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1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo www.centrodeespiritualidadsanpablo.org Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ.

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1 1 32 Centro de Espiritualidad Apostólica San Pablo www.centrodeespiritualidadsanpablo.org Traducción y Adaptación de Vers le Dimanche editado por Christ Source de Vie, Toulouse HACIA EL DOMINGO 4º DE CUARESMA Para Orar Cada Día el Evangelio del Domingo Próximo Del Lunes 24 al Domingo 30 de marzo  Hacia el Domingo 4º de Cuaresma  Orar en el Corazón del Mundo: por la mujer  La alegría del Evangelio es contagiosa (4/6)  Orar en la Casa: Meditando un texto del Mensaje Cuaresmal del Papa Francisco. Hacia el Domingo 4º de Cuaresma Evangelio de Jesucristo según san Juan Capítulo 9, versículos 1 al 38 “Al pasar, Jesús vio a un hombre ciego de nacimiento […]; escupió en la tierra, hizo barro con la saliva y lo puso sobre los ojos del ciego, diciéndole: «Ve a lavarte a la piscina de Siloé», que significa "Enviado". El ciego fue, se lavó y, al regresar, ya veía. Los vecinos y los que antes lo habían visto mendigar, se preguntaban: «¿No es este el que se sentaba a pedir limosna?». Unos opinaban: «Es el mismo». «No, respondían otros, es uno que se le parece». Él decía: «Soy realmente yo». Ellos le dijeron: «¿Cómo se te han abierto los ojos?». Él respondió: «Ese hombre que se llama Jesús hizo barro, lo puso sobre mis ojos y me dijo: «Ve a lavarte a Siloé». Yo fui, me lavé y vi». Ellos le preguntaron: «¿Dónde está?». Él respondió: «No lo sé». El que había sido ciego fue llevado ante los fariseos. Era sábado cuando Jesús hizo barro y le abrió los ojos. Los fariseos, a su vez, le preguntaron cómo había llegado a ver. Él les respondió: «Me puso barro sobre los ojos, me lavé y veo». Algunos fariseos decían: «Ese hombre no viene de Dios, porque no observa el sábado». Otros replicaban: «¿Cómo un pecador puede hacer semejantes signos?». Y se produjo una división entre ellos. Entonces dijeron nuevamente al ciego: «Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos?». El hombre respondió: «Es un profeta». […] Ellos le respondieron: «Tú naciste lleno de pecado, y ¿quieres darnos lecciones?». Y lo echaron. Jesús se enteró de que lo habían echado y, al encontrarlo, le preguntó: «¿Crees en el Hijo del hombre?». Él respondió: «¿Quién es, Señor, para que crea en él?». Jesús le dijo: «Tú lo has visto: es el que te está hablando». Entonces él exclamó: «Creo, Señor», y se postró ante él”.

2 5 76 4 M AR 25 M IÉ 26 L UN 24 J UE 27 Me pongo en el lugar del ciego del Evangelio: él no pide nada en particular, espera algo nuevo en su vida. Jesús escupe en el suelo, con la saliva hace barro el cual aplica sobre sus ojos. Me dejo atrapar por este gesto de creación, como Dios que modela al hombre con la arcilla del suelo. Me dejo conmover. Y pido a Dios que haga de mí un ser nuevo. Dame la fe Vuélveme disponible Vemos en el Evangelio al ciego que parte para lavarse en la piscina de Siloé como se lo pide Jesús. Yo puedo preguntarme qué gesto, qué acción puedo hacer para que se revele en mí la vida a la que estoy invitado. El gesto es simbólico y de desempeño, como lo son todos los sacramentos. El sacramento de la reconciliación podría ser esta acción que me devolverá la vista. Pido la fe. Abre mis ojos La Iglesia festeja hoy la Anunciación del Señor. Hagamos memoria de la imagen de esta escena que representan numerosos artistas. María y el Ángel cruzan sus miradas como Jesús y el ciego supieron hacerlo. No es seguro que María haya visto al ángel con sus propios ojos sino que más bien debió experimentar y oír con todo su ser las palabras que se le dirigían de parte de Dios. Pido a Dios la disponibilidad de María. Conviérteme Miro primero al ciego, en medio de la gente que pasa, sentado y mendigando al borde del camino. Miro a la gente que va y viene a su alrededor, ciegos ellos también, pero ciegos de “cultura” pues no ven al ciego de nacimiento. Entonces, pienso en todos aquellos y aquellas a quienes frecuento sin verlos porque no tengo tiempo o ganas de verlos, porque estoy demasiado ocupado, demasiado preocupado… Pido a Dios que abra mis ojos.

