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Teotihuacán Por: Fernando Lozano.

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1 Teotihuacán Por: Fernando Lozano

2 Teotihuacán eotihuacan (náhuatl: Teōtihuácān, ‘"Lugar donde los hombres se convierten en dioses"1 ; Lugar donde fueron hechos los dioses; ciudad de los dioses’)?a es el nombre que se da a la que fue una de las mayores ciudades prehispánicas de Mesoamérica. El topónimo es de origen náhuatl y fue empleado por los mexicas, pero se desconoce el nombre que le daban sus habitantes. Los restos de la ciudad se encuentran al noreste del valle de México, en los municipios de Teotihuacan y San Martín de las Pirámides (estado de México), aproximadamente a 45 kilómetros de distancia del centro de la Ciudad de México. La zona de monumentos arqueológicos fue declarada Patrimonio de la Humanidad por Unesco en 1987. Los orígenes de Teotihuacan son todavía objeto de investigación entre los especialistas. Alrededor del inicio de nuestra era, Teotihuacan era una aldea que cobraba importancia como centro de culto en la cuenca del Anáhuac. Las primeras construcciones de envergadura proceden de esa época, como muestran las excavaciones en la Pirámide de la Luna. El apogeo de la ciudad tuvo lugar durante el Periodo Clásico (ss. III-VII d. C.). En esa etapa, la ciudad fue un importante nodo comercial y político que llegó a tener una superficie de casi 21 km2, con una población de 100 mil a 200 mil habitantes. La influencia de Teotihuacan se dejó sentir por todos los rumbos de Mesoamérica, como muestran los descubrimientos en ciudades como Tikal y Monte Albán, entre otros sitios que tuvieron una importante relación con los teotihuacanos. El declive de la ciudad ocurrió en el siglo VII, en un contexto marcado por inestabilidad política, rebeliones internas y cambios climatológicos que causaron un colapso en el Norte de Mesoamérica. La mayor parte de la población de la ciudad se dispersó por diversas localidades en la cuenca de México. Se desconoce cuál era la identidad étnica de los primeros habitantes de Teotihuacan. Entre los candidatos se encuentran los totonacos, los nahuas y los pueblos de idioma otomangue, particularmente los otomíes. Las hipótesis más recientes apuntan a que Teotihuacan fue una urbe cosmopolita en cuyo florecimiento se vieron involucrados grupos de diverso origen étnico, como muestran los descubrimientos en el barrio zapoteco de la ciudad y la presencia de objetos provenientes de otras regiones de Mesoamérica, sobre todo de la región del Golfo y del área maya. Teotihuacan ha sido motivo de interés para las sociedades posteriores al declive de la cultura teotihuacana en Mesoamérica. Sus ruinas han sido exploradas desde la época prehispánica, entre otros, por los toltecas y los mexicas. El descubrimiento de objetos teotihuacanos en los yacimientos arqueológicos de Tula y el Templo Mayor de México-Tenochtitlan así lo confirma. En la mitología nahua posclásica, la ciudad aparece como el escenario de mitos fundamentales como la leyenda de los Soles de los mexicas. Actualmente, los restos de Teotihuacan constituyen la zona de monumentos arqueológicos con mayor afluencia de turistas en México, por encima de Chichén Itzá y Monte Albán. Las excavaciones arqueológicas en Teotihuacan continúan hasta nuestros días, y han dado como resultado un paulatino incremento en la calidad y cantidad del conocimiento que se tiene sobre esta ciudad.

