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T. 10. la consolidación de la novela europea y americana

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Presentación del tema: "T. 10. la consolidación de la novela europea y americana"— Transcripción de la presentación:

1 T. 10. la consolidación de la novela europea y americana

2 HISTORIA EN EL MUNDO EN ESPAÑA Fin de Siglo 1ª Guerra Mundial
Entreguerras Guerra Mundial Consumismo Guerra Fría Era Nuclear EN ESPAÑA Restauración Dictadura Primo de Rivera 2ª República Guerra Civil Democracia Franquismo

3 PRINCIPIOS DE SIGLO (1898-1914)
Belle époque guerra del Caribe contra España Período de expansión económica: Trenes, tranvías, automóviles, aviones Electricidad Teléfono Fotografía

4 1ª GUERRA MUNDIAL (1914-1918) 1917: Revolución Rusa
Desaparece el Imperio Austrohúngaro Hegemonía norteamericana

5 PERÍODO DE ENTREGUERRAS (1920- 1939)
Felices años 20 Euforia económica Cambio intenso en las formas de vida Tensiones sociales Crisis de 1929 Totalitarismos: Fascismo Stalinismo

6 Posguerra europea 1945: primera bomba atómica Avance de Japón
desaparece el Imperio Otomano telón de acero caída del muro de Berlín, 1989

7 Cambios sociales y culturales
despoblación del campo rápido crecimiento industrial socialistas y anarquistas crisis del positivismo y del racionalismo Individualista, subjetiva y pesimismo Existencialismo: el hombre es un ser para la muerte angustia existencial

8 ESTÉTICA DEL SIGLO XX Existencial (1900 y 1940) Experimental
Angustia del ser humano Desesperación ante el dolor y la muerte -Luigi Pirandello -Franz Kafka -Jean Paul Sartre -Albert Camus -Samuel Beckett -Unamuno -Baroja -Dámaso Alonso -Cela Experimental (1920 y 1960) -ruptura con lo anterior -búsqueda de lo original -vanguardias -Apollinaire -Artaud -Joyce -Marinetti -G. Diego -G. Torre Social (1930 y 1950) -denuncia problemas sociales y políticos -Pablo Neruda -César Vallejo -Bertol Bretch -Gen. Perdida americana -R. Alberti -M. Hernández Aldecoa Ayala

9 Novela experimental: rasgos
El argumento pierde importancia Personaje individual en lucha consigo mismo Narrador omnisciente con perspectiva múltiple Desaparece el capítulo, surge la secuencia Ruptura del orden cronológico Técnica del contrapunto: varias hª simultáneas Monólogo interior y digresiones Eliminación de signos de puntuación Alternancia de: diferentes registros en la disposición tipográfica del texto tipologías textuales en la lengua utilizada

10 Novela europea. Tendencias
Período Tendencias Autores 1º 1/3 s. XX Simbólica Vanguardista Existencial Experimental Proust Joyce Kafka Faulkner 2ª ½ s. XX Existencialismo Absurdo Posmodernistas Sartre y Camus Beckett Eco, Grass, Calvino Años 60 Boom literatura hispanoamericana Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Borges

11 Novela francesa Período Tendencias Autores Obras 1ª ½ s. XX
Conservadora Paul Bourget François Mauriac  Georges Bernanos  Julien Green  Mentiras Nido de víboras La alegría Leviatán Progresista Anatole France Romain Rolland Comprometida André Malraux  Simbólica Marcel Proust Roger Martin Du Gard Antoine de Saint-Exupéry En busca del tiempo perdido Los Thibault El principito 2ª ½ s. XX Existencialismo Jean-Paul Sartre  Albert Camus 

12 Marcel Proust (1871-1922) En busca del tiempo perdido
vida inspirada en la del propio autor amplio retrato de la sociedad de la época ruptura con el realismo decimonónico compleja estructura, subjetiva y muy poco tradicional la memoria: la acción avanza a saltos, por recuerdos y evocaciones único medio que tiene el ser humano para captar las transformaciones del paso del tiempo técnica narrativa que revolucionó la novela estilo lento y divagador Títulos Por el camino de Swann A la sombra de las muchachas en flor El mundo de Guermantes Sodoma y Gomorra La prisionera La fugitiva  El tiempo recobrado

13 Pero si un ruido, un olor, ya oído o respirado antes, se oye o se respira de nuevo, a la vez en el presente y en el pasado reales sin ser actuales, ideales sin ser abstractos, en seguida se encuentra liberada la esencia permanente y habitualmente oculta de las cosas, y nuestro verdadero yo, que, a veces desde mucho tiempo atrás, parecía muerto pero no lo estaba del todo, se despierta, se anima al recibir el celestial alimento que le aportan. Un minuto liberado del orden del tiempo ha recreado en nosotros, para sentirlo, al hombre, liberado del orden del tiempo. Y se comprende que este hombre sea confiado en su alegría, aunque el simple sabor de una magdalena no parezca contener lógicamente las razones de esa alegría; se comprende que la palabra «muerte» no tenga sentido para él; situado fuera del tiempo, ¿qué podría temer del futuro?

