La vista Existen numerosas enfermedades que pueden afectar nuestra visión, y entre las más frecuentes encontramos la siguientes: PRESBICIA: Si usted tiene.

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1 La vista Existen numerosas enfermedades que pueden afectar nuestra visión, y entre las más frecuentes encontramos la siguientes: PRESBICIA: Si usted tiene más de 40 años y nota que al leer debe alejar cada vez más el texto para verlo con mayor claridad, probablemente esté padeciendo presbicia, una de las enfermedades más comunes relacionadas con la visión y que se manifiestan después de cumplida esta edad. MIOPIA: La longitud del ojo es más larga de lo normal y las imágenes cercanas se ven correctamente, pero aquellas que están más lejanas se ven borrosas.

2 HIPERMETROPÍA: El ojo es más pequeño de lo normal y la visión es borrosa tanto de lejos como de cerca. ASTIGMATISMO: Sucede cuando hay alguna irregularidad en la curvatura de la cornea. La visión tanto de lejos como de cerca es defectuosa y se perciben los objetos con deformaciones. CATARATAS: El cristalino es una lente transparente, está dentro del ojo, y su función es cambiar el enfoque para los objetos lejanos y cercanos. Cuando el cristalino se opaca, comienza a impedir la correcta visión, no se perciben los colores tal como son realmente, y la visión se va perdiendo progresivamente hasta el punto de ser una de las principales causas de ceguera en el mundo. GLAUCOMA: Es una enfermedad grave de los ojos que puede causar ceguera total. En sus comienzos es una enfermedad asintomática, de tal manera que cuando aparecen los síntomas ya es demasiado tarde. El glaucoma se produce por una excesiva presión de un líquido llamado humor acuoso dentro del ojo. Esta presión daña la estructura del ojo, especialmente al nervio óptico que al no repararse causa la ceguera. RETINOPATIA DIABÉTICA: Junto al glaucoma constituye una de las principales causas de ceguera. Se trata de un problema que afecta al 25% aproximadamente de los diabéticos. Esto se debe a que el exceso de azúcar en la sangre daña los vasos sanguíneos incluidos los de la retina ocular.

3 Los síntomas son disminución de la visión nocturna, alteración en la visión de colores y dificultad para ver correctamente después de ver colores brillantes. En todos los casos antes mencionados, el Oftalmólogo diagnosticará e indicará el tratamiento a seguir. En el diccionario de la RAE podemos encontrar entre otras, las siguientes acepciones de la palabra “vista: Sentido corporal con que se perciben los objetos mediante la acción de la luz. Conocimiento claro de las cosas. Visión (acción y efecto de ver)”. Es decir que cuando se habla de la vista no se refiere solamente a nuestros ojos físicos, sino también en sentido figurado a la visión o conocimiento de las cosas que están más allá de nuestros ojos. El ser humano posee también una vista espiritual que puede verse afectada por diversas enfermedades que pueden provocarle una visión escasa, borrosa, distorsionada, o una ceguera espiritual parcial o total. Hace unos 1950 años, aproximadamente, Pedro, el apóstol de Jesucristo, lo describió así en su segunda carta 1:9 “Pero el que no tiene estas cosas tiene la vista muy corta: es ciego, habiendo olvidado la purificación de sus antiguos pecados.“

4 Pedro aquí nos habla de una Miopía espiritual que solo permite ver lo que una persona tiene muy cerca pero no puede conocer aquello que está un poco más allá. El Señor Jesús le dijo a un hombre llamado Nicodemo, según el evangelio de S. Juan Capitulo 3:3 “Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios. Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer? Respondió Jesús: ... Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.” Nicodemo tenía un problema con su visión espiritual, y el Señor Jesús tuvo que explicarle que para poder ver el reino de Dios debía tener un nuevo nacimiento, pero no físico, sino espiritual. “lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. Seguramente Ud. desea tener una muy buena visión con sus ojos, pero la pregunta es, si ¿estaría dispuesto, a que a partir de ahora, Dios mismo corrija su vista espiritual?. La solución es gratuita para usted, hace aproximadamente unos 1980 años Jesucristo pagó en la cruz, no con dinero sino con su propia vida, para que Ud. pueda dejar de ver con miopía las cosas espirituales, y comience a percibirlas tal como realmente son.

5 A veces nuestra miopía espiritual no nos deja ver que delante de Dios todos somos pecadores, pecado es lo malo que hacemos, decimos, pensamos, y aun lo bueno que pudimos haber hecho y no hicimos. Entre otras cosas, la mentira, cosa tan habitual y común que está naturalizada en estos días, así como el engaño, las malas palabras que decimos, para Dios es pecado, y el pecado nos lleva a la condenación eterna, el infierno, pero Dios no quiere eso para ninguno de nosotros, por eso Jesucristo vino a morir voluntariamente en una cruz para pagar nuestra entrada al cielo, y al tercer día resucitó de los muertos. “Porque de tal manera amó Dios al mundo que ha dado a su hijo unigénito para que todo aquel que en el cree no se pierda más tenga vida eterna.”Juan 3:16. Si confiamos en Cristo y le recibimos como salvador, Dios nos hace nacer espiritualmente de nuevo, para que podamos conocer sobre su reino y ser salvos eternamente. Juan 1:12-13 dice; “Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.” Quiere Ud. Recuperar su vista espiritual ahora mismo?

6 Entonces, si se reconoce pecador o pecadora y está dispuesto a arrepentirse ante Dios de sus pecados. Hable con Dios allí mismo en donde se encuentra ahora y dígale, Señor se que soy pecador/a me arrepiento de mis pecados, Señor Jesús creo que moriste por mis pecados en la cruz, te recibo ahora como mi Salvador. Amén. Y si lo hace creyéndolo de todo corazón, su vida cambiará desde ahora aquí en la tierra y un día cuando tenga que partir de este mundo, a la eternidad, no solo podrá ver el reino de Dios, sino que también estará en el cielo de Dios para siempre, no por sus propias obras, sino por la sola gracia de Dios. Escrito y diseñado por Daniel Pappalardo