3 Toponima Teotihuacan es un topónimo de origen náhuatl que le fue dado a la ciudad varios siglos después de su ocaso por los pueblos nahuatlacas. Los mexicas empleaban ese nombre para referirse a las ruinas de la antigua ciudad, y de ellos fue recogido en fuentes históricas y en el uso del idioma español durante la época colonial.2 Las fuentes mexicas son el origen de muchos malos entendidos sobre Teotihuacan, pues ellos conocieron la ciudad cuando ya había sido abandonada. Para ellos, Teotihuacan era una ciudad de un pasado en el que también floreció Tula, por lo que pensaban que sus habitantes fueron toltecas.3 Se han propuesto varias hipótesis sobre el significado del topónimo. Hay que recordar que el náhuatl es una lengua aglutinante que permite expresar ideas complejas en un solo vocablo mediante la adición de afijos a una raíz. Una de las interpretaciones más conocidas es la que traduce Teotihuacan como Lugar donde nacieron los dioses o equivalentemente Lugar donde fueron hechos los dioses.4 Esta interpretación está relacionada con la Leyenda de los Soles, un conocido mito cosmogónico mesoamericano —y particularmente nahua— que ubica en esta ciudad la creación del Quinto Sol mediante el sacrificio de todos los dioses de la era anterior. En el Diccionario del náhuatl en el español de México, C. Montemayor dice que proviene de los vocablos téotl (dios), -ti (ligadura eufónica), hua (posesivo), -can (locativo que indica el sitio donde se realiza una acción), de modo que lo traduce como Lugar de los que tienen dioses.5 Lo cierto es que se desconoce el nombre que la ciudad recibió de sus habitantes en la época de su florecimiento. Algunos textos descubiertos en el área maya suelen relacionar el glifo puh, (tule) con personajes de filiación teotihuacana representados en estelas de ciudades mayas tan importantes como Tikal, Uaxactún y Bonampak. Puh posee en los idiomas mayenses el mismo significado que tiene el vocablo Tollan (AFI: [toːɬːan]), que designaba a la ciudad fabulosa de la mitología mesoamericana. Tollan era arquetipo de la civilización mesoamericana y origen de la legitimidad de los linajes dominantes en numerosos estados en toda la región. Los mayistas tienen posiciones diversas sobre la identidad de Puh, algunos de ellos sostienen que ese lugar mencionado en diversos textos mayas es Teotihuacan.b Esta hipótesis podría ser reforzada por el descubrimiento de varias representaciones del glifo puh en la pintura mural del conjunto residencial teotihuacano de Tepantitla.6