14 Jean-Paul Sartre (1905-1980) principal exponente del existencialismo
La náusea escrita en forma de diario, expone la angustia vital derivada de que el hombre esté «condenado a ser libre».  carece de narración literaria en sentido estricto: reflexiones del protagonista, Roquentin piezas teatrales Las moscas, A puerta cerrada, Las manos sucias o La puta respetuosa expresa una visión pesimista de las relaciones entre los seres humanos Las palabras, autobiografía, en el que la preocupación por la escritura es mayor, reflexiona sobre la literatura. 1964: rechaza el premio Nobel de Literatura

15 Me levanto sobresaltado; si por lo menos pudiera dejar de pensar, ya sería mejor. Los pensamientos son lo más insulso que hay. Más insulso aún que la carne. Son una cosa que se estira interminablemente, y dejan un gusto raro. Y además, dentro de los pensamientos están las palabras, las palabras inconclusas, las frases esbozadas que retornan sin interrupción: "Tengo que termi...yo ex...Muerto...M. de Roll...ha muerto...No soy...Yo ex..." Sigue, sigue, y no termina nunca. Es peor que lo otro, porque me siento responsable y cómplice. Por ejemplo, yo alimento esta especie de rumia dolorosa: existo. Yo. El cuerpo, una vez que ha empezado, vive solo. Pero soy yo quien continúa, quien desenvuelve el pensamiento. Existo. Pienso que existo. ¡Oh, que larga serpentina es esa sensación de existir! Y la desenvuelvo muy despacito...¡Si pudiera dejar de pensar! Intento, lo consigo: me parece que la cabeza se me llena de humo...y vuelve a empezar: "Humo...no pensar...no quiero pensar. No tengo que pensar que no quiero pensar. Porque es un pensamiento". ¿Entonces no se acabará nunca? Yo soy mi pensamiento, por eso no puedo detenerme. Existo porque pienso...y no puedo dejar de pensar. En este mismo momento - es atroz - si existo es porque me horroriza existir. Yo, yo me saco de la nada a la que aspiro; el odio, el asco de existir son otras tantas maneras de hacerme existir, de hundirme en la existencia. Los pensamientos nacen a mis espaldas, como un vértigo, los siento nacer detrás de mi cabeza..., si cedo se situarán aquí delante, entre mis ojos, y sigo cediendo, y el pensamiento crece, crece, y ahora, inmenso, me llena por entero y renueva mi existencia.

16 Albert Camus ( ) el absurdo de la condición humana y la rebeldía El extranjero: una indiferencia general hacia su vida La peste ciudad enfrentada a una epidemia sin intentar buscar una explicación La noción de rebeldía ante el absurdo toma plena forma magnífico dramaturgo Calígula, El malentendido y Los justos; en sus dramas también expone el pensamiento de raíz existencialista Ensayos: El mito de Sísifo, en el cual compara la inutilidad de las acciones humanas con el mito clásico de Sísifo, condenado a subir una roca a lo alto de una montaña para que caiga rodando y la tenga que volver a subir Premio Nobel en 1957.

17 Existe un hecho evidente que parece enteramente moral: un hombre es siempre presa de sus verdades. Una vez reconocidas, sería incapaz de desprenderse de ellas. [...] Un hombre que cobra conciencia de lo absurdo queda ligado para siempre a… él. Un hombre sin esperanza y consciente de serlo no pertenece ya al porvenir. Eso es natural. Pero también lo es que haga esfuerzos por escapar del universo que ha creado. [...] La razón [...] da a la angustia moderna los medios de calmarse en los decorados familiares de lo eterno. El espíritu absurdo tiene menos suerte. El mundo no es para él ni tan racional, ni irracional hasta ese punto. Es irrazonable y nada más que eso. [...] Mi razonamiento quiere ser fiel a la evidencia que lo ha despertado. Esa evidencia es lo absurdo. Es el divorcio entre el espíritu que desea y el mundo que decepciona, mi nostalgia de unidad, el universo disperso y la contradicción que los encadena. [...] No puede tratarse de disfrazar la evidencia, de suprimir lo absurdo negando uno de los términos de su ecuación. Es preciso saber si se puede vivir de él o si la lógica ordena que se muera de él. [...] La honradez está en saber mantenerse en esa arista vertiginosa, y lo demás es subterfugio.

18 Novela en alemán Período Autores Obras 1ª ½ s. XX
(bildungsroman, «novela de formación», ) Thomas Mann Hermann Hesse  Franz Kafka  Alfred Döblin  Arthur Schnitzler   La montaña mágica El lobo estepario La metamorfosis Berlin Alexanderplatz El papagayo verde 2ª ½ s. XX Robert Musil  Stefan Zweig  Hermann Broch  Joseph Roth  El hombre sin atributos La verdad sospechosa Los sonámbulos Fuga sin fin

19 Franz Kafka (1883-1924), personalidad compleja y atormentada
intuición y talento literario inquietudes del hombre del siglo XX universo angustioso y opresivo en que el individuo se halla solo e impotente ante la burocracia, la justicia, el poder la sociedad aparecen ante él como algo hostil e incomprensible La metamorfosis (1915): soledad y elementos mágicos El proceso: injusticia e incertidumbre El castillo: imposibilidad de accceso múltiples cuentos (La colonia penitenciaria) Correspondencia como su Diario son de gran valor literario.

