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“Confesiones de un hombre”
Miguel-A. 110 seg. (Nuevo Mester) “Confesiones de un hombre”
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Nunca había entendido por qué las necesidades sexuales de los hombres y de las mujeres son diferentes entre sí. Nunca había entendido esas idioteces de que las mujeres son de Venus y los hombres de Marte. Y tampoco había entendido eso de que los hombres piensan con la cabeza y las mujeres con el corazón. Pero...
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Una noche, mi esposa y yo nos fuimos a la cama
Una noche, mi esposa y yo nos fuimos a la cama. Y bueno, empezamos a acariciarnos. Lo inevitable... La cuestión es que cuando ya estábamos listos y a punto, me dice: - Ahora no tengo ganas, mi amor. Sólo quiero que me abraces. Y, al verme mala cara, añadió: - ¡No sabes conectarte con mis necesidades emocionales como mujer!.
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En fin, se acabó el asunto.
Salí del dormitorio, dando un portazo, y me di un baño de agua fría intentando calmar mi pasión. Luego puse la televisión a todo volumen para no dejar dormir a la hija de mi suegra. Y, después de un rato, me fui a la cama, y me quedé dormido.
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Al día siguiente fuimos de compras a unos grandes almacenes
Al día siguiente fuimos de compras a unos grandes almacenes. Yo me fui ver relojes, mientras ella se probaba tres modelitos carísimos. Como no sabía decidirse por uno u otro, me preguntó. Y le dije que se llevara los tres. Entonces me dijo que necesitaba unos zapatos que le hicieran juego con los cada uno de los tres trajes. Y le contesté que me parecía bien. Yo creo que pensaba que me había vuelto loco. Pienso que me estaba poniendo a prueba cuando me pidió una faldita corta para jugar al tenis... ¡Si ni siquiera sabe jugar al tenis!.
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Cuando entramos en caja para pagar, le dije:
- No, mi amor, creo que es demasiado caro ¡Ahora no tengo ganas de comprar todo esto!. ¡Ojalá le hubieran visto el rostro! Se quedó pálida. Empezó a poner cara de desmayo. Se le paralizó la parte izquierda del cuerpo, y le dio un tic nervioso en el ojo derecho. Envíaselo a los hombres para que se caguen de risa, y a las mujeres para que sepan lo que se siente.
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Bueno. ya. no es oro todo lo que reluce
Bueno... ya... no es oro todo lo que reluce... Durante los cinco siguientes meses hube de volver a las técnicas manuales de la adolescencia...
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