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TEXTOS LÍRICA RENACENTISTA

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Presentación del tema: "TEXTOS LÍRICA RENACENTISTA"— Transcripción de la presentación:

1 TEXTOS LÍRICA RENACENTISTA

2 SONETO Amor, amor, un hábito vestí el cual de vuestro paño fue cortado; al vestir ancho fue, mas apretado y estrecho cuando estuvo sobre mí. Después acá de lo que consentí, tal arrepentimiento me ha tomado que pruebo alguna vez de congojado, a romper esto en que yo me metí; mas, ¿quién podrá de este hábito librarse, teniendo tan contraria su natura que con él ha venido a conformarse? si alguna parte queda, por ventura, de mi razón, por mí no osa mostrarse, que en tal contradicción no está segura.

3 Soneto de Garcilaso Soneto de Petrarca En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. ¿Dónde cogió el Amor o de qué vena, el oro fino de tu trenza hermosa? ¿En qué espinas halló la tierna rosa del rostro, o en qué prados la azucena? ¿Dónde las blancas perlas con que enfrena la voz suave, honesta y amorosa? ¿Dónde la frente bella y espaciosa, más que el primer albor pura y serena? ¿De cuál esfera en la celeste cumbre eligió el dulce canto que destila al pecho ansioso regalada calma? y ¿de qué sol tomó la ardiente lumbre de aquellos ojos, que la paz tranquila para siempre arrojaron de mi alma?

4 En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.

5 En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. Descriptio puellae Carpe diem

6 En tanto que de rosa y azucena
se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre.

7 PASIÓN-AMOR-JUVENTUD- CALOR
En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto, y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. ELEMENTOS ROJOS PASIÓN-AMOR-JUVENTUD- CALOR Rosa Mirar ardiente Tempestad Dulce fruto

8 En tanto que de rosa y azucena se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar, ardiente, honesto, con clara luz la tempestad refrena; y en tanto que el cabello, que en la vena del oro se escogió, con vuelo presto por el hermoso cuello, blanco, enhiesto, el viento mueve, esparce y desordena, coged de vuestra alegre primavera el dulce fruto antes que el tiempo airado cubra de nieve la hermosa cumbre. Marchitará la rosa el viento helado, todo lo mudará la edad ligera por no hacer mudanza en su costumbre. ELEMENTOS ROJOS PASIÓN-AMOR-JUVENTUD- CALOR Rosa Mirar ardiente Tempestad Dulce fruto ELEMENTOS BLANCOS CASTIDAD, DESDÉN, VEJEZ, FRIALDAD Azucena Mirar honesto Clara luz Cuello blanco Tiempo airado Nieve Viento helado

9 Escrito está en mi alma vuestro gesto
y cuanto yo escribir de vos deseo: vos sola lo escribisteis, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto, que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto. Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma misma os quiero. Cuanto tengo confieso yo deberos; por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero. .

10 A Dafne ya los brazos le crecían
y en luengos ramos vueltos se mostraban en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que al oro oscurecían; de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aún bullendo estaban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba. .

11 Transformación de la ninfa
A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que al oro oscurecían; de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aún bullendo estaban; los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían. Aquel que fue la causa de tal daño a fuerza de llorar, crecer hacía este árbol, que con lágrimas regaba. ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba. . Transformación de la ninfa Alusión a Apolo Alusión general

12 A Dafne ya los brazos le crecían A Dafne ya los brazos le crecían
DE ARRIBA ABAJO A Dafne ya los brazos le crecían A Dafne ya los brazos le crecían y en luengos ramos vueltos se mostraban y en luengos ramos vueltos se mostraban en verdes hojas vi que se tornaban en verdes hojas vi que se tornaban los cabellos que al oro oscurecían los cabellos que al oro oscurecían de áspera corteza se cubrían los tiernos miembros que aún bullendo estaban los blancos pies en tierra se hincaban y en torcidas raíces se volvían Elementos humanos Elementos vegetales