20 Thomas Mann (1875-1955), premio Nobel de 1929
gran complejidad,por técnicas narrativas y por hondura intelectual carácter reflexivo sobre aspectos trascendentes, como la vida, el arte, el tiempo, la historia, la enfermedad, etc Los Buddenbrooks, realista los valores burgueses de finales de siglo XIX y su decadencia varias generaciones de una familia alemana La muerte en Venecia pasión íntima que enfrenta a la vejez con la juventud contexto asfixiante de corrupción física y moral encarnada por la ciudad de Venecia. La montaña mágica (1924) en un sanatorio de tuberculosos apariencia realista conjunto de símbolos que representan el fin de una época y la crisis del mundo contemporáneo

21 Yo no me ataré ni al partido de Naphta ni al de Settembrini
Yo no me ataré ni al partido de Naphta ni al de Settembrini... ¡ Singulares pedagogos con su eterno problema de la presencia! La vida o la muerte, la enfermedad o la salud, el espíritu o la naturaleza... ¿ Son éstas antinomias? ¿ Son siquiera problemas? No, no son problemas. La muerte, con todas sus vergüenzas, está instalada en el corazón de la vida y no habría vida sin ella, y el lugar del horno Dei está entre ambas, a medio camino de la vergüenza y de la razón, lo mismo que el Estado es el término medio entre la comunidad mística y el individualismo acendrado.

22 Hermann Hesse (1877-1962) complejidad interna del hombre
búsqueda del yo íntimo para adquirir un sentido de la existencia Bajo las ruedas pérdida de la infancia y el desencanto del acceso al mundo adulto El lobo estepario (1928) crisis espiritual de su época conflicto entre el individualismo rebelde y la necesidad de adaptarse a las convenciones de la sociedad búsqueda de la sabiduría interior le acercó a la filosofía oriental premio Nobel en 1946.

23 Cuando he estado una temporada sin placer y sin dolor y he respirado la tibia e insípida soportabilidad de los llamados días buenos, entonces se llena mi alma infantil de un sentimiento tan doloroso y de miseria, que al adormecido dios de la semisatisfacción le tiraría a la cara satisfecha la mohosa lira de la gratitud, y más me gusta sentir dentro de mí arder un dolor verdadero y endemoniado que esta confortable temperatura de estufa. Entonces se inflama en mi interior un fiero afán de sensaciones, de impresiones fuertes, una rabia de esta vida degradada, superficial, esterilizada y sujeta a normas, un deseo frenético de hacer polvo alguna cosa, por ejemplo, unos grandes almacenes o una catedral, o a mí mismo, de cometer temerarias idioteces, de arrancar la mascara a un par de ídolos generalmente respetados, comprar un boleto al olvido o al no me importa, de seducir a una jovencita o retorcer el pescuezo a varios representantes del orden social burgués. Porque esto es lo que yo más odiaba, detestaba y maldecía principalmente en mi fuero interno: esta autosatisfacción, esta salud y comodidad, este cuidado optimismo del burgués, esta bien alimentada y próspera disciplina de todo lo mediocre, normal y corriente.”

24 Robert Musil (1880-1942), El hombre sin atributos (1930-43)
ejemplo de novela intelectual, En cuatro partes cotidiana vida de su protagonista retrato paródico del difunto imperio austrohúngaro, repleto de valores anticuados y de burocracia numerosas reflexiones ético-filosóficas de gran profundidad sobre la vida moderna.

25 Automóviles salían disparados de calles largas y estrechas al espacio libre de luminosas plazas. Hileras de peatones, surcando zigzagueantes la multitud confusa, formaban esteras movedizas de nubes entretejidas. A veces se separaban algunas hebras, cuando caminantes más presurosos se abrían paso por entre otros a quienes no corría tanta prisa, se alejaban ensanchando curvas y volvían, tras breves serpenteos, a su curso normal. Centenares de sonidos se sucedían uno a otro, confundiéndose en un profundo ruido metálico del que destacaban diversos sones, unos agudos claros, otros roncos, que discordaban la armonía pero que la restablecían al desaparecer. De este ruido hubiera deducido cualquiera, después de largos años de ausencia, sin previa descripción y con los ojos cerrados, que se encontraba en la capital del Imperio, en la ciudad residencial de Viena.

26 Períodos Novela habla inglesa Nombres Años veinte Realismo decimonónico, introspección psicológica George Meredith Henry James Edith Wharton Ruyard Kuypling Evasión de la novela erótica Lawrence Utopía Huxley Erótica Experimentación James Joyce Virginia Wolf William Faulkner Generación perdida Francis Scott Fitzgerald  Ernest Hemingway  John Dos Passos  John Steinbeck  Posguerra Política George Orwell Policíaca Graham Greene  Fantástica John Ronald Tolkien  De espionaje John le Carré 

27 Edith Wharton ( ) realiza una dura crítica contra la alta sociedad de Nueva York, como en La edad de la inocencia.

28 James Joyce (1882-1941) Dublineses Retrato del artista adolescente
colección de cuentos técnicas narrativas tradicionales Retrato del artista adolescente carácter autobiográfico cuenta el paso por la infancia y adolescencia del protagonista hacia la madurez consolidación como escritor Ulises retrato del mediocre hombre contemporáneo al narrar un día en la vida de varios dublineses adopta la estructura y argumento de la Odisea de Homero novedosos recursos formales empleados: saltos temporales, mezcla entre realidad y ensoñación, constante experimentación lingüística, y monólogo interior Finnegan's wake: relato oscuro, de difícil comprensión, lenguaje creado por él mismo, mezcla de muchos idiomas.

