Miguel-A. La señora Filomena tenía tres hijos (los tres eran varones). Al enviudar en plena juventud, y ante una economía muy precaria, decidió enviar.

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2 Miguel-A.

3 La señora Filomena tenía tres hijos (los tres eran varones). Al enviudar en plena juventud, y ante una economía muy precaria, decidió enviar a los chicos a un país lejano en busca de mejores oportunidades de vida para ellos. Los tres chicos eran listos y, además, muy trabajadores. Y pronto se convirtieron en prósperos hombres de negocios, queridos y respetados en el país de adopción.

4 En vísperas del 75 cumpleaños de su madre, los tres hermanos se reunieron para debatir los regalos que le harían. - Yo -dijo el primero- contactaré con una inmobiliaria de nuestro país, y le regalaré a mamá las escrituras de propiedad de una lujosa casa... para que viva con comodidad el resto de sus días.

5 - Yo -dijo el segundo- contactaré con un concesionario de nuestro país, y le regalaré un gran automóvil... para que pueda salir a pasear.

6 -Y-Yo -dijo el tercero- le regalaré un loro. -¿-¿Un loro? ¿Solamente un loro? - preguntó, extrañado, el hermano mayor. - No. Veréis -explicó-. Es un loro especial y, además, muy caro. El loro está instruido en tres monasterios diferentes. Y recita la biblia entera de memoria... Sólo el versículo que se le pida en cada momento. Ya sabéis que a mamá le gusta mucho leer la biblia. Y a su edad, la pobre, ya casi no ve.

7 Cuatro meses después, los hermanos recibieron carta de su madre, que decía:

8 “Milton, gracias por la casa, pero es muy grande: solamente ocupo un dormitorio, pero la tengo que limpiar entera“.

9 "Marvin, el automóvil está muerto de risa en el garaje. Despedí al chofer por maleducado. Creo que tiene una amante, llamada Gasolina, y constantemente me estaba pidiendo dinero para ella”.

10 "Melvin, tú eres el único de los hermanos con buen gusto haciendo regalos. Sabes bien lo que realmente me gusta. Aún me chupo los dedos recordando el delicioso caldo que hice con aquella gallina de colores que me enviaste”.