13 Aquel que fue la causa de tal daño a fuerza de llorar, crecer hacía
este árbol, que con lágrimas regaba ¡Oh miserable estado, oh mal tamaño, que con llorarla crezca cada día la causa y la razón por que lloraba! Alusión perifrástica a Apolo Identificación con el poeta El poeta identifica su propia historia de amor con la historia de amor de Apolo. De esta manera, dignifica su amor al otorgarle valor de mito. Oraciones enunciativas: tono frío. Vocabulario del campo semántico del dolor: Daño, llorar, lágrimas… Exclamaciones: tono emotivo Vocabulario del campo semántico del dolor: miserable, mal, llorar…

14 Pasando el mar Leandro el animoso,
en amoroso fuego todo ardiendo, esforzó el viento, y fuese embraveciendo el agua con un ímpetu furioso. Vencido del trabajo presuroso, contrastar a las ondas no pudiendo, y más del bien que allí perdía muriendo que de su propia vida congojoso, como pudo, esforzó su voz cansada y a las ondas habló de esta manera, mas nunca fue su voz de ellas oída: “Ondas, pues no se excusa que yo muera, dejadme allá llegar, y a la tornada vuestro furor ejecutá en mi vida”

15 LAS ODAS

16 tanto pudiese el son que en un momento aplacase la ira
LAS ODAS ODA A LA FLOR DE GNIDO Si de mi baja lira tanto pudiese el son que en un momento aplacase la ira del animoso viento y la furia del mar y el movimiento, y en ásperas montañas con el suave canto enterneciese las fieras alimañas los árboles moviese y al son confusamente los trujese, no pienses que cantado sería de mí, hermosa flor de Gnido, el fiero Marte airado, a muerte convertido, de polvo y sangre y de sudor teñido […]

17 Mas solamente aquella fuerza de tu beldad sería cantada, y alguna vez con ella también sería notada el aspereza con que estás armada […] Hablo aquí de aquel cativo de quien tener se debe más cuidado, que está muriendo vivo al remo condenado, en la concha de Venus amarrado […] Hágale temerosa el caso de Anaxárate, y cobarde, que de ser desdeñosa se arrepintió muy tarde, y así su alma con su mármol arde. […]

18 LAS ÉGLOGAS

19 SALICIO: ¡Oh más dura que el mármol a mis quejas, y al encendido fuego en que me quemo más helada que nieve, Galatea! Estoy muriendo, y aún la vida temo; témola con razón, pues tú me dejas: que no hay sin ti el vivir para qué sea. Vergüenza he que me vea ninguno es tal estado, de ti desamparado, y de mí mismo me avergüenzo ahora. ¿De un alma te desdeñas ser señora, donde siempre moraste, no pudiendo della salir un hora? Salid sin duelo, lágrimas , corriendo. […] …..Por ti el silencio de la selva umbrosa, por ti la esquividad y apartamiento del solitario monte me agradaba; por ti la verde hierba, el fresco viento, el blanco lirio y colorada rosa y dulce primavera deseaba.

20 ¡Ay ,cuánto me engañaba! ¡Ay, cuán diferente era y cuán de otra manera lo que en tu falso pecho se escondía! Bien claro con su voz me lo decía la siniestra corneja repitiendo la desventura mía. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […] Tu dulce habla ¿en cúya oreja suena? tus claros ojos ¿a quién los volviste? ¿por quién tan sin respeto me trocaste? Tu quebrantada fe ¿dó la pusiste? ¿Cuál es el cuello que, como en cadena de tus hermosos brazos anudaste? No hay corazón que baste aunque fuese de piedra viendo mi amada yedra de mí arrancada, en otro muro asida y mi parra en otro olmo entretejida que no se esté con llanto deshaciendo hasta acabar la vida.

21 ……Con mi llorar las piedras enternecen
su natural dureza y la quebrantan; los árboles parece que se inclinan; las aves que me escuchan, cuando cantan, con diferente voz se condolecen y mi morir cantando me adivinan. Las fieras que reclinan su cuerpo fatigado, dejan el sosegado sueño por escuchar mi llanto triste. Tú sola contra mí te endureciste, los ojos aun siquiera no volviendo a los que tú hiciste. Salid sin duelo, lágrimas, corriendo. […]

22 NEMOROSO Corrientes aguas puras, cristalinas; árboles que os estáis mirando en ellas, verde prado de fresca sombra lleno, aves que aquí sembráis vuestras querellas, hiedra que por los árboles caminas, torciendo el paso por su verde seno; yo me vi tan ajeno del grave mal que siento, que de puro contento con vuestra soledad me recreaba, donde con dulce sueño reposaba, o con el pensamiento discurría por donde no hallaba sino memorias llenas de alegría. Y en este mismo valle, donde agora me entristezco y me canso, en el reposo estuve tan contento y descansado.

