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Grupo "Se puede..." Taller literario - cultural Tiberias - Israel.

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Presentación del tema: "Grupo "Se puede..." Taller literario - cultural Tiberias - Israel."— Transcripción de la presentación:

1 Grupo "Se puede..." Taller literario - cultural Tiberias - Israel

2 Revista virtual No 3 Diciembre 2005
Los textos publicados son responsabilidad de quienes los firman. © Prohibida su reproducción sin autorización escrita del autor.

3 Dirección Editorial: Ruth Segal Diseño Gráfico: Magali Segal

4 Queridos lectores, amigos y familiares:
Deseo agradecer a todos aquellos que de alguna manera u otra han apoyado, colaborado y estimulado la edición de esta revista. El eco recibido ha superado todas mis expectativas y por ello, me siento obligada a corregir, a ampliar, a mejorar, a crecer. Descubrirán novedades y cambios en cada una de las ediciones. Vuestras opiniones son importantes, no dejen de compartirlas conmigo. Una montaña sólo se construye con muchos terrones. Muchas gracias, Ruth.

5 Las obras que adornan esta revista Contemporary Art Quilts
son creación de Alicia Merrett. Contemporary Art Quilts Gracias, Alicia

6 Miedo Zulema Perpignal
Noche de otoño, a esa hora en que todavía no es de noche, niebla y humedad que entristecen el alma y yo, caminando hacia algun lugar por una calle desconocida. Mis pensamientos vuelan hacia el pasado y la melancolía no me deja ver lo que pasa a mi alrededor. De pronto, siento que alguien camina detrás de mí. Miro hacia atrás y me parece ver una sombra escondiendose en un portal. Apuro el paso y la persecucion se hace más intensa. Corro hasta perder el aliento, no hay nadie en las calles, la oscuridad hace más terrible mi angustia. Me detengo un momento para tomar aire y siento como si la niebla se enroscara entre mis tobillos y me paralizara. Debo enfrentar lo que sea, nadie puede ayudarme. Con el corazón a punto de estallar vuelvo sobre mis pasos. No se lo que me espera. Unos metros más atras, una sombra apoyada en un árbol, respirando agitadamente me interpela "corre usted demasiado rápido". Con el miedo apretando mi garganta le pregunto que quiere de mí. Y entonces lo veo. Es el señor que estaba sentado junto a mí en el omnibus. Me sonríe y me dice "sólo quería entregarle esta carpeta que se dejó olvidada en el asiento". Zulema Perpignal

7 Para meditar… Hagay Segal El mejor remedio para sobrellevar una desgracia es volver a la rutina.

8 Sensaciones Débora Weller Quiero en este momento palpar mi soledad,
llegar a lo profundo sin indignarme más, sentir hasta los huesos mi posibilidad de caer y después... volverme a levantar. Todo en negro total, apenas un puntito de luz en algún lado, cual celda de castigo yo siento ahora mi piel y entonces me debato entre glorias y penas pasadas hace cuánto...! Y entonces me decido, y te llamo, pues, sé que sos la luz que aparece tímida y la salvación... quizás definitiva

9 Para meditar… Ruth Segal ¿Dónde se entierran los cadáveres de los gritos ahogados al nacer?

10 Transparencias Rubé n Segal
El señor Atkinson salió a pasear por el centro de Londres. Eran las nueve de la mañana. Había salido a pasear a Snopp. Atkinson paseaba muy eufórico por las calles de Londres al lado del Big Ben. Se encontró con Victoria, una amiga de la infancia. La invitó a tomar un café a la confitería cercana, la que tenía mesitas en la vereda bajo techo, para protegerse de la llovizna. Dentro del local no podían, porque a Snopp no se le permitía entrar. Tras una animada conversación, notó algo indefinido. Sus pies. No los veía. Buscó con la mirada los de ella y tampoco los distinguió. Como si alguien los hubiera borrado con una goma de borrar, como en los dibujos animados. Le preguntó a Victoria qué hora era, pero ella no pudo responder. Había quedado sin habla. Atkinson se empezó a inquietar. Lo único que veía alrededor de sus piernas y de las de Victoria era una niebla. Lo extraño era que Snopp que estaba en el suelo cerca de ellos, no se veía inmerso en la nubosidad En la confitería había mucha gente sentada en las otras mesas, pero ninguno tenía esa niebla envolvente alrededor de los tobillos. Como ellos. Nunca más se los volvió a ver. Desde entonces son transparentes y deambulan creando sutiles, inexplicables remolinos que echan a vuelo los papeles callejeros. Rubé n Segal

