Descargar la presentación
La descarga está en progreso. Por favor, espere
Publicada porÁngel Prado Valverde Modificado hace 9 años
2
30 abril de 2006 III Domingo de Pascua –B-
3
Salm 4 Haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro. Haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro. Despóndeme cuando te invoco, Despóndeme cuando te invoco, Dios mi salvador; tú que en la angustia me diste alivio, ten piedad de mí y escucha mi plegaria.
4
H az brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro. H az brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro. Hay muchos que dicen: “¿Quién nos Hay muchos que dicen: “¿Quién nos mostrará la felicidad, si la luz de tu rostro ha huido de nosotros?”.
5
Haz brillar sobre nosotros Haz brillar sobre nosotros el resplandor de tu rostro. Me acuesto en paz y en seguida me duermo, porque sólo tú, Señor, me haces descansar confiado.
6
Señor Jesús, explícanos las Escrituras. Enciende nuestro corazón mientras nos hablas. Lc 24,32 Lc 24,32 Jerusalén. Puerta Nueva.
7
Jerusalén En aquell temps, Y ellos contaban lo que les había ocurrido cuando iban de camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan. Estaban hablando de ello, cuando el mismo Jesús se presentó en medio y les dijo: -La paz esté con vosotros. Aterrados y llenos de miedo, creían ver un fantasma. Pero él les dijo: -¿De qué os asustáis? ¿Por qué surgen dudas en vuestro interior?. Ved mis manos y mis pies: soy yo en persona. Tocadme y convenceos de que un fantasma no tiene carne ni huesos, como veis que tengo yo. Y dicho esto, les mostró las manos y los pies. Pero como aún se resistían a creer por la alegría y el asombro, les dijo: -¿Tenéis algo de comer?. Ellos le dieron un trozo de pescado asado. Él lo tomó y lo comió delante de ellos. Después le dijo: -Cuando aún estaba entre vosotros ya os dije que era necesario que se cumpliera todo lo escrito sobre mí en la ley de Moisé, en los profetas y en los salmos. Entonces les abrió la inteligencia para que comprendieran las Escrituras y les dijo: -Estaba escrito que el Mesías tenía que morir y resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se anunciará a todas las naciones, comenzando desde Jerusalén, la conversión y el perdón de los pecados. Vosotros sois testigos de estas cosas, Lc 24, 35-48
Presentaciones similares
© 2024 SlidePlayer.es Inc.
All rights reserved.