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7 En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Mateo 20, 1ss.

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3 En efecto, el Reino de los Cielos es semejante a un propietario que salió a primera hora de la mañana a contratar obreros para su viña. Mateo 20, 1ss.

4 Habiéndose ajustado con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. Mateo 29, 2ss.

5 Salió luego hacia la hora tercia y al ver a otros que estaban en la plaza parados, les dijo: «Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo» Y ellos fueron. Mateo 29, 2ss.

6 Volvió a salir a la hora sexta y a la nona e hizo lo mismo. Todavía salió a eso de la hora undécima y, al encontrar a otros que estaban allí, les dice: Mateo 20, 5ss.

7 «¿Por qué estáis aquí todo el día parados?» Dícenle: «Es que nadie nos ha contratado.» Díceles: «Id también vosotros a la viña» Mateo 20, 5ss.

8 Al atardecer, dice el dueño de la viña a su administrador: «Llama a los obreros y págales el jornal, empezando por los últimos hasta los primeros» Mateo 29, 8ss.

9 Vinieron, pues, los de la hora undécima y cobraron un denario cada uno. Mateo 29, 8ss.

10 Al venir los primeros pensaron que cobrarían más, pero ellos también cobraron un denario cada uno. Y al cobrarlo, murmuraban contra el propietario, Mateo 20, 19ss.

11 Diciendo: «Estos últimos no han trabajado más que una hora, y les pagas como a nosotros, que hemos aguantado el peso del día y el calor» Mateo 20, 19ss.

12 Pero él contestó a uno de ellos: «Amigo, no te hago ninguna injusticia. ¿No te ajustaste conmigo en un denario? Pues toma lo tuyo y vete» Mateo 20, 13ss.

13 «Por mi parte, quiero dar a este último lo mismo que a ti. ¿Es que no puedo hacer con lo mío lo que quiero? ¿O va a ser tu ojo malo porque yo soy bueno?» Mateo 20, 13ss.

14 Así, los últimos serán primeros y los primeros, últimos. Mateo 20, 13ss.

15 Mirad que subimos a Jerusalén, y el Hijo del Hombre será entregado a los sumos sacerdotes y escribas. Mateo 20, 17ss.

16 Le condenarán a muerte y le entregarán a los gentiles, para burlarse de él, azotarle y crucificarle, y al tercer día resucitará. Mateo 20, 17ss.

17 ¿Qué quieres? Mateo 20, 20ss-

18 No sabéis lo que pedís. ¿Podéis beber la copa que yo voy a beber? Mateo 20, 22ss.

19 Mi copa, sí la beberéis; pero sentarse a mi derecha o mi izquierda no es cosa mía el concederlo, sino que es para quienes está preparado por mi Padre. Mateo 20, 22ss.

20 Sabéis que los jefes de las naciones las dominan como señores absolutos, y los grandes las oprimen con su poder. Mateo 20, 25ss.

21 No ha de ser así entre vosotros, sino que el que quiera llegar a ser grande entre vosotros, será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros, será vuestro esclavo. Mateo 20, 25ss.

22 De la misma manera que el Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos. Mateo 20, 25ss.

23 ¿Qué queréis que os haga? Mateo 20, 32ss.

24 Id al pueblo que está enfrente de vosotros, y enseguida encontraréis una asna atada y un pollino con ella; desatadlos y traédmelos. Mateo 21, 1ss.

25 Y si alguien os dice algo, diréis: «El Señor los necesita, pero enseguida los devolverá» Mateo 21, 1ss.

26 Está escrito: «Mi Casa será llamada Casa de oración» ¡Pero vosotros estáis haciendo de ella una «cueva de bandidos» Mateo 21, 12ss.

27 Sí ¿No habéis leído nunca que «De la boca de los niños y de los que aún maman te preparaste alabanza»? Mateo 21, 15ss.

28 ¡Que nunca jamás brote fruto de ti! ” Mateo 21, 18ss.

29 Yo os aseguro: si tenéis fe y no vaciláis, no sólo haréis lo de la higuera, sino que si aún decís a este monte: "Quítate y arrójate al mar", así se hará. Mateo 21, 21ss.

30 Y todo cuanto pidáis con fe en la oración, lo recibiréis. Mateo 21, 21ss.

31 También yo os voy a preguntar una cosa; si me contestáis a ella, yo os diré a mi vez con qué autoridad hago esto. Mateo 21, 23ss.

32 Tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto. Mateo 21, 25ss.

33 Pero ¿qué os parece? Un hombre tenía dos hijos. Mateo 21, 28ss.

34 Llegándose al primero, le dijo: «Hijo, vete hoy a trabajar en la viña» Y él respondió: «No quiero», pero después se arrepintió y fue. Mateo 21, 28ss.