11 Amor Apasionado (Creación colectiva) Una novela mejicana

12 Ruth Segal Capítulo 2 continuará…
-¿Cómo estás Jorge Alberto? Siéntate y ponte cómodo que ahorita estoy contigo. Gracias, María Azucena, puedes retirarte y asegúrate de que nadie nos moleste. No estoy para nadie. -¡Que has tenido buen gusto, Raúl Ricardo! -Eficiente como secretaria. Intensa y desatada para lo demás. ¿Qué ha sido de tu vida, Jorge Alberto? -Pues… así como me ves. -Que no te veo muy animado. No me dirás que es por culpa de mi cuñadita… -Precisamente ella, la muy cabrona, me dejó en la ruina con sus delirios. -Inquieta y jaranera como ninguna. -Me prometió el oro y el moro para convencerme de que le transfiriera mi finca, esa que tenía en Cuernavaca y en cuanto firmé los documentos… -¿Te dejó? -¡Que va! Siguió exigiéndome cosas, la muy descarada. Además, coqueteaba con cuanto tipo bien vestido se le cruzaba. Y hasta sospecho que hubo una condesa que … -¡Vaya con la muchacha! ¡Que se las trae! ¿Y qué dirías si te ofreciera la oportunidad de vengarte de ella? -¡Estoy dispuesto a vender mi alma al diablo para darle su merecido!                                       Ruth Segal continuará…

13 Un descuido imperdonable
Enrique Abraham Un descuido imperdonable Fue por culpa de esa maldita costumbre de mi mujer, de conservar cosas inútiles, que me encontré con mis libros predilectos todos carcomidos por los ratones. Yo los tenía guardados en el altillo, por considerarlo un lugar seguro lejos del alcance de los chicos. Con el tiempo, cuando me jubilara, pensaba disfrutarlos tranquilamente. Fueron años y más años de cuidadosa selección de los más eminentes escritores. Todo un tesoro artístico. ¿ Y todo para qué? Para que mí adorada mujercita me jugara esta mal pasada, pero quién sabe qué antojadiza venganza, de la que tengo una segura sospecha. cont.

14 Enrique Abraham Alguna de sus amigas le debe haber comentado sobre mi fortuito encuentro con alguna fulanita. Yo por mi parte tengo la conciencia tranquila de no haber pecado, porque en nuestro santo libro está escrito: “No desearás la mujer de tu projimo”, y que yo sepa ella es solterita por todos los costados. Aparte de ese excepcional caso, yo casi nunca la he engañado. Así que seguiré mi camino con la frente muy alta. Si supiera cocinar, la dejaba hoy mismo. Tendré que esperar pacientemente a que llegue el momento oportuno. Entonces sí va a saber lo que es un marido furioso.

15 Ruth Segal Al árbol que crece lejos del bosque ¿se le ocurre
para meditar… Ruth Segal Al árbol que crece lejos del bosque ¿se le ocurre culpar al viento?

16 Profetas de Guerra Hé ctor Felman
Los hombres bendicen los dones del cielo. Bendice las nubes que bajan las lluvias Bendice la lluvia que riega los suelos Bendice los suelos do crecen las plantas que dan alimento y a todo elemento que brinda la vida. El falso profeta arengaba a su pueblo: "Que haga silencio la familia humana que escuchen atentos los fíeles creyentes El dios de este pueblo por mi boca habla, yo soy su profeta" "Dijeron los dios: tan solo plegarias no agradan al cielo ofrendas aisladas no son recibidas Inútil el rezo, inútil el ruego Si no se acompañan acciones sagradas. cont.

