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Publicada porAna Belén Torres Morales Modificado hace 10 años
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Manejo del comportamiento Dedicar un tiempo para que los niños puedan relajarse es muy importante a todas las edades y para todos ellos. Sin embargo, la relajación adquiere especial relevancia si tratamos con niños diagnosticados de TDAH. Los ejercicios de relajación y autocontrol → Son muy útiles cuando los niños presentan en el aula comportamientos muy activos e impulsivos, que puedan llegar a perturbar en gran medida el orden y clima de la clase. De esta manera, los niños aprenden, de una manera divertida, a controlar esa impulsividad, incrementar el control corporal y mejorar su capacidad de concentración. Estos ejercicios pueden y deben practicarse tanto en el ámbito escolar como el familiar, ya que el niño hiperactivo debe gozar de diferentes momentos de relajación a lo largo de todo el día.
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“Los sonidos que nos rodean” Actividades de relajación: ejemplos “Todos somos globos” “La tortuga que se esconde” ♦ Los niños han de imaginarse a si mismos como un globo que se hincha y se deshincha muy lentamente (inspiración- expiración). Esta operación se repite varias veces. En el momento en el que se hinchan, el maestro va señalando uno a uno con una varita mágica o similar, haciendo que se “pinchen”. Cuando todos se han pinchado, descansan sobre la mesa unos cinco minutos. Es conveniente acompañar con música de relajación.
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“Los sonidos que nos rodean” Actividades de relajación: ejemplos “Todos somos globos” “La tortuga que se esconde” ♦ Los alumnos deben permanecer apoyados en sus mesas. Deberán cerrar los ojos y concentrarse en todos los sonidos que llegan del exterior: una ambulancia, un avión, voces de personas, una melodía, un coche, etc. Pasados unos minutos, respirarán profundamente dos veces, abrirán los ojos e identificarán todo aquello que hayan escuchado.
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“Los sonidos que nos rodean” Actividades de relajación: ejemplos “Todos somos globos” “La tortuga que se esconde” ♦ Los niños se deben tumbar boca abajo, en una superficie cómoda (una colchoneta, por ejemplo). Deberán imaginarse que son tortugas y, como tal, tendrán que asomar y esconder, lo más lento posible, las distintas partes del cuerpo que vaya indicando el maestro: brazos, piernas y cuello. Así, se consigue trabajar el control y relajación musculares.
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