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Sacramento. Poder que tienen los sacerdotes.

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Presentación del tema: "Sacramento. Poder que tienen los sacerdotes."— Transcripción de la presentación:

1 Sacramento. Poder que tienen los sacerdotes.
Sacramentos 73 Penitencia 7 Sacramento. Poder que tienen los sacerdotes.

2 Vamos viendo que Jesucristo dio a la Iglesia el poder de perdonar todos los pecados. Pero la Sda. Escritura da pie para pensar que no todos los pecados se pueden perdonar. Como cuando les dijo Jesús a los fariseos que la blasfemia contra el Espíritu Santo no se perdonaría ni en esta vida ni en la otra. La blasfemia contra el Espíritu Santo era el atribuir al demonio las acciones milagrosas que realizaba Jesús para el bien.

3 Sobre ese pecado no es que la Iglesia no pueda perdonarle como tal, sino que el pecador de ese pecado no está dispuesto para que se le perdone. El atribuir al demonio lo que hace Jesús encierra una malicia tan grande, que el mismo pecador se cierra a sí mismo. Es como poner un blindaje a su corazón. Pero puede arrepentirse y entonces se le perdonará.

4 Sería ir contra la misericordia de Dios el decir que un pecado no se puede perdonar de ninguna manera. La misericordia de Dios es infinita. O sería como decir que la pasión de Cristo no tuvo poder para salvar a todos, sino sólo a algunos pecadores. Jesucristo no puso límites aunque los pecados fuesen muy grandes.

5 De hecho la Iglesia nunca ha negado la absolución por muy grande que haya sido el pecado. Sí lo ha negado, si las condiciones del pecador no son las propias. Solamente puede haber diferencias de apreciación sobre todo en el ver el arrepentimiento del pecador, pues este sacramento es un juicio y el que juzga puede ser más rigorista o más “ancho de manga”.

6 No creo que haya alguno que piense que este poder de perdonar se lo dio Jesús sólo a los apóstoles y no a los sacerdotes de ahora. Se entiende que Jesús se lo dio para la misión salvadora del mundo. Pero esa misión salvadora debía extenderse a todas las gentes hasta el fin del mundo. Por eso Jesús se la dio para que los apóstoles la retransmitiesen a sus sucesores por medio del sacramento del Orden.

7 No les dio Jesús este poder a los apóstoles para que lo dieran a todos los fieles, sino sólo a los ministros de la iglesia jerárquica, porque es una parte de la potestad de enseñar, regir y santificar. Así lo ha sostenido la Iglesia en todos los tiempos.

8 Ya san Ignacio de Antioquía, poco más del año 100, decía cómo la penitencia, la reconciliación con la Iglesia, dependía del obispo y de aquellos a los que ordena el obispo para esto. San Clemente de Alejandría, por el año 200 habla de los presbíteros y el obispo que son los que pueden excomulgar y luego readmitir en la Iglesia. Prácticamente es el perdón de los pecados.

9 Este sacramento del perdón no lo podría dar ni la Virgen María ni otro santo que no sea sacerdote. Ni uno que sólo sea diácono. Y aunque viniera el mismo Jesucristo, el perdón que daría sería el mismo que da el sacerdote. Otra cosa son los consejos que cada uno da al mismo tiempo que perdona. San Juan Bosco

10 Quizá alguno piense: “¡Qué suerte tienen los sacerdotes
Quizá alguno piense: “¡Qué suerte tienen los sacerdotes!” No se trata de suerte o no. Ya dijimos lo dificultoso y penoso de este trabajo. Pero sí es digno, porque en ese momento el sacerdote está representando al mismo Jesucristo. Por eso y más que todos los fieles debe darle gracias a Dios diciendo: “¿Cómo te pagaré, oh Señor, todo el bien que me has hecho?”

11 ¡Cómo te pagaré, oh Señor,
Automático

12 ¡todo el bien que me has hecho?

13 ¿Cómo te pagaré? ¡Oh Señor!

14 Alzaré la copa de la salvación

15 e invocaré tu nombre.

16 Mis votos cumpliré

17 ante el pueblo

18 Y así te pagaré, oh Señor,

19 todo el bien que me has hecho.