29 Dios mío después de aquel largo beso casi me quedo sin respiración si dijo que yo era una flor de la montaña sí que somos flores todas el cuerpo de mujer sí fue la única verdad que dijo en su vida y el sol brilla para ti hoy si por eso me gustaba por que vi que entendía o sentía lo que es una mujer y yo sabía que siempre le podía buscar las vueltas y le di todo el placer que pude invitándole hasta que me pidió que dijera sí yo no queda contestar al principio sólo miré a lo lejos el mar y al cielo pensaba en tantas cosas que él no sabía en Mulvey y Mr. Stanhope y en Hester y en padre y en el viejo capitán Groves y en los marineros jugando a antónpirulero y a las prendas y a mear alto como ellos lo llamaban... (…)O aquel abismal torrente O y el mar el mar carmesí a veces como fuego y las puestas de sol gloriosas y las higueras en los jardines de la Alameda si y todas aquellas callejuelas extrañas y las casas de rosa y de azul y de amarillo y las rosaledas y los jazmines y los geranios y las chumberas y el Gibraltar de mi niñez cuando yo era una Flor de montaña sí cuando me ponía la rosa en el pelo como hacían las muchachas andaluzas o me pondré una roja sí y cómo me besaba junto a la muralla mora y yo pensaba bien lo mismo da él que otro y entonces le pedí con la mirada que me lo pidiera otra vez sí y entonces me preguntó sí queda sí decir sí mi flor de la montaña y al principio le estreché entre mis brazos sí le apreté contra mí para que sintiera mis pechos todo perfume sí y su corazón parecía desbocado y sí dije sí quiero Sí J. Joyce: Ulises. Monólogo de Molly

30 Virginia Woolf (1882-1941) conciencia de la pérdida de valores
obsesión por el tiempo, que posibilita la vida a la vez que la destruye Las olas (1931) experimenta con nuevas posibilidades y recursos narrativos juegos temporales y monólogos interiores que de flujo de conciencia profundización en los caracteres psicológicos de los personajes

31 “Te doy la espalda y nervioso muevo los dedos
“Te doy la espalda y nervioso muevo los dedos. No, ahora mis manos están en perfecta inmovilidad. Con exactitud abro un espacio en la librería y en él inserto el Don Juan. Ahí. Prefiero ser amado, prefiero ser famoso a seguir el camino de la perfección a través de las arenas. Pero ¿estoy condenado a producir asco? ¿Soy poeta? Tómalo. El deseo que llevo tras los labios, frío como el plomo, pesado como la bala, aquello con lo que apunto a las dependientas de comercio, a las mujeres, a las ficciones y a la vulgaridad de la vida (porque la amo), sale disparado hacia ti, cuando te arrojo – tómalo – mi poema.”

32 Aldous Huxley (1894-1963) escepticismo e ironía
Análisis de la naturaleza humana Un mundo feliz (1932) describe una terrible sociedad futura la tecnología y la genética marcan de forma estricta las clases sociales el sentimiento no tiene cabida.

33 William Faulkner (1897-1962) culminación del vanguardismo americano
imaginaria región de Yoknapatawpha simboliza el sur de Estados Unidos, y recogen las transformaciones sociales de esta zona del país lenguaje rico y complejo, todo tipo de técnicas modernas El ruido y la furia y Mientras agonizo se alternan los monólogos interiores de varios personajes miseria y la brutalidad del ser humano con saltos temporales puntos de vista múltiples y huecos en el relato.

34 Del tiempo nadie se escapa, ni los relojes atómicos, ni la playa infinita del universo que una vez vio el Big Bang, ni siquiera el Big Ben, la Gran campana de Westminster. A todos nos llega la hora, la del deber, la del placer, la del partir. Tan pocas horas y tanto qué hacer con ellas, parece decir aquel que mira las manecillas correr o ese que tanto corre sin siquiera mirar el reloj. Por eso el mayor gesto de rebeldía de un ser humano contra la tiranía del tiempo es dejarlo olvidado en el muro, en el bolsillo, en la mano, dejarlo correr grano a grano, por breves momentos, en actos que nos devuelvan la humanidad perdida, en actos de carne y hueso que reivindiquen la permanencia del ser más allá de la historia y la memoria. A la sombra del tiempo somos como esa muchedumbre de arena que intenta en vano aferrarse a la orilla del mar, minúsculas piedras rodantes que hoy duermen a un lado del reloj y mañana despiertan al otro. En definitiva, sólo nos queda el aquí y el ahora... y aún así, nos impulsa el imparable deseo de hacer que cuente.

35 Ernest Hemingway (1899-1961) Generación Perdida
búsqueda de nuevos valores en el amor, la aventura, la acción, el peligro y otras emociones directas estilo sobrio, directo y algo descuidado, con fuerza expresiva 1954 el Premio Nobel Adiós a las armas recrea su paso por la Primera Guerra Mundial Por quién doblan las campanas, sobre la Guerra Civil española. Las nieves del Kilimanjaro El viejo y el mar, historia de pescadores en Cuba

36 Estaban tan juntos, que mientras se movía la aguja que marcaba los minutos, aguja que él no veía ya, sabían que nada podía pasarle a uno sin que le pasara a otro; que no podría pasarles nada si no eso; que eso era todo y siempre, el pasado, el presente y ese futuro desconocido. Lo que no ibana tener nunca lo tenían. Lo tenía ahora y antes y ahora, ahora y ahora. O ahora, ahora, ahora; este ahora único, este ahora por encima de todo; este ahora como no hubo otro, sino este ahora y ahora es tu profeta. Ahora y por siempre jamás. Ven ahora, ahora, porque no hay otro ahora más que ahora. Sí, ahora. Ahora por favor, ahora; el único ahora. Nada más que ahora. ¿Y donde estás tú? ¿ Y donde estoy yo? ¿ Y donde está el otro? Y ya no hay por qué; ya no habrá nunca por qué; sólo hay este ahora. Ni habrá nunca por qué, sólo este presente, y de ahora en adelante sólo habrá ahora, siempre ahora, desde ahora solo un ahora; desde ahora sólo hay uno, no hay otro más que uno;uno, uno, uno. Todavía uno, todavía uno, uno que desciende, uno suavemente, uno ansiadamente, uno gentilmente, uno felizmente; uno en la bondad, uno en la ternura, uno sobre la tierra

