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Ciclo C Domingo I de Cuaresma «El Espíritu le iba llevando por el desierto, mientras era tentado.»

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Presentación del tema: "Ciclo C Domingo I de Cuaresma «El Espíritu le iba llevando por el desierto, mientras era tentado.»"— Transcripción de la presentación:

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2 Ciclo C Domingo I de Cuaresma «El Espíritu le iba llevando por el desierto, mientras era tentado.»

3 4 El sacerdote tomará la canasta que tú le entregues, la depositará ante el altar, 5 y tú pronunciarás estas palabras en presencia del Señor, tu Dios. «Mi padre era un arameo errante que bajó a Egipto y se refugió allí con unos pocos hombres, pero luego se convirtió en una nación grande, fuerte y numerosa. 6 Los egipcios nos maltrataron, nos oprimieron y nos impusieron una dura servidumbre. 7 Entonces pedimos auxilio al Señor, el Dios de nuestros padres, y él escuchó nuestra voz. El vio nuestra miseria. nuestro cansancio y nuestra opresión. 8 y nos hizo salir de Egipto con el poder de su mano y la fuerza de su brazo, en medio de un gran terror, de signos y prodigios. 9 El nos trajo a este lugar y nos dio esta tierra que mana leche y miel. 10 Por eso ofrezco ahora las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me diste». Tú depositarás las primicias ante el Señor, tu Dios, y te postrarás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás delante de él.» Palabra de DiosTe alabamos Señor Primera Lectura - Deuteronomio 26,4-10

4 «Profesión de fe del pueblo elegido.» Libro del Deuteronomio significa: segunda ley, es la ley presentada por segunda vez o una nueva presentación de la ley. Habla Moisés, el gran Caudillo de Israel. Y, al hablar, recuerda al pueblo, hasta en sus más pequeños detalles, las exigencias del Pacto con Dios y los pormenores de una convivencia con él.

5 La fe confiesa y celebra de ahí la ofrenda de las primicias en el santo templo de Dios, Señor de los acontecimientos, Dueño de la historia. Es también una acción de gracias, no solo por lo pasado sino por el presente. También rememora los magníficos acontecimientos de la salida de Egipto y de la estancia en el desierto. Con ribetes de profeta: recomienda, exhorta, anima, amenaza... ¡El pueblo debe cumplir la Ley, para su bien!

6 1 Tú que vives al amparo del Altísimo y resides a la sombra del Todopoderoso, 2 di al Señor: «Mi refugio y mi baluarte, mi Dios, en quien confío». 10 No te alcanzará ningún mal, ninguna plaga se acercará a tu carpa, 11 porque hiciste del Señor tu refugio y pusiste como defensa al Altísimo. 12 Ellos te llevarán en sus manos para que no tropieces contra ninguna piedra; 13 caminarás sobre leones y víboras, pisotearás cachorros de león y serpientes. 14 «El se entregó a mí, por eso, yo lo glorificaré; lo protegeré, porque conoce mi Nombre; 15 me invocará, y yo le responderé. Estaré con él en el peligro, lo defenderé y lo glorificaré». Salmo 91(90) 1-2.10-11.12-13.14-15

7 El estribillo es un grito de súplica. Es buena la compañía del Señor en la tribulación. Es muy malo sufrir solo. Por otra parte, la presencia del Señor ahuyenta los males. El Señor escucha siempre la oración. El Señor es cobijo seguro; el Señor promete asistencia; el Señor tiene providencia especial del que al él acude. La confianza y la fe ardiente invaden de lleno el salmo. Dios avala esa fe. «Acompáñame, Señor, en la tribulación.»

8 El cristiano goza de una especial providencia que no asegura la ausencia de todo tipo de calamidad. Cristo sufrió, murió; pero Cristo resucitó. Con eso no se hunde la fe; antes bien, se precisa. El Señor promete absolutamente: lo libraré, lo protegeré, lo glorificaré. Fe y confianza en el Señor. A eso nos invita el salmo. La imagen de las bestias, como impotentes ante el fiel de Dios, está apuntando a los poderes de todo tipo que pretenden apartarnos de Dios. Respiran veneno y muerte. Dios salva al que está con él, al que confía en él. Cristo es el modelo y la solución del problema.

9 8 ¿Pero qué es lo que dice la justicia? La palabra está cerca de ti, en tu boca y en tu corazón, es decir la palabra de la fe que nosotros predicamos. 9 Porque si confiesas con tu boca que Jesús es el Señor y crees en tu corazón que Dios lo resucitó de entre los muertos, serás salvado. 10 Con el corazón se cree para alcanzar la justicia, y con la boca se confiesa para obtener la salvación. 11 Así lo afirma la Escritura: “El que cree en él, no quedará confundido”. 12 Porque no hay distinción entre judíos y los que no lo son: todos tienen el mismo Señor, que colma de bienes a quienes lo invocan. 13 Ya que todo el que invoque el nombre del Señor se salvará. Palabra de Dios Te alabamos Señor Segunda Lectura - Romanos 10,8-13

10 A Pablo le ha llegado muy adentro del corazón la incredulidad de su pueblo y le mueve a orar por él. La hostilidad a la fe le indigna y provoca en él palabras duras. Pablo pasa de uno a otro sentimiento, según los casos. Esta vez siente Pablo compasión por los suyos. «Uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que le invocan.»

