénticas y lóticas Relación entre la abundancia de carriceros comunes y la de cucos en tramos de río > Nivel de inundación ¿Exclusión? > Especie sustrato Enea 33 % > 14 % Carrizo 67 % < 86 % CONCLUSIONES  Las poblaciones de carriceros en Madrid son menores que las estimadas en anteriores estudios.  El carricero tordal utilizó parches más extensos de vegetación más densa e inundada que el carricero común, lo que estuvo asociado a una mayor ocupación de las masas de enea por parte del carricero tordal.  La abundancia de cucos no difiere entre zonas lénticas y lóticas, correlacionándose positivamente con las abundancias de carriceros comunes en los tramos de río.  Las distribuciones de las dos especies se solapan a escala regional, con mayores abundancias de ambas en ambientes lénticos. La distribución de cada especie entre zonas lénticas y lóticas es, no obstante, diferencial, pudiendo indicar una exclusión del carricero común de las zonas lénticas provocada por la presencia de carricero tordal. Esta explicación es sin embargo compatible con unos requerimientos de hábitat menores del carricero común. Existiendo o no exclusión competitiva, la aparente selección de hábitat de los tordales podría darse tanto por las características del mismo (que varían entre zonas: densidad, nivel de inundación, movimiento de agua, etc.) como por el tamaño o extensión territorial que a esta especie corresponda, y que podría darse tan sólo en esas zonas determinadas.  Casi la mitad de la vegetación donde se ha localizado carricero tordal se ajusta a las características de altura y anchura para ser ocupada por carricero común, mientras que solo la cuarta parte de la vegetación ocupada por carricero común serían adecuados para el tordal. Distribución diferencial de cada una de las especies entre zonas lóticas (ríos y arroyos) y lénticas (lagunas, charcas permanentes y temporales, graveras y embalses). La frecuencia de carriceros comunes por km. fue el doble en zonas lénticas, y la de tordal 5.6 veces mayor. Para mayor fiabilidad y contraste de estos resultados, se calcularon las diferencias aproximadas de superficie/características del sustrato utilizado entre los dos tipos de zona. La única variable que presentó una diferencia notable fue la anchura (en promedio doble en zonas de agua detenida). Esto podría conllevar la existencia de aproximadamente el doble de superficie de sustrato adecuado (por km), lo cual justificaría en principio el doble de carriceros. Aun teniendo en cuenta que un hábitat más favorable (como es el de estas zonas) podría conllevar tamaños territoriales más pequeños, la diferencia observada en el caso de los carriceros tordales con respecto a los comunes podría apuntar a una posible exclusión competitiva. 25 % ¿Exclusión? ©Óscar Frías ¿Exclusión? x 2 ©Bartolomé Marín x 6 ©Zigzag digital Carricero tordal (n por tramo) La relación entre numero de carriceros comunes y carriceros tordales en zonas lénticas fue positiva y significativa (p<0.05). También lo fue en zonas lóticas. Las regresiones entre zonas lóticas y lénticas indican que las pendientes difieren, siendo mayor (p<0.05) la correspondiente a zonas lénticas. Esto refleja una abundancia proporcional de tordales mayor en zonas lénticas. Carricero común (n por tramo)


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