37 John Dos Passos (1896-1970) técnicas novedosas
Manhattan Transfer (1925) novela vanguardista recrea la ciudad de Nueva York a través de múltiples ciudadanos, novela de protagonista colectivo USA, retrato crítico y pesimista de su país

38 La primera cosa que oyeron fue el trémulo silbido de un vagoncito que humeaba al borde de la acera, frente a la entrada del ferry. Un chico se apartó del grupo de emigrantes que vagaba por el embarcadero y corrió el vagoncito. - Es como una máquina de vapor y está llena de tornillos y tuercas -gritó al volverse. - Padriac, vuelve aquí. - Y aquí está la estación del elevado, South Ferry -continuó Tim Halloran, que había venido a buscarles-. Allá arriba está Battery Park y Bowling Street y Wall Street, el distrito bancario... Vamos, Padraic, el tío Timothy te va a llevar en el elevado de la Novena Avenida. Quedaban sólo tres personas en el embarcadero, una vieja con un pañuelo azul a la cabeza, y una joven con un chal color magenta, en pie las dos, una a cada lado de un gran abúl claveteado con tachuelas de latón. Y un viejo con una perilla verdosa y una cara toda rayada y retorcida como la raíz de un roble muerto. La vieja gemía con lágrimas en los ojos: "Dove andiamo, Madonna mía, Madonna Mía!" La joven desdoblaba una carta y parpadeaba ante la floreada escritura. De repente se acercó al viejo: "Non posso leggere", y le alargó la carta. Él se restregó las manos, balanceó la cabeza y dijo algo que ella no pudo entender. La joven se encogió de hombros, sonrió y volvió a su baúl. Un siciliano con patillas hablaba con la vieja. Cogió el baúl con la cuerda y lo arrastró a un carro con un caballo blanco, que estaba parado en la acera de enfrente. Las dos mujeres siguieron al baúl. El siciliano tendió la mano a la joven. La vieja, sin dejar de murmurar y lloriquear, se subió trabajosamente a la trasera. Cuando el siciliano se inclinó para leer la carta, rozó a la joven con el hombro. Ella se puso tensa. "Awright", dijo. Luego, sacudiendo las riendas sobre la grupa del caballo, se volvió a la vieja y gritó: "Cinque le due... Awright“.

39 A grandes zancadas, cojeando un poco a causa de sus pies ampollados, Bud descendía Broadway. Pasó por delante de solares vacíos donde brillaban latas de conserva entre hierbas y matojos de zumaque y zuzón; pasó entre filas de carteleras y anuncios de Bull Durham; pasó por delante de chozas y casucas abandonadas, dejando atrás vertederos llenos de escombros y ruedas, donde los volquetes descargaban cenizas y escorias; pasó ante moles de roca gris que las perforadoras de vapor taladraban y roían continuamente, ante excavaciones desde las cuales subían trabajosamente a la calle carros cargados de cascote y greda. Hasta que se encontró andando por aceras nuevas, entre filas de casas de ladrillo amarillo. Bud miraba los escaparates de las tiendas de comestibles, de las lavanderías chinas, de los lunch-rooms, de las tiendas de flores, de las verdulerías, sastrerías y reposterías. Al pasar por debajo del andamiaje de un edificio en construcción, su mirada se cruzó con la de un viejo que estaba sentado al borde de la acera, componiendo lámparas de aceite. Bud se paró a su lado, se subió los pantalones, carraspeó: —Oiga, ¿no puede usté decirme de un buen sitio donde me den trabajo?… —Buenos sitios donde den trabajo no los hay, amigo-Malos, sí, de sobra… Yo dentro de un mes y cuatro días cumpliré los sesenta y cinco, y he trabajado desde que tenía cinco años, creo, y no he encontrado un buen empleo aún. —Yo con cualquier trabajo me contento. —¿Tiene usté tarjeta de la Unión? —No tengo ná. —Sin tarjeta no le darán trabajo en el gremio de constructores —dijo el viejo. Se restregó los pelos grises de su barbilla con el dorso de la mano, y volvió a sus lámparas. Bud se quedó mirando la selva de vigas de hierro, blancas de polvo, del nuevo edificio, pero al fijarse en un hombre de sombrero hongo que le miraba por la ventanilla de la caseta del vigilante, echó a andar, molesto, arrastrando penosamente sus pies: «Si pudiera meterme en el mismo centro…» En la otra esquina se agolpaba la gente alrededor de un automóvil blanco, muy alto. Nubes de humo salían de la parte de atrás. Un policía sostenía a un chiquillo por los sobacos. Desde el coche un hombre colorado, blancas patillas de morsa, gritaba enfurecido: —Le digo a usted, guardia, que tiró una piedra… Esto tiene que acabar. Un policía ponerse de parte de los pillos y granujas… Una mujer con el pelo recogido sobre la coronilla en un moño tieso, vociferaba amenazando con el puño al hombre del auto: —¡Por poco me pilla, guardia, por poco me pilla! Bud se arrimó a un joven, con mandil de carnicero, que llevaba una gorra de baseball echada hacia atrás.