11 Por la adhesión a Cristo, que justifica, somos justificados; por la práctica de la fe en Cristo que salva, somos -seremos- salvos. La salvación incluye la resurrección de los muertos. La primera es la amistad con Dios. La segunda nos la confirma para siempre. La justificación llega al hombre mediante la fe. La fe tiene por objeto y base a Cristo: creer que Cristo es el Señor y que Dios lo resucitó de entre los muertos. La confesión ha de ser completa, de corazón y boca: confesión afectiva, de pensamiento y voluntad, y práctica, vida según Cristo. Es lo que se llama fe viva.

12 1 Jesús, lleno del Espíritu Santo, regresó de las orillas del Jordán y fue conducido por el Espíritu al desierto, 2 donde fue tentado por el demonio durante cuarenta días. No comió nada durante esos días, y al cabo de ellos tuvo hambre. 3 El demonio le dijo entonces: «Si tú eres Hijo de Dios, manda a esta piedra que se convierta en pan». 4 Pero Jesús le respondió: «Dice la Escritura: "El hombre no vive solamente de pan"». Lectura del Santo Evangelio Lucas 4,1-13

13 5 Luego el demonio lo llevó a un lugar más alto, le mostró en un instante todos los reinos de la tierra 6 y le dijo: «Te daré todo este poder y esplendor de estos reinos, porque me han sido entregados, y yo los doy a quien quiero. 7 Si tú te postras delante de mí, todo eso te pertenecerá». 8 Pero Jesús le respondió: «Está escrito: "Adorarás al Señor, tu Dios, y a él solo rendirás culto"».

14 9 Después el demonio lo condujo a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del Templo y le dijo: «Si tú eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, 10 porque está escrito: "El dará órdenes a sus ángeles para que ellos te cuiden". 11 Y también: "Ellos te llevarán en sus manos para que tu pie no tropiece con ninguna piedra"». 12 Pero Jesús le respondió: «Está escrito: "No tentarás al Señor, tu Dios"».

15 13 Una vez agotadas todas las formas de tentación, el demonio se alejó de él, hasta el momento oportuno. Palabra de Dios Gloria a Ti, Señor Jesús

16 El misterio de Cristo tentado tuvo en la primitiva iglesia considerable importancia. Mateo, orienta el acontecimiento hacia el pasado -hacia el pueblo de Israel, primogénito de Dios, tentado en el desierto- así el misterio recibe cierta luz. Lucas lo orienta hacia la Pasión del Señor. Uno con el otro nos dan el sentido completo. «El Espíritu le iba llevando por el desierto, mientras era tentado.»

17 Cristo es tentado en cuanto Mesías. A Cristo se le ofrece un camino fácil, distinto del señalado por el Padre, para la consecución de su objeto: satisfacer de modo fácil, la necesidad del hambre (Primera tentación); poseer el gobierno del mundo entero con el poder y la fuerza (Segunda tentación); suscitar la admiración del público mediante maravillas caprichosas (Tercera tentación). A Lucas le interesaba colocar en Jerusalén la última de las tentaciones, con el fin de dirigir nuestra atención hacia esa ciudad, donde van a realizarse los acontecimientos salvíficos más importantes: Pasión Muerte y Resurrección, con la Ascensión.

18 Comienza la obra mesiánica y ha de ser llevada a cabo en unión con el Padre por la fuerza del Espíritu en constante oposición del diablo. Cuanto más cerca está de Dios, tanto más al acecho el diablo. Cristo vence. Cristo no emplea los poderes recibidos en provecho propio. Cristo sigue el camino señalado por el Padre. Cristo vive de la Palabra del Padre; Cristo no tienta al Padre; Cristo no rehúye la cruz que le ha señalado el Padre; Cristo será Rey según la voluntad del Padre. Fracaso del Diablo - Triunfo de Cristo.

19 Gracias Señor por tu Palabra purificadora, que ilumina, alimenta, enriquece, alegra, consuela y compromete. Concédenos vivir conforme a ella.

20 QUIERO UN DESIERTO Un desierto para vivir, por un momento, en feliz silencio. Un desierto donde encontrarme cara a cara con Dios. Un desierto en el que poder escuchar la voz del Señor. Un desierto en el que probar mi fe. Un desierto en el que tensar mi fe. Un desierto donde comprobar la fortaleza de mis ideales. QUIERO UN DESIERTO Donde empezar a gustar y valorar más la Palabra de Dios. Con el oasis de la eucaristía esperándome para fortalecerme. Con las palmeras de la mano de Dios cobijándome ante los peligros. Con la aridez del sol que evapore de mí lo que me aleja de Jesús. QUIERO UN DESIERTO Para sentir hambre de Dios. Para robustecer el cuerpo y el espíritu de mi corazón. Para decidir entre Dios y el maligno. Para postrarme, definitivamente, ante el Creador. QUIERO UN DESIERTO Para salir victorioso frente al mal. Para combatir frente al enemigo de Dios. Para dar gloria y culto al que se lo merece: el Señor. ¿Dónde encontrar ese desierto, mi Señor? ¡Sólo Tú eres capaz de indicarme la ruta para encontrarlo! ¡Sólo Tú eres el único que puede enseñarme el camino! Tu Palabra, Señor, es un desierto donde podré escucharte La oración, Señor, es un desierto donde podré sentirte. La austeridad, Señor, es un desierto con la que podré acercarme. La caridad, Señor, es un desierto donde podré recordar que tú vives en el otro. Amén Oración: P. Javier Leoz

21 Si deseas recibir el Evangelio del Domingo envía un correo a:siembraconmigo@gmail.com Con el título: “Suscripción a Siembra Sagrada” Servicio Gratuito con Fines Educativos


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