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II Domingo Ordinario Parroquia Santa María Magdalena Yacuanquer

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Presentación del tema: "II Domingo Ordinario Parroquia Santa María Magdalena Yacuanquer"— Transcripción de la presentación:

1 II Domingo Ordinario Parroquia Santa María Magdalena Yacuanquer
A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio Lectio Divina II Domingo Ordinario Parroquia Santa María Magdalena Yacuanquer

2 Evangelio según San Juan 1,29-34
Lectio Divina Evangelio según San Juan 1,29-34

3 Pasos de la Lectio divina
A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio Contemplación Oración Meditación Lectura Preparación Pasos de la Lectio divina

4 La Palabra debe ser esperada y escuchada
Con buena disposición interior Oración al Espíritu Santo Con Corazón limpio y humildad Primer Paso: Preparación

5 A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio
ORACIÓN AL ESPÍRITU SANTO (San Agustín)   Espíritu Santo, inspíranos, para que pensemos santamente. Espíritu Santo, incítanos, para que obremos santamente. Espíritu Santo, atráenos, para que amemos las cosas santas. Espíritu Santo, fortalécenos, para que defendamos las cosas santas. Espíritu Santo, ayúdanos, para que no perdamos nunca las cosas santas. Oración al Espíritu Santo

6 Hay que leer dos o tres veces
Leer bien y sin prisa Hay que leer dos o tres veces Aprende a conocer el Corazón de Dios en sus Palabras Leer bien, es escuchar bien Segundo Paso: Lectura

7 Lectura del Santo Evangelio según San Juan 1,29-34
«Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: "He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel". Y Juan dio testimonio diciendo: "He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo." Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios"». A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio

8 Composición general Evangelio de San Juan
Prólogo o Himno solemne al Logos de Dios (1,1-18). 2) Primera parte o Libro de los signos (2,1-12,50) La gran novedad (2,1-4,42). Jesús, palabra que da vida (4,43-5,47) Jesús, pan de vida (6,1-71). Jesús, luz y vida (7,1-8,59). Jesús, luz que juzga al mundo (9,1-10,42). Victoria de la vida sobre la muerte (11,1-57). La muerte camino hacia la vida (12,1-50). 3) Segunda parte:Libro de la pasión-gloria (13,1- 20,31). Discurso de despedida (13,1-17,26). Historia de la pasión- resurrección (18,1-20,31). 4) Epílogo (21,1-25).

9 Lectura del Santo Evangelio según San Juan 1,29-34
«Al día siguiente ve a Jesús venir hacia él y dice: "He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Este es por quien yo dije: Detrás de mí viene un hombre, que se ha puesto delante de mí, porque existía antes que yo. Y yo no le conocía, pero he venido a bautizar en agua para que él sea manifestado a Israel". Y Juan dio testimonio diciendo: "He visto al Espíritu que bajaba como una paloma del cielo y se quedaba sobre él. Y yo no le conocía pero el que me envió a bautizar con agua, me dijo: "Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo." Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios"». A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio

10 Celebramos el segundo domingo del tiempo ordinario
Celebramos el segundo domingo del tiempo ordinario. En los tres ciclos litúrgicos se lee durante este domingo una parte de la llamada “semana inaugural de la misión de Jesús” presente en el Evangelio de Juan (Jn 1,19-2,12). Nos corresponde en este año leer y meditar sobre lo sucedido el segundo día de la semana inaugural.

11 En el segundo día, Juan ve a Jesús y proclama dos afirmaciones que dan sentido a todo el relato, la primera: "He ahí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo". Una imagen que para un hombre y mujer que conoce algo de la Biblia y del mundo del Israel antiguo le significa, pero, para la mayoría de creyentes del siglo XXI, esta frase no trasciende nada y menos una realidad de tipo espiritual, para poderla entender coloquémosla en el momento en que se dice. En el Evangelio de Juan solo en esta vez se habla de Jesús como el Cordero de Dios, luego Juan volverá hablar de este símbolo en el libro del Apocalipsis.

12 Para la gente religiosa de la época de Jesús, el cordero era el animal por excelencia para el sacrificio. No olvidemos que quienes gobernaron Israel al inicio de la monarquía eran ganaderos e impusieron el rito del sacrificio de animales para evitar contagiarse con las costumbres de los pueblos vecinos que sacrificaban seres humanos. El cordero es un animal noble, fácil de domesticar y especialmente en el momento del sacrificio no demuestra ningún signo de violencia y más bien expresa aceptación ante el martirio. Es una imagen poco cercana a nuestra época, pero tiene toda una simbología por descubrir y actualizar.

