Miguel-A. Optimismo y/o pesimismo. Quizás mi asignatura pendiente sea la sicología. El optimismo y el pesimismo quedan bien detallados en el tópico del.

Presentación del tema: "Miguel-A. Optimismo y/o pesimismo. Quizás mi asignatura pendiente sea la sicología. El optimismo y el pesimismo quedan bien detallados en el tópico del."— Transcripción de la presentación:

1 Miguel-A. Optimismo y/o pesimismo

2 Quizás mi asignatura pendiente sea la sicología. El optimismo y el pesimismo quedan bien detallados en el tópico del borracho. El optimista ve la botella “medio llena”, y el pesimista, “medio vacía”. Lo que no entiendo es el circo montado en torno a estas actitudes. Se habla como si fueran elecciones libres de las influencias de vivencias y circunstancias de cada cual. ¿No se confundirán las actitudes con la expresión forzada de las mismas? Pero molar, mola. Hay que definirse optimista y sonriente. Pues... nada hay más bello que una sonrisa espontánea, ni más horroroso que una mueca sonriente forzada. Nada hay más animador que un optimismo tácito, ni más estúpido que “presumir de optimismo” en medio de la debacle. ¡A otro perro con tales huesos!.

3 Los padres de ciertos niños, estaban preocupados ante la llegada de la festividad de los Reyes Magos: Solamente tenían dinero para comprar un buen juguete. Pepito era un optimista de tomo y lomo, en cambio, era mal estudiante, y tan desobediente como protestón. Por el contrario, Ginesillo era un pesimista de armas tomar, pero estudioso y muy obediente.

4 A causa de sus dificultades económicas, los padres decidieron premiar la actitud de Ginesillo, comprando para él una bicicleta. Y, a la vez, pensaron reprochar el comportamiento de Pepito, poniendo en sus zapatos, como regalo de Reyes Magos, un cagajón de caballo (versión del típico trozo de carbón).

5 Los niños se acostaron. Naturalmente, los padres pusieron la bici junto a los zapatos de Ginesillo... y el cagajón junto a los de Pepito.

6 - ¿Qué tal? -preguntó el padre cuando Ginesillo entró, por primera vez, en el salón a la mañana siguiente. - ¡Qué mala suerte! Los Reyes me han traído una bici... con lo peligrosas que son. ¡Seguro que me estrello, o me arrolla un camión!.

7 Seguidamente, entró Pepito en el salón gritando: - ¡¡Papá, mamá, los Reyes Magos me han traído un caballo, pero se ha escapado por el balcón!!.