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Publicada porInmaculada Prado Carmona Modificado hace 9 años
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Dejándolo todo, lo siguieron Lucas 5, 1-11
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Mientras la gente se agolpaba en torno a él para oír la palabra de Dios, él estaba junto al lago de Genesaret y vio dos barcas situadas al borde del lago. Los pescadores habían bajado a tierra y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, que era de Simón, y le pidió que la separase un poco de la tierra. Se sentó en ella, y enseñaba a la gente desde la barca. Cuando terminó de hablar, dijo a Simón: «Rema mar adentro y echad vuestras redes para la pesca». Simón le respondió: «Maestro, hemos estado trabajando toda la noche y no hemos pescado nada, pero ya que tú lo dices, echaremos las redes».
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Así lo hicieron, y pescaron tan gran cantidad de peces que casi se rompían las redes. Hicieron señas a sus compañeros de la otra barca para que fueran a ayudarlos. Ellos acudieron, y llenaron tanto las dos barcas que casi se hundían. Al ver esto Simón Pedro, cayó a los pies de Jesús, diciendo: «Señor, apártate de mí, que soy un hombre pecador». Y es que tanto él como sus compañeros habían quedado pasmados ante la pesca realizada; y lo mismo Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
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Jesús dijo a Simón: «No tengas miedo; desde ahora serás pescador de hombres». Ellos llevaron las barcas a tierra, lo dejaron todo y lo siguieron.
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EXPOSICIÓN En este pasaje del Evangelio hay muchas cosas a las que podemos prestar atención. Jesús anima a sus apóstoles a ser valientes, a que remen mar adentro. Y también les anima a estar activos, a estar en acción, echando las redes para pescar. Los apóstoles dudan, y tienen razones para dudar. Llevan mucho tiempo pescando sin éxito. No se dan cuenta que es el Señor quien les anima a pescar. Pero al final hacen caso al Señor y todo sale bien. Nosotros también podemos ser como los apóstoles: a veces dudamos, pero debemos confiar en el Señor.
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¡Cuántas personas, hoy de nuevo, van dejando sus cosas, su tiempo… por seguir a Jesús! Y es así como los hay que son enviados para ser misioneros, para servir a parroquias, a escuelas y dispensarios… para mejorar el mundo haciendo presente a Jesús y al Evangelio. REFLEXIÓN Siendo muchos no son tantos como el mundo necesita. Ayúdanos señor a ser uno de ellos.
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