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Publicada porJoaquin Pina Modificado hace 10 años
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Las emociones De manera literal, si recurrimos a la etimología de la palabra, el concepto de emoción significa movimiento. J.L.Prieto
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Perspectiva sistémica, psicobiológica, genética y sociocultural.
Las emociones ¿De qué hablamos cuando nos referimos a las emociones?. ¿Con qué procesos psicológicos están relacionadas y cuáles son sus funciones? Depende de la perspectiva teórica que adoptemos Propuesta teórica: Perspectiva sistémica, psicobiológica, genética y sociocultural. J.L.Prieto
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Diversas interpretaciones sobre el concepto de emoción
J.L.Prieto
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1º - Respuestas orientativas y de alerta ante estímulos intensos, con fines de atracción o defensivos. Se acompañan de alteraciones fisológicas. En este sentido, las emociones están fuertemente vinculadas a la supervivencia y suelen estar asociadas a respuestas inmediatas del organismo ante estímulos de peligro o altamente deseables, ante los cuales reaccionamos primero e interpretamos después. En consecuencia, se considera que los estímulos son codificados a nivel subcortical, en una primera instancia, e interpretados posteriormente en nuestra corteza cerebral. J.L.Prieto
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2º - Sentimientos Todas las emociones, desde las más primitivas a las más sutiles son objeto de mediación cognitiva. Esto significa que la información sensorial es codificada e interpretada en la neocorteza. Para este propósito el lenguaje juega un papel fundamental. Todas las emociones vividas van a ser interpretadas e integradas en nuestra identidad narrativa (Bruner, 1997) como parte de una o múltiples historias. Esto permite dar tanto coherencia y sentido a nuestras experiencias emocionales, como facilitarnos el diálogo y la comunicación con los otros. J.L.Prieto
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3 – Estados emocionales o afectivos sin causa u objeto aparente
En ocasiones, los individuos gozamos o padecemos de estados emocionales o sentimentales, por ejemplo de euforia o de tristeza, que perduran en el tiempo (horas o días), que no obedecen a una causa anterior, a un objetivo o intención y que no se encuadran dentro de un escenario psicótico. Además, no encontramos en la persona afectada razones objetivas ni subjetivas que nos expliquen su estado afectivo. J.L.Prieto
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4º - Los deseos, motivos, intenciones, objetivos, expectativas o la simple curiosidad tienen en común tanto, la presencia real o simbólica de un objeto presente o futuro a través del cual satisfacer al sujeto, como un alto contenido emocional. En todos los casos hay una intensa interpretación cognitiva, que es más intensa cuánto más se demora el objeto deseado. Satisfacción o frustración total o parcial acompañan al sujeto en este proceso. J.L.Prieto
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5º - Los vínculos afectivos son una fuente muy importante de emociones.
Como ya planteó Bowlby (1986), imbricando la teoría etológica y el psicoanálisis, el niño tiene en común, con las especies más evolucionadas, la predisposición a construir vínculos afectivos en los primeros meses de la vida. Entre los vínculos afectivos más comunes se encuentran: el apego, la amistad y el enamoramiento. En cada uno de ellos podemos encontrar a su vez diversas modalidades. J.L.Prieto
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6º - Las emociones están vinculadas a otros procesos psicológicos: lenguaje, atención, memoria y cognición La comunicación y el lenguaje no se pueden comprender sin involucrar a las emociones. No obstante, si bien juegan un papel muy importante en toda la vida del individuo, van a tener un papel fundamental en el primer año de la vida del niño. Como señaló Wallon (1987), la mediación afectiva regula el desarrollo psicológico del niño. J.L.Prieto
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La comunicación es prelinguística durante los primeros meses del bebé, apoyándose en aspectos prosódicos del lenguaje y en recursos no verbales. Por este motivo, algunos autores hablan de la presencia de un lenguaje emocional que tendría sus antecedentes en el primitivo diálogo intersubjetivo que se establece entre la madre y el niño sobre los 2-3 meses. Trevarthen denominó intersubjetividad primaria a este diálogo inicial, encontrando en él patrones conversacionales del niño. J.L.Prieto