17 Hé ctor Felman cont. La única cosa que agrada a los dioses
es guerra sagrada, pues sagrada es la guerra que propaga el credo que nosotros creemos Y aquel que se muera matando infieles su premio tendrá en el más allá. Salieron de Meca a cambiar al mundo Cruzando el estrecho llegaron a Iberia, Luchando y rezando pisaron Siberia. la cruenta batalla de Poitiers perdieron y dentonces viven, clamando venganza Pasaron los años... Los hombres cruzados a Jerusalén llegaron Libraron de moros al sepulcro santo Fundaron un reino, hicieron castillos levantaron ciudades, y por fin se han ido cuando fueron vencidos. Un nuevo profeta de corte profano Sale a la escena y así tronaba el líder tedesco: Hé ctor Felman cont.

18 Hé ctor Felman "Hermanos Germanos No crean en dioses
no crean en cielos Prometo una paz que durará un milenio reinaran en el mundo hermandad y confianza mil años de paz vendrán enseguida de la guerra grande que borrará del mundo toda raza extranjera Y recuerden que siempre; Doitchland Ober Alles Pasaron los años. Parece que ahora los hombres sensatos desearan la paz No es cierto, es falacia seguimos guerreando sin tregua, sin pausa ahora es el turno del dios democracia.                                         Hé ctor Felman

19 Algo de humor Entre bueyes no ha cornadas… si son mochos
Ernesto Teplitz Algo de humor Entre bueyes no ha cornadas… si son mochos

20 El trío invisible..o casi
Isabel Kornblit Llegaron un mal día, sin previo aviso y sin ser invitados.Ter, Pol y Geist, eran etéreos, invisibles e inseparables, su pasatiempo favorito, consistía en dificultar la vida de los humanos habitantes de la casa. A Pol le encantaba hacerse visible, adoptando una desagradable apariencia asiática, envuelto en una luz azulada y flotando a varios cm. del suelo, esperaba ser visto por alguien, para desintegrarse en miles de partículas. Ter tocaba timbre, campanitas y entrechocaba copas y platos en la cocina, por las noches. En cuanto a Geist, su máximo placer consistía en electrizar y congelar el ambiente de un cuarto, para que, si alguien entraba, se le erizara el vello del cuerpo. Al cabo de unos cuantos años y hastiados de soportar tanta molestia, los dueños de casa, decidieron vender todo cuanto poseían y marcharse poniendo agua de por medio. Al llegar el momento de la partida, les pareció escuchar un coro de voces que preguntaban ¿avisaron a los compradores que les dejaban inquilinos?

21 Inés Gutman Mis lugares preferidos
Mi lugar preferido era el balcón. Desde allí veía el mar, a veces calmo y otras con gran oleaje; la salida del sol, gaviotas buscando comida al atardecer. Disfrutamos inmensamente de ese balcón, con su mesa y sus sillas blancas, junto al aroma del té y del mate, escuchando el ruido del mar. La señorial casa tenía unos sesenta años. Sus pisos, al igual que la escalera de roble, producían una sensación agradable y acogedora. Mi dormitorio, muy cálido a pesar de su magnitud, de techo alto y paredes empapeladas en tono pálido con flores pequeñas. Tanto la puerta como su ventanal por el cual se salía al hermoso balcón decorado con variedad de plantas, también eran de roble, sus persianas de hierro. Hoy, en Israel, mi lugar es el patio con sus grandes macetas de geranios y un hermoso rosal. Desde ahí alcanzo a ver el Kineret y hasta el Monte Jermón con su pico nevado. Isidoro lo terminó de decorar con los botellones de conserva de aceitunas. Inés Gutman