23 ¡Oh bien caduco, vano y presuroso!
Acuérdate durmiendo aquí algún hora, que despertando, a Elisa vi a mi lado, ¡Oh miserable hado! ¡Oh tela delicada antes de tiempo dada a los agudos filos de la muerte! Más convenible fuera aquesta suerte a los cansados años de mi vida, que es más que el hierro fuerte, pues no la ha quebrantado tu partida

24 ¿Dó están agora aquellos claros ojos
que llevaban tras sí, como colgada, mi alma, doquier que ellos se volvían? ¿Dò está la blanca mano delicada, llena de vencimientos y despojos que de mi mis sentidos le ofrecían? Los cabellos que veían con gran desprecio al oro como a menor tesoro ¿adónde están? ¿adónde el blanco pecho? ¿Dó la columna que el dorado techo con proporción graciosa sostenía? Aquesto todo agora ya se encierra, por desventura mía, en la oscura, desierta y dura tierra.

25 Después que nos dejaste nunca pace
en hartura el ganado ya, ni acude el campo al labrador con mano llena. No hay bien que en mal no se convierta y mude: la mala hierba al trigo ahoga, y nace en lugar suyo la infelice avena la tierra que de buena gana nos producía flores con que solía quitar en solo verlas mis enojos produce agora en cambio estos abrojos, ya de rigor de espinas intratable: yo hago con mis ojos, crecer, llorando , el fruto miserable.

26 TEXTOS DE FRAY LUIS DE LÉON

27 la del que huye el mundanal ruïdo, y sigue la escondida
ODA A LA VIDA RETIRADA ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera; ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado? Jaspe: mármol veteado

28 ¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que no le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, ni del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. No cura si la fama canta con voz su nombre pregonera; ni cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado? Beatus ille… Poder Lujos Fama Pregunta retórica sobre la fama

29 Lo que Fray Luis NO quiere
¡Qué descansada vida la del que huye el mundanal ruïdo, y sigue la escondida senda, por donde han ido los pocos sabios que en el mundo han sido! Que NO le enturbia el pecho de los soberbios grandes el estado, NI del dorado techo se admira, fabricado del sabio moro, en jaspes sustentado. NO cura si la fama canta con voz su nombre pregonera; NI cura si encarama la lengua lisonjera lo que condena la verdad sincera. ¿Qué presta a mi contento, si soy del vano dedo señalado, si en busca de este viento ando desalentado con ansias vivas, con mortal cuidado? Lo que Fray Luis NO quiere

30 ¡Oh campo! ¡Oh monte! ¡Oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso!
ODA A LA VIDA RETIRADA ¡Oh campo! ¡Oh monte! ¡Oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso! Roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso. Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero: no quiero ver el ceño vanamente severo del que la sangre sube o el dinero. Despiértenme las aves con su cantar süave, no aprendido; no los cuidados graves de que es siempre seguido quien al ajeno arbitrio está atenido. Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. Almo: criador, vivificador

31 Pureza, alegría libertad
¡Oh campo! ¡Oh monte! ¡Oh río! ¡Oh secreto seguro, deleitoso! Roto casi el navío, a vuestro almo reposo huyo de aqueste mar tempestuoso. Un no rompido sueño, un día puro, alegre, libre quiero: no quiero ver el ceño vanamente severo del que la sangre sube o el dinero. Despiértenme las aves con su cantar süave, no aprendido; no los cuidados graves de que es siempre seguido quien al ajeno arbitrio está atenido. Vivir quiero conmigo, gozar quiero del bien que debo al cielo, a solas, sin testigo, libre de amor, de celo, de odio, de esperanzas, de recelo. Metáfora náutica: Navío: poeta Mar tempestuoso: Vida ajetreada Pureza, alegría libertad Quiero Nobleza Riqueza NO quiero Quiero La naturaleza NO quiero Preocupaciones por la fama Quiero Soledad Estoicismo

32 ODA A LA VIDA RETIRADA Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto. Y como codiciosa de ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. Y luego, sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo, de pasada, de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruïdo, que del oro y del cetro pone olvido.