4 Geografía Teotihuacan fue fundada en una posición poco común en su época con respecto al patrón de asentamiento propio de la cuenca de México durante el Preclásico Medio. La mayoría de los asentamientos de mayor envergadura en la región se localizaban en la ribera del sistema lacustre del Anáhuac o muy cerca de ella. Cuicuilco y Copilco en el sur; Ticomán, El Arbolillo, Zacatenco, y Tlatilco en el norte; y Tlapacoya en el oriente son ejemplo de ello. En contraste, Teotihuacan se levantó a quince kilómetros de la costa del lago de Texcoco, sobre el río San Juan en el valle que ha tomado el nombre de la ciudad. Duverger afirma que la ubicación de Teotihuacan corresponde no sólo a una frontera ecológica, sino a la frontera entre la civilización agrícola mesoamericana y el mundo cultural de los pueblos aridoamericanos nómadas. El valle de Teotihuacan forma parte de la cuenca de México. Se ubica en el noreste de ese gran vaso lacustre de más de 14 mil km2 de superficie, dentro de los límites que actualmente corresponden al estado de México. Su altitud va de los msnm a los en la cúspide del cerro Gordo. En la zona de monumentos arqueológicos la altitud es de 2300 msnm. El valle está limitado al norte por los cerros Gordo, Malinalco y Colorado; al sur por la sierra de Patlachique, con elevaciones superiores a 2600 msnm; y hacia el oriente termina en las inmediaciones de Otumba y los cerros aledaños. Al suroeste del valle se localiza el cerro Chiconautla, cerca de la antigua desembocadura del río San Juan. El cerro Tonala, al poniente, marca la separación entre el valle de Teotihuacan y la llanura aluvial donde se encuentran Tecámac y Zumpango. El drenaje principal del valle se realiza hacia el vaso del lago de Texcoco a través de los ríos San Juan, San Lorenzo y Huixulco. Estos ríos son estacionales, crecen en época de precipitaciones y durante el resto del año sus corrientes desaparecen de la superficie para emerger en la siguiente estación lluviosa.12 Los ríos del valle de Teotihuacan desembocaban en la época prehispánica cerca de Cuanalán. Debido a la desecación de los lagos del Anáhuac —proceso iniciado en el siglo XVII y que continúa hasta el siglo XXI13 —, el San Juan ha sido canalizado hacia el desagüe general del valle de México. Los suelos del valle de Teotihuacan pertenecen principalmente a cuatro tipos. El feozem corresponde al 40% de la superficie, Le siguen en importancia los tipos vertisol (16%), cambisol (13.5%) y leptosol (13%).14 Se han realizado investigaciones con el propósito de observar cuál ha sido el impacto de la actividad humana sobre los suelos de Teotihuacan. Rivera Uria et al. advierten que en algunos sitios como el cerro San Lucas la composición de la superficie ha cambiado dramáticamente.15 En este caso encontraron que antes del establecimiento de las primeras comunidades del Preclásico el suelo dominante en ese lugar era el luvisol, que actualmente ha desaparecido. Otras secciones del valle fueron afectadas con propósitos constructivos. El volumen inmenso de materiales empleados para el relleno de la pirámide de la Luna procede de la superficie de zonas cercanas al edificio —donde se han encontrado depresiones artificiales— y alcanza 2 millones de m3.16 La vegetación del valle de Teotihuacan ha cambiado poco respecto a la época prehispánica, aunque es evidente que el paisaje actual es resultado de una combinación de factores naturales y antropogénicos. La diferencia principal consistiría en la extensión de los ecosistemas vegetales —pues la superficie dedicada a la agricultura ha crecido a costa de ellos— y en la desaparición de las especies del género Pinus en el paisaje del valle.17 En la actualidad la región presenta seis tipos principales de vegetación. Cuenta con pequeños reductos de bosque de encinos, ubicados en el cerro Gordo; este tipo de vegetación probablemente cubrió las zonas que actualmente son ocupadas por matorrales de encino (Quercus microphyla) que constituyen un segundo tipo de vegetación. El matorral de xerófitas es el tipo de vegetación más representativo en la actualidad, y comprende especies como Opuntia streptacantha, Zaluzania augusta y Mimosa biuncifera. A estos tipos de vegetación se suman los pastizales, la vegetación hidrófila estacional, asociada con la temporada de lluvia.18 Las condiciones del valle favorecieron la concentración demográfica por ser benéficas para el estilo de vida mesoamericano basado en la agricultura. Los patrones de asentamiento indican que durante el Preclásico (c a. C.-200 d. C.) las primeras aldeas se establecieron en las laderas de los cerros que, como se dijo arriba, contaban con suelos aluviales propios para el cultivo, pero a partir del Clásico (c d. C.) ocurrió un aumento de la población en el fondo del valle.19 Sin embargo, por estar localizado en la zona de transición entre el ambiente lacustre del Anáhuac y el más seco de los valles de Tulancingo y del Mezquital, estaba expuesto a algunas fluctuaciones climatológicas. La iluviación de la arcilla encontrada en el tepetate del cerro San Lucas da cuenta de una disminución de la humedad ambiental que coincide con el aumento de la población,20 aunque el apogeo de Teotihuacan parece estar relacionado con un ambiente relativamente más húmedo y templado el actual.21

5 Bibliografía Adriano Morán, Carmen Cristina y Emily McClung de Tapia (2008). «Trees and shrubs: the use of wood in pre-hispanic Teotihuacan». Journal of Archaeological Science, (35): Versión electrónica en el sitio de Elsevier, consultada el 2 de febrero de 2010. Armillas, Pedro (1991). «Teotihuacán, Tula y los toltecas: las culturas post-arcaicas y pre-aztecas del centro de México. Excavaciones y estudios ». En Rojas Rabiela, Teresa (ed., 1992): ANGULO, Jorge (1997). Teotihuacan: El proceso de evolución cultural reflejado en su desarrollo urbano-arquitectónico. Tesis doctoral. Ciudad de México: Facultad de Arquitectura (UNAM). Boehm de Lameiras, Brigitte (1995). «Subsistence, social control of resources and the developement of complex society in the Valley of Mexico». En John Gledhill, Barbara Bender, Mogens Trolle Larsen (eds., 1995): Broda, Johanna (2004). «La percepción de la latitud geográfica y el estudio del calendario mesoamericano». Estudios de Cultura Náhuatl (35): Ciudad Universitaria: Instituto de Investigaciones Antropológicas. Campbell, Lyle (2000). American Indian languages: The historical linguistics of Native America. Oxford: Oxford University Press. Cook de Leonard, Carmen (1953). El origen de la cerámica «anaranjado delgada». Tesis de maestría. Ciudad de México: Escuela Nacional de Antropología e Historia. DUVERGER, Christian (2007). El primer mestizaje. La clave para entender el pasado mesoamericano. Ciudad de México: Taurus.


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