22 La pérdida Lito Li jovitzky
Arrugaba entre sus manos la carta que minutos antes había retirado en el correo. El sobre lo abrió con mucha ansiedad y leyó lo escrito en el papel. Sus ojos se nublaron de lágrimas por completo. La gente pasaba apurada a su lado, sin tener en cuenta siquiera su estado emocional. Las últimas dos palabras las tenía todavía grabadas en su retina: "Lo siento". No podía creer que se haya ido de su vida, sin él su vida ya no era la misma. Sentía angustia y pena. Una y otra vez se repetía a si misma: " no es cierto, no puede ser, él estará allí esperándome cuando regrese a casa" Preparó su maleta, reservó un pasaje en el próximo vuelo, se dirigió luego al aeropuerto. Horas después, abría la puerta de su casa. No escuchó un solo ruido. Recorrió todas las habitaciones buscándolo. Al no encontrarlo, se sentó abatida en el sofá. Sobre la mesita pequeña había un retrato de él. Las lágrimas le brotaron al instante al apretar el marco contra su pecho. Pobre Bobby, pensó, dieciséis años juntos. Su más fiel compañero. Lo había recibido de regalo de cumpleaños del que fuera su marido. Lo crió, lo cuido con esmero. Hoy ya no está junto a ella. A él también lo perdió. El veterinario no le había dado ninguna esperanza de poder salvarlo de la enfermedad que lo acuciaba. En ese momento, el timbre de la puerta de calle sonó. Abrió. Vio dos niños que llevaban en sus regazos dos cachorros de color café. - Señora, ¿nos quiere comprar usted uno? Lito Li jovitzky

23 Arroz con leche Le volvió a cantar por enésima vez la canción infantil. Como a ella, cuando era niña, también a su nieta le encantaba: “arroz con leche me quiero casar.”Cuando llegaba al “con esta señorita me caso yo”, los ojos de la pequeña ya aleteaban como mariposas rumbo al mundo mágico de los sueños. Los recuerdos la transportaron a la lejana casa solariega donde la vieja melodía acunara sus noches. Y luego, ya de joven, claro que se quería casar. Y con un príncipe encantado por supuesto. Y llegó José que apenas si era un empleado de oficina. Y entre arroz con leche y un sandwich de mortadela juntando ilusiones y coraje se lanzaron a la gran aventura. Y llegaron los hijos, y esa nieta a la que hoy acunaba con el eterno y remanido”arroz con leche me quiero casar” Marce lo Finke L Ste in

24 Algo de humor Cosecharás lo que siembres… si llueve lo suficiente.
Ernesto Teplitz Algo de humor Cosecharás lo que siembres… si llueve lo suficiente.

25 Invitamos a nuestros lectores a enviar propuestas para
Desafío a nuestros lectores Capítulo 1 Invitamos a nuestros lectores a enviar propuestas para el primer capítulo de una novela colectiva. El trabajo seleccionado será publicado en nuestra próxima entrega. (extensión del texto: hasta 20 renglones)

26 para opinar colaborar suscribirse

27 El Grupo literario-cultural “Se Puede…” fue fundado por Ruth Segal en febrero 2003 en la ciudad de Tiberias. Dentro de su marco funcionan un Taller de Creación Literaria y un Círculo de Lectores. Se realizan conferencias, presentaciones de libros y actividades culturales varias con la participación de personalidades. Se han publicado los trabajos de los talleristas en revistas propias y del medio. Asimismo, cumple un objetivo socio- cultural, al estar abocado a la integración social de los inmigrantes latino-americanos que alejados de su entorno nativo desean mantener vivas sus raíces, idioma y cultura. En constante crecimiento, publican ahora sus trabajos en su revista virtual, representativos de un bagaje de esfuerzo, dedicación y voluntad. Algunos talleristas sacaron de olvidados rincones sus experiencias, otros volcaron con timidez sus recuerdos, sentimientos y fantasías. El grupo cuenta con el auspicio de la Municipalidad de Tiberias. Ruth Segal, Directora del Grupo “Se puede…” Presidenta de la Unión de Escritores en Castellano de la Municipalidad de Tiberias.


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