35 Llegándose al segundo, le dijo lo mismo. Y él respondió: «Voy, Señor», y no fue. Mateo 21, 28ss.

36 ¿Cuál de los dos hizo la voluntad del padre? Mateo 21, 31ss.

37 En verdad os digo que los publicanos y las rameras llegan antes que vosotros al Reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros por camino de justicia, y no creísteis en él.

38 Mateo 21, 31ss. Mientras que los publicanos y las rameras creyeron en él. Y vosotros, ni viéndolo, os arrepentisteis después, para creer en él.

39 Mateo 21, 33ss. Escuchad otra parábola. Era un propietario que plantó una viña, la rodeó de una cerca, cavó en ella un lagar y edificó una torre; la arrendó a unos labradores y se ausentó.

40 Mateo 21, 33ss. Cuando llegó el tiempo de los frutos, envió sus siervos a los labradores para recibir sus frutos.

41 Pero los labradores agarraron a los siervos, y a uno le golpearon, a otro le mataron, a otro le apedrearon. Mateo 21, 25ss.

42 De nuevo envió otros siervos en mayor número que los primeros; pero los trataron de la misma manera. Mateo 21, 25ss.

43 Finalmente les envió a su hijo, diciendo: «A mi hijo le respetarán» Mateo 21, 37ss.

44 Pero los labradores, al ver al hijo, se dijeron entre sí: «Este es el heredero. Vamos, matémosle y quedémonos con su herencia» Mateo 21, 37ss.

45 Y agarrándole, le echaron fuera de la viña y le mataron. Mateo 21, 37ss.

46 Cuando venga, pues, el dueño de la viña, ¿qué hará con aquellos labradores? Mateo 21, 40ss.

47 No habéis leído nunca en las escrituras: «La piedra que los constructores desecharon, en piedra angular se ha convertido: fue el Señor quien hizo esto y es maravilloso a nuestros ojos» Mateo 21, 40ss.

48 Por eso Yo os digo: Se os quitará el Reino de Dios para dárselo a un pueblo que rinda sus frutos. Mateo 21, 42ss.

49 Y además el que tropiece con esta piedra se estrellará y al que le caiga encima lo hará pedazos. Mateo 21, 42ss.

50 El Reino de los Cielos es semejante a un rey que celebró el banquete de bodas de su hijo. Mateo 22, 1ss.

51 Envió sus siervos a llamar a los invitados a la boda, pero no quisieron venir. Envió todavía otros siervos, con este encargo: Mateo 22, 3ss.

52 Decid a los invitados: «Mirad, mi banquete está preparado, se han matado ya mis novillos y animales cebados, y todo está a punto; venid a la boda» Mateo 22, 3ss.

53 Pero ellos, sin hacer caso, se fueron el uno a su campo, el otro a su negocio; y los demás agarraron a los siervos, los escarnecieron y los mataron. Mateo 22, 5ss.

54 Se airó el rey y, enviando sus tropas, dio muerte a aquellos homicidas y prendió fuego a su ciudad. Mateo 22, 5ss.

55 Entonces dice a sus siervos: «La boda está preparada, pero los invitados no eran dignos. Id, pues, a los cruces de los caminos y, a cuantos encontréis, invitadlos a la boda.» Mateo 22, 8ss.

56 Los siervos salieron a los caminos, reunieron a todos los que encontraron, malos y buenos, y la sala de bodas se llenó de comensales. Mateo 22, 8ss.

57 Entró el rey a ver a los comensales, y al notar que había allí uno que no tenía traje de boda, le dice: «Amigo, ¿cómo has entrado aquí sin traje de boda?» Mateo 22, 11ss.

58 El se quedó callado. Entonces el rey dijo a los sirvientes: «Atadle de pies y manos, y echadle a las tinieblas de fuera; allí será el llanto y el rechinar de dientes» Mateo 22, 11ss.

59 Porque muchos son llamados, mas pocos escogidos Mateo 22, 11ss.

60 Hipócritas, ¿por qué me tentáis? Mostradme la moneda del tributo. Mateo 22, 18ss.

61 ¿De quién es esta imagen y la inscripción?

62 “Pues lo del César devolvédselo al César, y lo de Dios a Dios. Mateo 22, 21ss.

63 Estáis en un error, por no entender las Escrituras ni el poder de Dios. Pues en la resurrección, ni ellos tomarán mujer ni ellas marido, sino que serán como ángeles en el cielo. Mateo 22, 29ss.

64 Y en cuanto a la resurrección de los muertos, ¿no habéis leído aquellas palabras de Dios cuando os dice: «Yo soy el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de Jacob?» Mateo 22, 31ss.

65 No es un Dios de muertos, sino de vivos. Mateo 22, 31ss.

66 Amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente. Este es el mayor y el primer mandamiento. Mateo 22, 37ss.

67 El segundo es semejante a éste: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos penden toda la Ley y los Profetas. Mateo 22, 39ss.

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