40 John Steinbeck (1902-1968) Premio Nobel en 1962
denuncia las injusticia de los humildes los trabajadores del campo, afectados por la depresión económica realidad cotidiana, tipos sencillos e ingenuos en lucha contra el egoísmo y la corrupción De ratones y hombres y Las uvas de la ira ambientación rural grandes extensiones de cultivo del centro y sur del país La perla: sobre un humilde pescador Al este del edén, drama rural que refleja a través de dos familias la ideología y los valores de la sociedad de la época

41 George Orwell (1903-1905) Rebelión en la granja
denuncia el totalitarismo estalinista 1984, terrible visión futurista en la que el Estado controla absolutamente al individuo a través de la tecnología,

42 EL GRAN HERMANO TE VIGILA, decían las grandes letras, mientras los sombríos ojos miraban fijamente a los de Winston. En la calle, en línea vertical con aquél, había otro cartel roto por un pico, que flameaba espasmódicamente azotado por el viento, descubriendo y cubriendo alternativamente una sola palabra: INGSOC. A lo lejos, un autogiro pasaba entre los tejados, se quedaba un instante colgado en el aire y luego se lanzaba otra vez en un vuelo curvo. Era de la patrulla de policía encargada de vigilar a la gente a través de los balcones y ventanas. Sin embargo, las patrullas eran lo de menos. Lo que importaba verdaderamente era la Policía del Pensamiento. A la espalda de Winston, la voz de la telepantalla seguía murmurando datos sobre el hierro y el cumplimiento del noveno Plan Trienal. La telepantalla recibía y transmitía simultáneamente. Cualquier sonido que hiciera Winston superior a un susurro, era captado por el aparato. Además, mientras permaneciera dentro del radio de visión de la placa de metal, podía ser visto a la vez que oído.

43 Novela italiana: neorrealismo italiano.
Período Autores Obras Posguerra Primo Levi  Cesare Pavese Alberto Moravia  Italo Calvino Si esto es un hombre  Los indiferentes a La vida interior El vizconde demediado Últimas tendencias Giuseppe Tomasi de Lampedusa  Leonardo Sciascia Pier Paolo Pasolini  Umberto Eco  El gatopardo  El día de la lechuza Muchachos de la vida El nombre de la rosa

44 Alberto Moravia ( ) visión completa de la sociedad italiana a través del tiempo Los indiferentes, La vida interior y La romana, una de sus novelas más conocidas, protagonizada por una prostituta que acepta su destino con resignación

45 Italo Calvino (1923-1985) Neorrealista en sus inicio
realismo grotesco: La especulación inmobiliaria narrativa filosófica recrea un mundo fantástico e imaginativo riqueza del lenguaje, el humor y la ironía trilogía Nuestros antepasados, compuesta por las novelas  El vizconde demediado El barón rampante El caballero inexistente. Sorpresa, argumentos inverosímiles

46 Llegó el invierno, Cósimo se confeccionó una casaca de pieles
Llegó el invierno, Cósimo se confeccionó una casaca de pieles. La cosió él mismo con trozos de pieles de varios animales cazados por él: liebres, zorros, martas y hurones. En la cabeza llevaba todavía el gorro de gato salvaje. Se cosió también unos calzones de piel de cabra con el fondillo y las rodilleras de cuero. En cuanto a los zapatos, comprendió finalmente que para los árboles lo mejor eran las zapatillas, y se hizo un par con no sé qué piel, quizá de tejón. Así se defendía del frío. Hay que decir que en esa época por aquí los inviernos eran benignos, no con ese frío de ahora que, según dicen, lo ha sacado Napoleón de Rusia y lo ha traído detrás suyo. Pero incluso entonces pasar las noches de invierno al raso no era precisamente algo deseable. Para la noche Cósimo había encontrado el sistema de los odres de piel; nada de tiendas o cabañas: un odre con el pelo hacia dentro, colgado de una rama. Se introducía dentro de él, desaparecía del todo y se dormía acurrucado como un niño. Si un ruido insólito cruzaba la noche, de la boca del saco salía el gorro de piel, el cañón del fusil, y luego él con los ojos muy abiertos. (Decían que los ojos se le habían vuelto luminosos en la oscuridad, como los gatos y los búhos: pero yo no lo advertí nunca.)

47 NOVELA HISPANOAMERICANA
Novela experimental Principios de siglo: Realismo tradicional Medio siglo: Realismo mágico Ernesto Sábato Miguel Ángel Asturias Realista Julio Cortázar Alejo Carpentier Carlos Fuentes Indigienista Jorge Luis Borges G. García Márquez Juan Rulfo M. Vargas Llosa

48 Realismo tradicional:
Realista Mundo rural y sus tipos Problemas sociales y humanos Naturaleza salvaje y grandiosa Doña Bárbara, Rómulo Gallegos Indigienista: explotación del indio a manos de los blancos Raza de bronce, Alcides Arguedas El mundo es ancho y ajeno, Ciro Alegría

49 Realismo mágico Autores: Realismo+els fantásticos Ambientes urbanos
Preocupaciones existenciales Innovaciones formales Elementos que desafían la lógica Autores: M.A. Asturias: El Señor Presidente Lenguaje barroco: imágenes y símbolos Novela de dictador Estética expresionista