13 Lo interesante de esta primera frase es que Jesús, se convierte en el único sacrificio que se debe realizar para alcanzar la salvación del género humano, por eso en la Misa diaria se repite esta frase después del momento de la presentación del sacrificio Eucarístico. La misión de Jesús es universal y se simboliza en la frase, al decir: el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio

14 Su misión debe llegar a cada ser humano para que todos encontremos en Él el camino para nuestra propia santificación y salvación. Esta primera frase nos presenta el plan de Dios en su Hijo, Él debe entregarse generosamente por todos para alcanzar la presencia del Reino en el mundo. A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio

15 La segunda frase se encuentra al final del relato: "Y yo le he visto y doy testimonio de que éste es el Hijo de Dios". Juan nos coloca frente a nuestra propia misión, la de estar convencidos de que Jesús es nuestro salvador, y nuestra única y principal tarea es anunciarlo, dando testimonio de Cristo como el Elegido de Dios. Anunciando a Cristo como el que nos hace participes de la paternidad de Dios y de la vida comunitaria con el Padre. A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio

16 Jesús nos necesita para que su misión se haga realidad en el mundo, somos los nuevos anunciantes de su Reino. Para ello no caigamos en la políticas retrogradas de las iglesias del siglo pasado que creían que anunciar a Cristo era tratar de convencer al otro con miedos y difamando a los otros creyentes de otras iglesias, eso, no es predicar a Cristo. La iglesia de hoy, debe anunciar al Maestro, convenciendo con su testimonio de vida, no con proselitismo, más bien seduciendo a los demás por las obras y la vida de comunión (koinonía) de amor.

17 DESCUBRIR LOS “AFECTOS” QUE LA PALABRA VA GENERANDO EN MI CORAZÓN:
Alegría, compromiso, interrogantes, nuevas posibilidades Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser leído con el corazón Tercer Paso: Meditación

18 Meditemos la Palabra con el Papa
«El testimonio de Juan el Bautista sigue resonando aún hoy, a casi dos mil años de distancia de los acontecimientos que narra el Evangelio: el Precursor señala a Jesús de Nazaret como el Mesías esperado, y nos invita a todos a renovar y profundizar nuestra fe en Él. Jesús es nuestro Redentor. Su misión salvífica, proclamada solemnemente en el momento de su bautismo en el Jordán, culmina en el misterio pascual, cuando Él, el verdadero Cordero inmolado por nosotros, en la cruz libera y redime al hombre, a todos los hombres, del mal y de la muerte.

19 En la liturgia eucarística se nos propone de nuevo el gran anuncio del Bautista. Antes de la comunión, el celebrante presenta a la adoración de los fieles la hostia consagrada, diciendo: «Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la cena del Señor». Dentro de poco, también nosotros, participando en el banquete eucarístico, recibiremos al verdadero Cordero pascual, sacrificado por la salvación de la humanidad entera. Como el Bautista, siento el deber de señalar a todos al Cordero de Dios, Jesús, el único Salvador del mundo ayer, hoy y siempre. En el misterio de su Encarnación, se hizo Emmanuel, «Dios con nosotros», acercándose a nosotros y dando significado al tiempo y a nuestras vicisitudes diarias. Él es nuestro punto de referencia constante, la luz que ilumina nuestros pasos y la fuente de nuestra esperanza». Juan Pablo II. Homilía del 17 de enero de 1999.

20 Da gracias, intercede por los hermanos, por las situaciones que el texto te haya traído a la memoria. Da curso libre a tus capacidades creativas de sensibilidad en la oración. Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser hablado con el corazón Cuarto Paso: Oración

21 Dios Padre y Madre universal, que eres la “luz que ilumina a todo hombre y a toda mujer que viene a este mundo”; te pedimos hagas de nosotros “facilitadores” dispuestos a trasparentar esa luz y a remover la oscuridad que se aloja en “el pecado del mundo”; que con Jesús, también nosotros, como “precursores” suyos hoy, estemos dispuestos a cargar con el pecado del mundo y a posibilitar su superación, según tu Proyecto. Nosotros te lo pedimos con los ojos puestos en el ejemplo de Jesús, hijo tuyo y hermano nuestro. Amén.  A la escucha y meditación de la Palabra de Dios desde la Tradición y Magisterio

22 Quinto Paso: Contemplación
Ponte en medio de la comunidad y deja que rebose de tu interior la paz y la bendición que has recibido. Actúa con ellos para volver a reencarnar en la historia a Jesucristo, la Palabra hecha carne. Lo dicho, lo narrado por la Palabra tiene, ahora, que ser practicado en la vida Quinto Paso: Contemplación

23 Mi compromiso en esta semana será:
En que actitudes diarias demuestro que Creo en que Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Para reconocer a Jesús como el Cordero de Dios, debo de haberme encontrado con Él. ¿Qué medios concretos utilizo para encontrarme con el Señor de la Vida? Y cómo ayudo a otros a que lo encuentren? (Desde el Evangelio de San Juan 1,29-34) Estamos en Facebook: grupo koinonía de amor


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