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Este diálogo emocional entre madre-padre e hijo, fundamentado inicialmente en precarios y confusos significantes (gestos, sonrisas, llantos, sonidos guturales y otros) se va sustituyendo progresivamente por un lenguaje articulado con significantes definidos, que proporciona claridad, precisión y eficacia a la comunicación. No obstante, el soporte emocional, gestual y prosódico de la comunicación no va a desaparecer, pero va a perder su papel principal, para seguir participando en la comunicación como sistema subsidiario del lenguaje convencional, en especial del lenguaje oral. J.L.Prieto
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Aunque a partir del primer año, el empleo del lenguaje articulado se hace evidente, no va a ser hasta aproximadamente el tercer año, cuando el lenguaje convencional se convierte en el medio de comunicación predominante. J.L.Prieto
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Además de los vínculos con el lenguaje podríamos explorar las relaciones de las emociones con otras funciones psicológicas superiores, entre las que se encuentran: la atención, la memoria, la percepción y la cognición J.L.Prieto
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Por ejemplo, para llamar la atención, se utilizan diferentes estrategias comunicativas, desde subir la intensidad del sonido a presentar de manera atractiva el inicio de una exposición. No obstante, en todos los casos se busca estimular emocionalmente al sujeto para centrar su atención. Una vez que hemos motivado o emotivizado la atención, hace falta mantenerla durante todo el proceso comunicativo. Para ello las percepciones sucesivas deben de ser reforzadas emocionalmente. J.L.Prieto
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Las emociones sirven tambien para almacenar y evocar memorias de una manera más efectiva. A nadie se le escapa que todo acontecimiento asociado a un intenso episodio emocional permite un mayor y mejor almacenamiento y evocación de lo sucedido. J.L.Prieto
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Y por último, las emociones juegan un papel fundamental en el proceso de razonamiento y en la toma de decisiones. En todo momento se produce una acción concertada entre la corteza cerebral y la parte más antigua del cerebro: la que genera las emociones. En este sentido, no podemos decir que las emociones son lo opuesto a la cognición dado que no actúan de manera separada. En consecuencia, si se suprimen los sentimientos de la tarea cognitiva, ésta pierde su sistemas de orientación. J.L.Prieto
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Un cerebro regulador de las emociones
J.L.Prieto
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El mundo emocional de la persona es muy rico y variado en matices
El mundo emocional de la persona es muy rico y variado en matices. No obstante, en cada momento se produce un claro predominio de unas emociones sobre otras. De este modo la euforia, el interés, la ira, el miedo o el dolor ante la separación son tan intensas que, cada una de ellas inhibe otras respuestas emocionales. J.L.Prieto
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Por esta razón, no debemos de hablar de emociones sino de sistemas emocionales. En cada uno de ellos, como señalan Flores y Dierssen (2000), existe un proceso de mando que permite activar unas áreas cerebrales concretas e inhibir otras, que activan, a su vez, patrones coherentes de conducta emocional y sentimientos asociados. Cada sistema emocional está dispuesto de forma jerárquica a lo largo y ancho del cerebro, en íntima interacción con las estructuras cognitivas superiores que han evolucionado mucho más tardíamente en el desarrollo, así como con estructuras fisiológicas específicas y sistemas motores de localización más inferior J.L.Prieto
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Esto significa que no hay emoción sin proceso mental y cognitivo, y que, probablemente, todos los pensamientos evocan emociones. A su vez, no hay emoción que no evoque una consecuencia fisiológica o conductual. En definitiva, el sistema cognitivo y emocional forman una unidad de imposible disolución. J.L.Prieto
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En la actualidad empezamos a disponer de la tecnología necesaria (fármacos, equipos de scanner, técnicas de resonancia magnética, estudios genéticos) para descifrar con cierto grado de precisión los sistemas emocionales. Además se empiezan a conocer muchos de los circuitos cerebrales, así como los mecanismos de neurotransmisión química que son producidos por los sistemas como evidencian los estudios de Pankseep, Berridge y Ledoux, entre otros). Además, empezamos a saber que las diferencias entre sistemas, por ejemplo entre el miedo, el placer y el dolor, son a veces muy pequeñas, si las comparamos desde el punto de vista anatómico y fisiológico, participando en algunos casos los mismo neurotransmisores, órganos y circuitos cerebrales (Berridge). J.L.Prieto