3 9 1110 V IE 28 Orar en el Corazón del Mundo con el Papa Francisco Veo a las personas que rodean al ciego. No comprenden bien el por qué ni el cómo de los cambios sucedidos en su vida. También puede sucederme estar en el mismo tipo de situación: ciego, sanado, enviado, creyente… pero rodeado de gente sorprendida. Para esos momentos, pido el valor de aceptar ser incomprendido. D OM 30 8 Abre mis labios S ÁB 29 Releamos tranquilamente el Evangelio del día, meditado a lo largo de toda esta semana. De esta manera nos rencontramos con el ciego de nacimiento, como se encuentra a un amigo. Es la ocasión de darnos cuenta de que “Los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón (…) La Iglesia por ello se siente íntima y realmente solidaria del género humano y de su historia”. Estas primeras palabras del hermoso texto Gaudium et Spes del Vaticano II seguramente iluminarán nuestro día. Oremos para que los derechos de las mujeres sean respetados en todas las culturas. Guíame Como el ciego en el Evangelio, a veces sucede que podamos ser confrontados por preguntas sorprendentes: ¿Y tú, ¿qué dices del que te abrió los ojos? Oír esta pregunta hoy en día nos conduce a reflexionar sobre la respuesta que daríamos si se nos planteara. Hermoso ejercicio de oración: primero, reconocer que Jesús me ha abierto los ojos y oír lo que yo respondería a quienes me interrogan. Entremos en la alegría de los discípulos

4 13 1514 ORAR EN LA CASA 12 O RAR EN LA CASA “¿Cómo se te han abierto los ojos?” San Juan 9, 15 El Papa Francisco insiste mucho en la novedad del evangelio que nunca termina de sorprendernos y de renovarnos, a condición de que mantengamos el corazón abierto. Pues, como los fariseos, podemos encerrarnos en nuestro saber y en nuestros hábitos. La Iglesia no está a salvo de una tentación como esta ni ninguno de nosotros tampoco. ¿Qué hacer para no caer en esta trampa, para ir hacia adelante con ánimo? Sencillamente, regresar a la fuente que es Cristo. Él es el primero que nos busca y quiere darse a conocer. Él es quien lleva el baile y pone el ritmo. Él es el Hijo que nos quiere hijos a su manera. Él es quien abre nuestros ojos y nos hace salir de nuestras tinieblas interiores. Atrevernos a exponernos a Cristo y a su creatividad nos entrega a la crítica y al rechazo de los demás pues la verdad y la libertad molestan. Este joven hombre ciego que recobra la vista está atrapado entre múltiples fuegos: sus padres, sus vecinos, los fariseos… Pero él conoce la fuente de luz que le ha sido dada. Con él, estemos listos para rendir cuentas de nuestra fe, alegremente La alegría del Evangelio es contagiosa (4/6) Meditemos en familia o con los amigos el Mensaje de Cuaresma del Papa En toda época y en todo lugar, Dios sigue salvando a los hombres y salvando el mundo mediante la pobreza de Cristo, el cual se hace pobre en los Sacramentos, en la Palabra y en su Iglesia, que es un pueblo de pobres. La riqueza de Dios no puede pasar a través de nuestra riqueza, sino siempre y solamente a través de nuestra pobreza, personal y comunitaria, animada por el Espíritu de Cristo.

5 17 1918 16 ________________________________ ________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ _______________________________________________ Cada vez que intentamos volver a la fuente y recuperar la frescura original del Evangelio, brotan nuevos caminos, métodos creativos, otras formas de expresión, signos más elocuentes, palabras cargadas de renovado significado para el mundo actual. Papa Francisco La alegría del evangelio, n°11 Una eterna novedad Cristo siempre puede, con su novedad, renovar nuestra vida y nuestra comunidad y, aunque atraviese épocas oscuras y debilidades eclesiales, la propuesta cristiana nunca envejece. Jesucristo también puede romper los esquemas aburridos en los cuales pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina.


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