50 Sin dejar la carga -más le pesaba el miedo- tiró de un pie al supuesto cadáver y cuál asombro tuvo al encontrarse con un hombre vivo, cuyas palpitaciones formaban gráficas de angustia a través de sus gritos y los ladridos del can, como el viento cuando entretela la lluvia. Los pasos de alguien que andaba por allí, en un bosquecito cercano de pinos y guayabos viejos, acabaron de turbar al leñador. Si fuera un policía... De veras, pues... Sólo eso le faltaba...      -¡Chú-chó! -gritó al perro. Y como siguiera ladrando, le largó un puntapié-. ¡Chucho, animal, dej' estar!...      Pensó huir... Pero huir era hacerse reo de delito... Peor aún si era un policía... Y volviéndose al herido:      -¡Preste, pues, con eso lo ayudo a pararse!... ¡Ay, Dios, si por poco lo matan!... ¡Preste, no tenga miedo, no grite, que no le estoy haciendo nada malo! Pasé por aquí, lo vide botado y...      -Vi que lo desenterrabas -rompió a decir una voz a sus espaldas- y regresé porque creí que era algún conocido; saquémoslo de aquí...      El leñador volvió la cabeza para responder y por poco se cae del susto. Se le fue el aliento y no escapó por no soltar al herido, que apenas se tenía en pie. El que le hablaba era un ángel: tez de dorado mármol, cabellos rubios, boca pequeña y aire de mujer en violento contraste con la negrura de sus ojos varoniles. Vestía de gris. Su traje, a la luz del crepúsculo, se veía como una nube. Llevaba en las manos finas una caña de bambú muy delgada y un sombrero limeño que parecía una paloma.      ¡Un ángel... -el leñador no le desclavaba los ojos-, un ángel -se repetía-, ...un ángel! El Señor Presidente

51 Autores: Alejo Carpentier: J. L. Borges: Lenguaje rico y sugerente
Creación de nuevos mundos Personajes muy atractivos Los pasos perdidos, civilización-barbarie, búsqueda de la propia esencia personal J. L. Borges: Vértigo intelectual: recrea universos ficticios Estilo irónico Tono erudito Desaparece el tiempo y el individuo Temas: destino personal

52 En la parte inferior del escalón, hacia la derecha, vi una pequeña esfera tornasolada, de casi intolerable fulgor. Al principio la creí giratoria; luego comprendí que ese movimiento era una ilusión producida por los vertiginosos espectáculos que encerraba. El diámetro del Aleph sería de dos o tres centímetros, pero el espacio cósmico estaba ahí, sin disminución de tamaño. Cada cosa (la luna del espejo, digamos) era infinitas cosas, porque yo claramente la veía desde todos los puntos del universo. Vi el populoso mar, vi el alba y la tarde, vi las muchedumbres de América, vi una plateada telaraña en el centro de una negra pirámide, vi un laberinto roto (era Londres), vi interminables ojos inmediatos escrutándose en mí como en un espejo, vi todos los espejos del planeta y ninguno me reflejó, (…), vi convexos desiertos ecuatoriales y cada uno de sus granos de arena, vi en Inverness a una mujer que no olvidaré, vi la violenta cabellera, el altivo cuerpo, vi un cáncer de pecho, vi un círculo de tierra seca en una vereda, donde antes hubo un árbol, vi una quinta de Adrogué, un ejemplar de la primera versión inglesa de Plinio, la de Philemont Holland, vi a un tiempo cada letra de cada página (de chico yo solía maravillarme de que las letras de un volumen cerrado no se mezclaran y perdieran en el decurso de la noche), (…)vi la circulación de mi propia sangre, vi el engranaje del amor y la modificación de la muerte, vi el Aleph, desde todos los puntos, vi en el Aleph la tierra, vi mi cara y mis vísceras, vi tu cara, y sentí vértigo y lloré, porque mis ojos habían visto ese objeto secreto y conjetural, cuyo nombre usurpan los hombres, pero que ningún hombre ha mirado: el inconcebible universo. " El Aleph, Jorge Luis Borges

53 Autores: Juan Rulfo: Revolución mejicana Ts: dolor en la infancia
Pedro Páramo (1955): Muerte Ruptura de la linealidad temporal Diferentes puntos de vista narrativos Monólogo interior “¡Oh!, por qué no lloré y me anegué entonces en lágrimas para enjuagar mi angustia. ¡Señor, tú no existes! Te pedí tu protección para él. Que me lo cuidaras. Eso te pedí. Pero tú te ocupas nada más de las almas. Y lo que yo quiero de él es su cuerpo. Desnudo y caliente de amor; hirviendo de deseos; estrujando el temblor de mis senos y de mis brazos. Mi cuerpo transparente suspendido del suyo. Mi cuerpo liviano sostenido y suelto a sus fuerzas. ¿Qué haré ahora con mis labios sin su boca para llenarlos? ¿Qué haré de mis adoloridos labios?”

54 Novela experimental (1960-80)
Boom de la narrativa hispanoamericana Técnicas europeas (Joyce, Kafka, Faulkner…) Técnicas nuevas: Tipos de texto Participación del lector Liberación expresiva Literatura de la revolución- revolución de la literatura Estilo: neologismos, diversos registros del lenguaje, anacronismos, juegos de palabras y a exuberancia barroca del vocabulario culto y de la sintaxis gongorina

55 Ernesto Sábato (1911) Narrativa intelectualizada, cercana al ensayo.
Combinación de autobiografía, ficción, realidad y sueños, narración y ensayo. El túnel A veces volvía a ser piedra negra y entonces yo no sabía qué pasaba del otro lado, qué era de ella en esos intervalos anónimos, qué extraños sucesos acontecían; y hasta pensaba que en esos momentos su rostro cambiaba y que una mueca de burla lo deformaba y que quizá había risas cruzadas con otro y que toda la historia de los pasadizos era una ridícula invención o creencia mía y que en todo caso había un solo túnel, oscuro y solitario: el mío, el túnel en que había transcurrido mi infancia, mi juventud, toda mi vida. Y en uno de esos trozos transparentes del muro de piedra yo había visto a esta muchacha y había creído ingenuamente que venía por otro túnel paralelo al mío, cuando en realidad pertenecía al ancho mundo, al mundo sin límites de los que no viven en túneles; y quizá se había acercado por curiosidad a una de mis extrañas ventanas y había entrevisto el espectáculo de mi insalvable soledad.