33 por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera,
Del monte en la ladera por mi mano plantado tengo un huerto, que con la primavera, de bella flor cubierto, ya muestra en esperanza el fruto cierto. Y como codiciosa de ver y acrecentar su hermosura, desde la cumbre airosa una fontana pura hasta llegar corriendo se apresura. Y luego, sosegada, el paso entre los árboles torciendo, el suelo, de pasada, de verdura vistiendo, y con diversas flores va esparciendo. El aire el huerto orea, y ofrece mil olores al sentido, los árboles menea con un manso ruïdo, que del oro y del cetro pone olvido. Primavera Flores Árboles Fuente Hierba verde Flores Locus amoenus Aire perfumado Árboles

34 ODA A LA VIDA RETIRADA Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían; no es mío ver el lloro de los que desconfían, cuando el cierzo y el ábrego porfían. La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. A mí una pobrecilla mesa, de amable paz bien abastada, me baste; y la vajilla, de fino oro labrada, sea de quien la mar no teme airada. Y mientras miserable- mente se están los otros abrasando con sed insacïable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando. A la sombra tendido, de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado

35 Quiero NO quiero NO quiero Quiero Ténganse su tesoro
los que de un flaco leño se confían; no es mío ver el lloro de los que desconfían, cuando el cierzo y el ábrego porfían. La combatida antena cruje, y en ciega noche el claro día se torna; al cielo suena confusa vocería, y la mar enriquecen a porfía. A mí una pobrecilla mesa, de amable paz bien abastada, me baste; y la vajilla, de fino oro labrada, sea de quien la mar no teme airada. Y mientras miserable- mente se están los otros abrasando con sed insacïable del no durable mando, tendido yo a la sombra esté cantando. A la sombra tendido, de yedra y lauro eterno coronado, puesto el atento oído al son dulce, acordado, del plectro sabiamente meneado Metáfora náutica Quiero NO quiero NO quiero Quiero

36 ODA A FRANCISCO SALINAS
El aire se serena y viste de hermosura y luz no usada, Salinas, cuando suena la música extremada, por vuestra sabia mano gobernada. A cuyo son divino el alma, que en olvido está sumida, torna a cobrar el tino y memoria perdida, de su origen primera esclarecida. y como se conoce, en suerte y pensamientos se mejora; el oro desconoce que el vulgo vil adora, la belleza caduca, engañadora. Traspasa el aire todo hasta llegar a la más alta esfera, y oye allí otro modo de no perecedera música, que es de todas la primera. Ve cómo el gran maestro, a aquesta inmensa cítara aplicado, con movimiento diestro produce el son sagrado con que este eterno templo es sustentado.

37 ODA A FELIPE RUIZ y como está compuesta
de números concordes, luego envía consonante respuesta; y entrambas a porfía mezclan una dulcísima armonía. Aquí el alma navega por un mar de dulzura, y, finalmente, en él ansí se anega, que ningún accidente extraño o peregrino oye o siente. ¡Oh, desmayo dichoso! ¡Oh, muerte que das vida! ¡Oh, dulce olvido ¡Durase en tu reposo sin ser restituido jamás a aqueste bajo y vil sentido! A aqueste bien os llamo, gloria del apolíneo sacro coro, amigos a quien amo sobre todo tesoro; que todo lo demás es triste lloro. ¡Oh!, suene de contino, Salinas, vuestro son en mis oídos, por quien al bien divino despiertan los sentidos, quedando a los demás amortecido

38 TEXTOS DE SAN JUAN DE LA CRUZ

39 NOCHE OSCURA DEL ALMA En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, a escuras y en celada, En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. ¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quédeme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidados

40 NOCHE OSCURA DEL ALMA En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, a escuras y en celada, En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. ¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quédeme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidados VÍA PURGATIVA VÍA UNITIVA VÍA ILUMINATIVA

41 NOCHE OSCURA DEL ALMA En una noche oscura
con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, a escuras y en celada, VÍA PURGATIVA