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A través de la tecnología inmunocitoquímica, se pueden descubrir en animales de experimentación los neuropéptidos que participan de cada sistema emocional. A su vez, por medio de la tecnología genética se pueden detectar las neuronas que son activadas en determinadas experiencias conductuales que producen, por ejemplo, la resistencia al estrés; detectando, a su vez, los factores genéticos de transcripción que se expresan en esas circunstancias (Por ejemplo, los estudios de Meaney sobre regulación epigenética del estrés). De este modo se perfilarían las estructuras y los circuitos neuronales que intervienen en la conducta y la expresión de las emociones, así como la relación con los otros sistemas psicológicos. J.L.Prieto
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Las emociones operan de modo interactivo en muchos niveles jerárquicos dentro del cerebro, y estos niveles, a su vez, se comunican entre sí bidireccionalmente. Esto significa que la conciencia afectiva experimentada internamente va poder influir sobre la conducta de diversos modos. Esta conciencia afectiva puede no ser decisiva para promover rápidas respuestas emocionales, pero sí para marcar estrategias psicoconductuales a largo plazo. De hecho, nuestro aparato cognitivo es capaz de modular profundamente las tendencias emocionales (Mora, 2000, pp 146). J.L.Prieto
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A pesar del estrecho vínculo entre la conciencia afectiva y la estrictamente cognitiva, podemos establecer una diferencia entre ambas, muy especialmente a partir de la información que nos proporcionan los estudios evolutivos en el niño y la psicopatología. De este modo, algunas estructuras neocorticales responsables de la interpretación cognitiva son de aparición más tardía que otras estructuras más antiguas del cerebro u otras estructuras corticales y subcorticales. En consecuencia tenemos respuestas emocionales lentas, de fuerte contenido interpretativo y respuestas afectivas rápidas. Tanto unas como otras tienen un indudable valor adaptativo. J.L.Prieto
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Desde una perspectiva evolutiva y atendiendo a los datos que nos proporciona la psicopatología nos encontramos con individuos que han alcanzado un buen nivel de conciencia afectiva, a través de estructuras corticales y subcorticales de desarrollo más primitivo, pero que carecen o presentan de forma muy deficitaria una capacidad interpretativa que aparece más tardíamente en el desarrollo cortical. Tal es el caso de los síndrome de Down y otras patologías, en los que destaca una intensa vida afectiva y grandes dificultades para ejercer el control sobre la misma. J.L.Prieto
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El mundo emocional de la persona es muy rico y variado en matices
El mundo emocional de la persona es muy rico y variado en matices. No obstante en cada momento se produce un claro predominio de unas emociones sobre otras. De este modo la euforia, el interés, la ira, el miedo o el dolor ante la separación son tan intensas que, cada una de ellas inhibe otras respuestas emocionales. J.L.Prieto
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Tal y como plantean Flores y Dierssen (2000), el problema actual reside en comprobar en un individuo concreto cómo el mundo de la interpretación consciente y de la evaluación modula o regula la conciencia afectiva y cómo éste último, y en qué grado, puede influir sobre el mundo cognitivo. En este sentido, los investigadores se plantean el predominio de un elemento u otro. En términos neuroanatómicos y neuroquímicos parece que el flujo ascendente es predominante, lo que explica el hecho de que las emociones y los afectos influyan sobre nuestras decisiones de forma masiva y permanente. Sin embargo, el alto grado de desarrollo cortical alcanzado por nuestra especie nos lleva a un intenso control sobre nuestras emociones y sus expresiones. J.L.Prieto
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Referencias Bowlby, J. (1986), Vínculos afectivos, formación desarrollo y pérdida. Madrid. Morata Bruner, J. (1997). La educación puerta de la cultura. Madrid. Visor. Flores y Dierssen (2000) Cerebro disminuido: el valor de la emoción y la motivación, en F. Mora (edt) El cerebro sintiente. Ariel. Barcelona Hirigoyen, M.F. (1999) El acoso moral. El maltrato psicológico en la vida cotidiana. Barcelona. Paidos Trevarthen, C. (1983). Interpersonal Abilities of infantis as generators for transmission of language and culture. En A. Oliverio y M. Zapella (Eds). The behaviour of human infants. London and New York: Plenum. Trevarthen, C. y Logotheti, C. (1987) First symbols and the nature of human knowledge. En Symbolism et connaisance. Geneva: Cahiers No.8, pp Mora, F. (2000) ¿Qué son las emociones y sentimientos?, en F. Mora (edt). El cerebro sintiente Ariel Barcelona Wallon, H. (1987) Psicología y educación del niño. Una comprensión dialéctica del desarrollo y la Educación Infantil. Madrid, Visor-Mec. J.L.Prieto
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