56 Relatos breves, cuentos fantásticos: Las armas secretas
Novedades estructurales: Rayuela Julio Cortázar ( ) Me miras, de cerca me miras, cada vez más de cerca y entonces jugamos al cíclope, nos miramos cada vez más de cerca y los ojos se agrandan, se acercan entre sí, se superponen y los cíclopes se miran, respirando confundidos, las bocas se encuentran y luchan tibiamente, mordiéndose con los labios, apoyando apenas la lengua en los dientes, jugando en sus recintos donde un aire pesado va y viene con un perfume viejo y un silencio. Entonces mis manos buscan hundirse en tu pelo, acariciar lentamente la profundidad de tu pelo mientras nos besamos como si tuviéramos la boca llena de flores o de peces, de movimientos vivos, y si nos ahogamos en un breve y terrible absorber simultáneo de aliento, esa instantánea muerte es bella. Y hay una sola saliva y un solo sabor a fruta madura, y yo te siento temblar contra mi, como una luna en el agua.

57 -Como podría estar con Zapata o Villa. No creo en ninguno.
Actitud crítica Renovación formal La muerte de Artemio Cruz Carlos Fuentes (1928) -Depende de cómo lo mires. Tú nada más has andado en las batallas; has obedecido órdenes y nunca has dudado de tus jefes. -Seguro. Se trata de ganar la guerra. Qué, ¿tú no estás con Obregón y Carranza? -Como podría estar con Zapata o Villa. No creo en ninguno. -¿Y entonces? -Ése es el drama. No hay más que ellos. No sé si te acuerdas del principio. Fue hace tan poco, pero parece tan lejano… cuando no importaban los jefes. Cuando esto se hacía no para elevar a un hombre, sino a todos- -¿Quieres decir que hable mal de la lealtad de nuestros hombres? Si eso es la revolución, no más: lealtad a los jefes.

58 Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar (…). Macondo era entonces una aldea de veinte casas de barro y cañabrava construidas a la orilla de un río de aguas diáfanas que se precipitaban por un lecho de piedras pulidas, blancas y enormes como huevos prehistóricos. El mundo era tan reciente, que muchas cosas carecían de nombre, y para mencionarlas había que señalarlas con el dedo. Todos los años, por el mes de marzo, una familia de gitanos desarrapados plantaba su carpa cerca de la aldea y con un grande alboroto de pitos y timbales daban a conocer los nuevos inventos. Primero llevaron el imán. Un gitano corpulento, de barba montaraz y manos de gorrión, que se presentó con el nombre de Melquíades, hizo una truculenta demostración pública de lo que él mismo llamaba la octava maravilla de los sabios alquimistas de Macedonia. (…), y todo el mundo se espantó al ver que los calderos, las pailas, las tenazas y los anafes se caían de su sitio, y las maderas crujían por la desesperación de los clavos y tornillos tratando de desenclavarse, y aun los objetos perdidos desde hacía mucho tiempo aparecían por donde más se les había buscado y se arrastraban en desbandada turbulenta detrás de los fierros mágicos de Melquíades. “Las cosas tienen vida propia -pregonaba el gitano con áspero acento-, todo es cuestión de despertarles el ánima.” Cien años de soledad

59 G. García Márquez (1928) Novelas de conquista Realismo mágico
Riqueza estilística Estructuras circulares Humor Tragedia Crítica social Costumbrismo e Hª Cien años de soledad (1967) Del amor y otros demonios El amor en los tiempos del cólera

60 M. Vargas Llosa (1936) Experimentación lingüística y estructural
Visión irónica de la vida Parodia de textos legislativos: Pantaleón y las visitadoras Autobiografía: La tía Julia y el escribidor Crítica social: La ciudad y los perros El misterio de la sierra: Lituma en los Andes Pantaleón y las visiadoras

61 " Había mucho tráfico. El chofer, maniobrando, consiguió abrirse paso(…). En eso, estalló la balacera a sus espaldas. Una gritería ensordecedora se levantó alrededor; la gente corría entre los autos, los carros se trepaban a las veredas. Antonio oyó voces histéricas: «¡Ríndanse, carajo!». «¡Están rodeados, pendejos!» Al ver que Juan Tomás, exhausto, se paraba, se paró también a su lado y comenzó a disparar. Lo hacía a ciegas, porque caliés y guardias se escudaban detrás de los Volkswagen, atravesados como parapetos en la pista, interrumpiendo el tráfico. Vio caer a Juan Tomás de rodillas, y lo vio llevarse la pistola a la boca, pero no alcanzó a dispararse porque varios impactos lo tumbaron. A él le habían caído muchas balas ya, pero no estaba muerto. «No estoy muerto, coño, no estoy.» Había disparado todos los tiros de su cargador y, en el suelo, trataba de deslizar la mano al bolsillo para tragarse la estricnina. La maldita mano pendeja no le obedeció. No hacía falta, Antonio. Veía las estrellas brillantes de la noche que empezaba, veía la risueña cara de Tavito y se sentía joven otra vez. " La fiesta del chivo.


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