20 Y así te pagaré, oh Señor, Hacer CLICK

21 Muchos no saben que el sacerdote, para administrar bien el sacramento de la confesión, necesita dos potestades. La primera y podemos decir que principal, sin la cual no puede perdonar pecados, es estar verdaderamente ordenado como sacerdote, como más detallaremos al hablar del sacramento del Orden. La segunda es tener un permiso especial, que se llama “potestad de jurisdicción”.

22 Había una costumbre antigua en algunos lugares que, cuando no había sacerdotes, se confesaban entre los fieles, sobre todo en peligro de muerte. Pero no era tenida por confesión válida. Servía para demostrar su buen deseo de confesar y excitarse el dolor. Dios vería la buena voluntad y daría su gracia, según el dolor de los pecados que cada uno tuviera.

23 le ayudaba a excitarse y sentir más el arrepentimiento y el dolor.
Se cuenta en la vida de san Ignacio de Loyola, cuando todavía era capitán del ejército, que, cuando iba a entrar en una gran batalla y no había ningún sacerdote, buscaba el confesarse con otra persona, porque, aunque no era verdadera confesión, le ayudaba a excitarse y sentir más el arrepentimiento y el dolor. Se ve que ya era buena persona.

24 Así que el sacerdote que está verdaderamente ordenado como sacerdote, puede perdonar pecados, aunque él mismo sea un pecador sin estar arrepentido. En este caso, sería verdadera confesión con tal que tenga una recta intención de representar a Jesucristo. Si no fuese así ¿Cómo sabría el penitente si el sacerdote está o no está en pecado? Si es verdadero sacerdote, el pecado queda perdonado.

25 Además el sacerdote necesita la jurisdicción, un permiso
Además el sacerdote necesita la jurisdicción, un permiso. Esto es necesario para que el sacerdote administre rectamente la confesión. El penitente no tiene que investigar si el sacerdote la tiene o no la tiene. Se supone que la tiene y los pecados han quedado perdonados. Pero el sacerdote, si no tiene la jurisdicción, ha hecho una cosa mala.

26 Se necesita la jurisdicción, porque el sacramento está instituido a manera de juicio. Pasa como con un juez, que necesita dos poderes para enjuiciar una causa. La 1ª ser juez con título y la 2ª, ser designado juez para esa región o para esa causa. Cualquiera que sea juez no puede ir a otra región u otra nación y ponerse a juzgar sin más. Quizá allí no puede ejercer.

27 Pues lo mismo pasa con los sacerdotes: necesitan la jurisdicción del obispo, que es una especie de cédula. Ahora ya no tanto y en muchos casos se entiende que la tiene. Por ejemplo, si un sacerdote va a una gran reunión de jóvenes, como la JMJ, y hay necesidad de confesar, se supone que el obispo de allí ha dado permiso a todos los sacerdotes que participan.

28 En muchas o varias naciones hay un convenio entre obispos, de modo que cuando un sacerdote tiene el permiso en su diócesis, lo tiene también en la otra o en toda la nación. Hubo tiempos en que no era tan fácil. Como había muchos sacerdotes, al principio el obispo le daba permiso a un sacerdote nuevo sólo para unos meses o un año. Luego se hacían exámenes y se iba ampliando el permiso.

29 El sacerdote que viajaba debía llevar un papel especial con el permiso de su obispo para confesar. Ahora ya no suelen haber algunas de estas curiosas restricciones que no hace mucho había. Algunas siguen. Por ejemplo, a veces se ponen restricciones sobre ciertos pecados. Hay pecados más graves que sólo el obispo y pocos sacerdotes pueden perdonar. Cuando hay jubileos se suelen quitar algunas de estas restricciones.

30 A veces se hacían restricciones de personas
A veces se hacían restricciones de personas. Es decir, que a un sacerdote joven se le daba permiso para confesar, pero no a religiosas. Y cosas así. El que se va a confesar no tiene porqué poner demasiada atención a esto, porque además, en caso de error o de duda, suple la Iglesia esa jurisdicción para evitar un mal mayor de que no valieran las confesiones.

31 Lo importante es que Dios es grande y bueno y nos da facilidades para que nos renovemos de verdad. Por eso le pidamos de verdad: Renuévanos, Señor Jesús.

32 Renuévame, Señor Jesús, Automático

33 Ya no quiero ser igual.

34 Renuévame, Señor Jesús,

35 Pon en mi tu corazón.

36 Porque todo lo que hay dentro de mi

37 Necesita ser cambiado, Señor.

38 Porque todo lo que hay dentro de mi corazón

39 necesita más de Ti.