42 NOCHE OSCURA DEL ALMA La experiencia mística es inefable, es decir, no se puede expresar con palabras. Por ello, san Juan recurre a una alegoría, es decir, identifica lo que siente con una experiencia de amor humano. Alma = amada Cuerpo = casa Noche oscura = vía purgativa En la vía purgativa el alma se libra del pecado mediante la penitencia y la práctica de la virtud. El hombre debe renunciar a la razón y sumergirse en la oscuridad para que la luz de Dios pueda entrar en su alma. Por ello se repiten los elementos relacionados con la noche o la oscuridad. En una noche oscura con ansias, en amores inflamada, ¡oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada. A escuras y segura, por la secreta escala, disfrazada, a escuras y en celada, VÍA PURGATIVA La penitencia y la práctica de la virtud permiten el control de las pasiones, por ello el poeta afirma que su “casa”, es decir, su cuerpo, está sosegada, tranquila. El camino que recorre el alma para abandonar el cuerpo es secreto, no conocido ni apto para muchos. El poeta habla de él como una escala secreta, disfrazada y en celada.

43 NOCHE OSCURA DEL ALMA En la noche dichosa,
en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. VÍA ILUMINATIVA

44 El poema sigue con la alegoría, la amada (el alma) sale del cuerpo (la casa) en medio de la noche oscura (la vía purgativa) guiada por la luz. En la vía unitiva, el alma se somete a Dios, renuncia a la razón y recibe una sabiduría especial que la ilumina. En la noche dichosa, en secreto, que nadie me veía, ni yo miraba cosa, sin otra luz y guía, sino la que en el corazón ardía. Aquésta me guiaba más cierto que la luz del mediodía, adonde me esperaba quien yo bien me sabía, en parte donde nadie parecía. El poema insiste ahora en la luz que ilumina el alma del poeta y que lo conduce al encuentro con el Amado (Dios) VÍA ILUMINATIVA Se repiten conceptos como el secreto. No hay que olvidar que mística significa “sabiduría secreta”. Se insiste en la dificultad de compartir la experiencia.

45 NOCHE OSCURA DEL ALMA ¡Oh noche, que guiaste!
¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quédeme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado. VÍA UNITIVA

46 La vía unitiva supone la unión mística entre el alma y Dios
La vía unitiva supone la unión mística entre el alma y Dios. Se produce el éxtasis místico: la anulación de los sentidos y una sensación de felicidad inefable. NOCHE OSCURA DEL ALMA ¡Oh noche, que guiaste! ¡Oh noche, amable más que el alborada! ¡Oh noche que juntaste Amado con amada, amada en el Amado transformada! En mi pecho florido, que entero para él solo se guardaba, allí quedó dormido, y yo le regalaba, y el ventalle de cedros aire daba. El aire de la almena, cuando yo sus cabellos esparcía, con su mano serena en mi cuello hería, y todos mis sentidos suspendía. Quedéme y olvidéme, el rostro recliné sobre el Amado; cesó todo, y déjeme, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado. ÉXTASIS MÍSTICO: expresado por medio de exclamaciones, anáforas… juegos de palabras que indican la estrecha unión del alma con Dios. El poeta expresa la anulación de los sentidos y la sensación de felicidad mediante la figura del amante que duerme sobre el pecho de la amada. La imagen del viento acariciante sirve para proporcionar la sensación de bienestar absoluto. VÍA UNITIVA En la estrofa final se reproduce de nuevo la sensación de anulación de los sentidos mediante la aparición de los verbos que indican abandono.

47 CÁNTICO ESPIRITUAL AMADA ¿Adónde te escondiste,
Amado, y me dejaste con gemido? Como el ciervo huiste habiéndome herido; salí tras ti clamando y eras ido. Pastores, los que fuerdes allá por las majadas al otero, si por ventura vierdes aquél que yo más quiero, decidle que adolezco, peno y muero. Buscando mis amores iré por esos montes y riberas; ni cogeré las flores, ni temeré las fieras, y pasaré los fuertes y fronteras. PREGUNTA A LAS CRIATURAS ¡O bosques y espesuras plantadas por la mano del Amado!, ¡o prado de verduras de flores esmaltado!, decid si por vosotros ha pasado. RESPUESTA DE LAS CRIATURAS Mil gracias derramando pasó por estos sotos con presura; y, yéndolos mirando con sola su figura vestidos los dejó de hermosura.


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