40 necesita más de Ti. Hacer CLICK

41 Decíamos que este sacramento está instituido en forma de juicio
Decíamos que este sacramento está instituido en forma de juicio. Por eso el sacerdote, en casos normales, tiene que escuchar la acusación de aquello sobre lo que tiene que dar el perdón. No sería un caso normal, si hay urgencia o la confesión es de un sordomudo. Por eso el penitente tiene que aclarar de qué está arrepentido o cuales son sus pecados.

42 Siempre lo ha sostenido la Iglesia
Siempre lo ha sostenido la Iglesia. Veamos cómo lo dice el concilio de Trento: “Si alguno dijere que la absolución sacramental del sacerdote no es acto judicial sino mero ministerio de pronunciar y declarar que los pecados están perdonados al que se confiesa con la sola condición de que crea que está absuelto aun cuando no esté contrito o el sacerdote no le absuelva en serio, sino por broma, o dijere que no se refiere a la confesión del penitente para que el sacerdote le pueda absolver, sea anatema”.

43 Es decir, que es muy diferente lo que hace el sacerdote en la confesión de lo que hacía san Juan Bautista, para quien era un ministerio de promesas, de declarar que Dios te perdona, si estás verdaderamente arrepentido. Por eso hacía ese signo de limpieza con el bautismo en el río Jordán. Pero el sacramento de la penitencia se realiza pronunciando esta frase que sólo Dios puede hacerlo y quien le represente: “Yo te absuelvo…”

44 Cuando decimos que el sacramento de la penitencia es un juicio, debemos aclarar que no es un juicio en el sentido técnico de la palabra, porque los juicios externos son para condenar o para perdonar. El sacramento se dirige principalmente, no a la sentencia, sino al perdón del culpable.

45 De hecho es un juicio y en la Iglesia primitiva se veía con más claridad. Esto era porque a la persona que había cometido algún pecado muy grave se le separaba formalmente de la comunidad vital de la Iglesia. Y volvía a entrar según ciertas condiciones. En esa expulsión y readmisión veían que estaba la presencia del Espíritu Santo.

46 La administración del sacramento de la penitencia era primeramente una acción soberana de la Iglesia, era una acción jurisdiccional. Ahora es lo mismo, pero todo ello se hace de una manera más sencilla, como no complicando tanto las cosas. Pero dice algún autor: Algunas veces habría que complicarlas más para que fueran efectivas. Porque por hacerlo tan sencillo, para algunos no tiene casi valor.

47 Parece que se manifestaba más el valor cuando el pecador lo aceptaba.
Precisamente para que se viera más el valor de la penitencia, estaba la cuaresma. Durante siglos el miércoles de ceniza era cuando se dejaba fuera a muchos pecadores de forma solemne: El obispo cerraba las puertas significando que el pecador se quedaba fuera haciendo penitencia.

48 Era un sentir el juicio de Dios que, como Padre lleno de bondad y misericordia le perdonaba, ingresando de nuevo el pecador en la Semana Santa, para poder vivir la alegría de la Resurrección. Con ello el pecador sentía que era Dios quien le podía haber condenado, si se hubiera muerto, pero que le perdonaba.

49 Esta alegría quiere la Iglesia que experimentemos cada vez que recibimos el sacramento de la penitencia, porque al sentir la bondad de Dios, podemos sentir que no hay alegría más hermosa que la alegría del perdón.

50 es la alegría en el perdón
La alegría más hermosa Automático es la alegría en el perdón

51 Que en el cielo hay mucha fiesta cuando vuelve un pecador

52 Si la oveja se ha perdido a buscarla va el pastor

53 Que en el cielo hay mucha fiesta cuando vuelve un pecador.

54 Cuando el hijo se fue lejos, triste el padre se quedó.

55 Y qué inmensa su alegría cuando el hijo regresó.

56 Cada día, cada instante, por su ausencia se apenó.

57 Y qué inmensa su alegría
Cuando el hijo regresó.

58 La alegría más hermosa es la alegría en el perdón.

59 Que en el cielo hay mucha fiesta cuando vuelve un pecador.

60 Que en el cielo hay mucha fiesta
cuando vuelve un pecador.

61 Y con la alegría de María en el cielo.
AMÉN


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